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Mónica Baltodano: “Ortega y Murillo pasarán a la historia como dictadores crueles”

La exguerrillera evalúa la caída de Ortega y el FSLN en las encuestas. “El rechazo a Murillo y Laureano es enorme”, un golpe a la pretensión dinástica

Mónica Baltodano

Former guerrilla Mónica Baltodano, denationalized by the Ortega regime. Photo: EFE

Octavio Enríquez

17 de julio 2023

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La caída de la dictadura de la familia Somoza ocupa un espacio en la memoria de la comandante sandinista Mónica Baltodano, de 69 años, exguerrillera, exdiputada y desnacionalizada por el régimen de Daniel Ortega el 15 de febrero pasado. Guarda algunas fotografías personales de aquel hecho histórico que el 19 de julio de 2023 cumple 44 años.  

Considera que la persecución contra la Iglesia católica, la represión directa del FSLN y la corrupción generalizada explican la caída al 13% de la simpatía de la población en la encuesta de junio 2023 de CID Gallup, auspiciada por CONFIDENCIAL, según el cuestionario que aceptó responder en ocasión del aniversario de la revolución sandinista.

En agosto de 2021, Baltodano salió de Nicaragua para resguardar su integridad, junto a su familia tras denunciar el “hostigamiento y la persecución”, luego de meses de vivir en la clandestinidad. Desde Costa Rica, ella ha denunciado los abusos de derechos humanos de su antiguo compañero de armas.

Se incorporó con 15 años a la lucha contra Somoza desde 1969. Fue parte de los jóvenes que pertenecieron al movimiento cristiano que participaron en las huelgas por los derechos de los maestros, la libertad de los presos políticos y se unió en 1972 al antiguo Frente Sandinista de Liberación Nacional. Cayó presa en 1977-78 y pasó a dirigir las estructuras de este partido en la facción de Guerra Popular Prolongada (GPP) en Managua. 


¿Qué explica la caída del FSLN al 13% de simpatías en la reciente encuesta de CID Gallup?

Las actuaciones represivas del régimen han afectado a sectores de la base sandinista. Una parte importante de esa base es católica. No pueden estar a favor de las brutalidades que se cometen contra los sacerdotes de sus parroquias, el congelamiento de sus cuentas, el destierro, la prisión. Ya no digamos la actuación cruel contra el obispo Rolando Álvarez.  

No están a favor del cierre de miles de organizaciones en donde también trabajaba parte de esa base tradicional sandinista, o que cubrían con sus programas a mujeres maltratadas, niñez en riesgo, cooperativas, luchadores por el medio ambiente. Hay que multiplicar esas 3400 organizaciones por los beneficiarios en los lugares más apartados de Nicaragua. Una gran parte también era base sandinista. 

Pero también hay represión directa. No pueden estar de acuerdo en que no les dejen salir del país (es sabido que los principales funcionarios del Estado no pueden salir sin permisos especiales), no están de acuerdo con que se les reprima por no obedecer a los secretarios políticos. Una parte importante de la base resiente la falta de libertad, se siente igualmente asfixiada por el sometimiento a determinadas personas que no respeta. Por ejemplo, la reelección continua de los mismos diputados, de los mismos concejales, de los mismos alcaldes, de los mismos jefes en las instituciones militares, ha erosionado la cohesión.   

La base sandinista es también víctima de los actos de corrupción generalizada. Los cobros brutales de IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles) que están haciendo algunas municipalidades, elevados impuestos a comerciantes. Las arbitrarias multas de la Policía.  Y por supuesto también la mayor parte de esa base es gente pobre que está sufriendo por la inflación, la carestía de la vida, los despidos en la Zona Franca y el deterioro general de la economía. 

Tenemos reportes de recorridos del FSLN que están vacíos en ocasión de julio, sin participación de históricos y con mucha migración, ¿qué caracteriza estas celebraciones del FSLN hoy?

En Nicaragua reina la más primitiva de las emociones, el miedo. Ni siquiera quienes están cerca del poder se libran de él, porque entre más cerca, más miedo hay de pensar y actuar con autonomía. A cualquier adepto o funcionario lo pueden tildar de sospechoso de traición. La contrainteligencia está en todos lados y no duerme ni perdona.

¿Cuál es la mejor manera de expresarse en una sociedad donde reina el miedo? La ausencia.  Eso explica la abstención en las mascaradas electorales. Los que no pueden darse ese lujo son una parte de los trabajadores controlados del Estado. Pero esa solo es una pequeña parte de la base. Entonces, simplemente deciden no participar.  El régimen siempre ha aprovechado las efemérides de la revolución del 79 para mover a una parte de esa base, pero esa base es ya mayor (y) ya no puede movilizarse. Las celebraciones progresivamente se caracterizan por la participación de los directamente dependientes. El año pasado fue común ver a decenas de policías en esas marchas cada vez más pírricas. 

