26 de diciembre 2022
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El comisionado general en retiro Horacio Rocha, de 63 años, salió de las sombras desde noviembre pasado para ocupar el cargo público más relevante del gabinete de seguridad de Nicaragua, luego de años alejado de la vida pública: asesor de seguridad con rango de ministro de Daniel Ortega.
La decisión gubernamental marca el retorno de Horacio Rocha, exsubdirector general de la Policía hasta 2014 y un conspirador leal al dictador, acostumbrado a manejar la información provista por los escoltas de los líderes políticos en el poder, mientras se desempeñó como jefe de la Dirección de Seguridad Personal.
El funcionario se posiciona en el cargo en las horas de mayor autoaislamiento internacional de la dictadura, cuando han radicalizado la represión para evitar rendir cuentas sobre los abusos de derechos humanos cometidos contra la ciudadanía, en especial en la fabricación de procesos contra los presos políticos y la persecución contra la Iglesia católica.
Horacio Rocha uniformado, pese a estar en retiro
Sin decir una palabra, el funcionario ha generado inquietud entre algunos expertos independientes sobre el alcance de su misión. Se vistió con su viejo uniforme policial, mostrando sus antiguos grados en dos actos públicos: la presentación del plan de seguridad para las fiestas de Navidad y año nuevo, acompañando a la jefatura de la Policía. O, junto al mismo Ortega, en el homenaje reciente a las víctimas del terremoto.
“Ningún exdirector general de la Policía, desde 1979, ha estado en un acto público con el uniforme, habría que ver qué rol tiene dentro de las estructuras del régimen y en la Secretaría del FSLN. Puede ser un manejo simbólico eso del uniforme para que ejerza mando”, comentó un especialista, quien también se pregunta si acaso Ortega lo reintegró a las filas policiales en secreto.
CONFIDENCIAL contactó a dos expertos independientes para intentar esbozar un perfil del funcionario. Aceptaron hablar bajo condición de anonimato. En los dos acuerdos presidenciales, en que primero Ortega nombra a Rocha asesor en temas de seguridad (número 164-2022) y luego le confiere el rango de ministro (número 181-2022), lo citan como comisionado general como si estuviese activo y le asignaron una comisión de servicio, permitida por la legislación local en el caso de los oficiales retirados.
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Una de las fuentes describió a Rocha como conspirativo en un entorno formado por otras personas con similares características unidas por su lealtad a Ortega, acostumbrados a actuar como Néstor Moncada Lau, cuya participación en las altas esferas del Estado fue pública cuando Estados Unidos lo sancionó por su participación en la represión. En las sombras, durante años se denunció su influencia por órdenes del gobernante en la misma Policía y el Poder Judicial.
Reingeniería en su esquema más cercano
Parte de los cambios del gabinete de seguridad, realizados por Ortega desde noviembre pasado, muestran una reingeniería que busca afianzar su círculo más cercano en medio de una serie de deserciones de funcionarios de Estado durante el último año, luego de la escalada represiva contra la Iglesia católica y la expulsión sin sentido de misiones diplomáticas.
“La principal razón para llamar a Horacio Rocha a la Secretaría del FSLN es la confianza. Hay muchas deserciones. La pareja—en referencia a Ortega y Murillo—necesita gente leal, que no se vaya a rehusar a cumplir una orden. Aunque tiene acceso a información privilegiada por su cargo, deberá tener mucho cuidado, porque si alguien conoce bien el pasado y presente del ministro es el propio Ortega”, aseguró otra fuente consultada por CONFIDENCIAL.
La vicepresidenta Rosario Murillo dirige unas palabras en un reciente homenaje a las víctimas del terremoto de 1972. La sigue atenta a la izquierda, de uniforme, el comisionado general en retiro Rocha. Foto/19Digital
El 23 de noviembre pasado, el gobernante nombró como nuevo subdirector, a cargo del espionaje policial, a Zhukov Serrano Pérez, antiguo jefe de inteligencia, de quien Ortega destacó públicamente sus estudios en Rusia.
Dos días después de conferirle el rango de comisionado general, el propio tirano retiró al comisionado general Adolfo Marenco Corea, el antecesor, en una medida que para expertos independientes muestra la erosión interna acumulada por el oficialismo en los últimos meses.
Serrano y Marenco han tenido un papel importante como “los ojos y oídos” del Estado de facto policial, impuesto por Ortega desde 2018, a través del cual se han prohibido las manifestaciones, se mantiene bajo vigilancia a los ciudadanos y se ha perseguido a la oposición y sociedad civil.
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Rocha ha expresado públicamente su respaldo a la Policía, señalada por la comunidad internacional de cometer graves abusos, entre ellos delitos de lesa humanidad en días de terror en 2018, cuando hizo equipo con paramilitares y funcionarios de Estado para garantizar la prolongación en el poder del dictador.
En la celebración del 40 aniversario de la Policía, en 2019, Rocha destacó en que es una “Policía fuerte. No solo porque usa la fuerza, por sus principios, vocación, por su entrega, sacrificio, por su esfuerzo y que va sobrevivir a través de la historia 40, 80 años y un montón de tiempo más. Ha contribuido enormemente a la estabilidad y paz social de este país”, afirmó el hasta entonces jefe policial en retiro a Visión Policial.
Acceso a la información de escoltas
Durante décadas, Rocha ha cultivado por un lado el manejo de información privilegiada a la que tenía acceso los escoltas desde el área de “Seguridad Personal”, la cual fue fundada en 1979 como una dirección semejante a los Servicios Secretos en Estados Unidos que tiene como una de sus funciones la protección de líderes políticos.
Aunque en esta área sensible, había cuadros sandinistas más destacados, un experto dijo que Rocha tiene formación y ha sabido moverse en los círculos de poder, acercándose cuando era necesario a los políticos sin importar su ideología.
A quienes conoció mejor desde su cargo en Seguridad Personal en los años de la revolución fue al mismo Ortega y su familia, pero también se acercó a otros mandatarios como Arnoldo Alemán (1997-2002), de quien llegó