Las pretensiones dinásticas de Ortega cómo chocan contra esta realidad, ¿en qué situación queda la vicepresidenta Murillo y su hijo Laureano ante la impopularidad reflejada en los datos de las encuestas?

Los resultados de la encuesta muestran que el rechazo a Murillo y a Laureano es enorme. Es muy difícil revertir ese rechazo. Por lo tanto, para Ortega ese es un talón de Aquiles en sus pretensiones dinásticas. No nos sorprendamos si deciden mejor lanzar a Laureano a la Alcaldía de Managua, como parte de los preparativos de la sucesión. No debe gustarles que Reyna Rueda (actual alcaldesa) salga mejor valorada, en términos absolutos que los integrantes de la familia. 

¿Qué es hoy el FSLN en comparación con su historia y cuánto le debe su imagen a Ortega?

El FSLN de Carlos Fonseca como fuerza con planteamientos transformadores dejó de existir desde hace más de 30 años. Luego como un partido político con órganos democráticos y primarias fue de brevísima vida.  El FSLN hoy es una maquinaria al servicio de la pareja dictatorial. Y tiene un único propósito: el control de poder para gozar de privilegios, para la familia y un grupo reducido de vasallos.  Pero no podemos olvidar que Ortega expandió los espacios de poder, a partir del pacto con (el expresidente Arnoldo Alemán) y el PLC y con el cardenal (Miguel) Obando, quien a través de su “protegido” Roberto Rivas favoreció el control de Ortega sobre el CSE.  

Para una parte importante de la sociedad, el FSLN hoy es una fuerza represiva en barrios y comunidades, de cuyo seno salieron los paramilitares que dispararon sobre población que protestaba. Murillo después de intentar sustituir el rojo y negro por el rosado chicha, ordenó el “vamos con todo” cubriendo a los asesinos con los símbolos sandinistas, para volverlos también parte de la escoria. 

¿Usted ve con frustración al FSLN de hoy?

Mi sentimiento con el FSLN es de distanciamiento total, emocional y racionalmente. No podría usar la palabra frustración. Creo que el papel que jugó frente a la dictadura somocista es imborrable de la historia, y que el sacrificio de tantos jóvenes que murieron cobijados por esas siglas no se borrará de la memoria. Luego la misma historia explicará su mutación de fuerza revolucionaria antidictatorial en fuerza represora y dictatorial. No es la primera vez que ocurre en la historia de las luchas de los pueblos.

¿Cuál cree que será el lugar que Ortega y Murillo ocuparán en la historia?

Ortega pasará a la historia como alguien que en su juventud tuvo ideas revolucionarias, pero que en un momento de su vida comenzó un proceso que terminó en convertirlo en un monstruo, opresor y criminal.  La denuncia de Zoilamérica (Ortega Murillo) indica que Ortega empezó a abusar de ella en 1978. Quiere decir que mientras en Nicaragua el pueblo entero se volcaba a la lucha él cometía esas barbaridades. La información histórica permitirá ver con claridad su trayectoria, su deriva, la obsesión por el poder, compartida con Rosario (Murillo), que los lleva a ser la antítesis de lo que predican en su mentiroso discurso. Pasarán como dictadores crueles, abusadores, responsables de crímenes que ofenden a la humanidad.

Como mencionó lo de Zoilamérica habrá gente que sacará una foto en que usted aparece junto a Ortega en esos días, ¿usted se ha pronunciado sobre eso alguna vez?

Sí. Yo he dicho que, cuando Zoilamérica hizo esa denuncia, yo en el momento no le creí.  Que preferí subordinarme a la disciplina partidaria aprendida durante años, y que Ortega me afirmó que esa acusación era mentira y me pidió  expresamente que llegara a esa conferencia. Que meses más tarde yo me negué a presentarme como candidata a la Dirección Nacional (DN) y que una de las razones fue esa denuncia. Yo le he pedido disculpas públicas a Zoilamérica por no haberle creído. Ella ha publicado sobre este tema en su Facebook hace varios años y que, desde entonces, tengo una comunicación fraterna con ella.

Las personas que aprovechan esa foto en su gran mayoría lo hacen no porque sean solidarias o hayan sido alguna vez solidarias con Zoilamérica, sino porque favorece sus campañas  contra los que venimos del sandinismo.

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Octavio Enríquez

Octavio Enríquez

Periodista nicaragüense, exiliado. Comenzó su carrera en el año 2000, cuando todavía era estudiante. Por sus destacadas investigaciones periodísticas ha ganado el Premio Ortega y Gasset, el Premio Internacional de Periodismo Rey de España, el Premio a la Excelencia de la Sociedad Interamericana de Prensa, y el Premio Latinoamericano de Periodismo de Investigación del Instituto Prensa y Sociedad (IPYS).

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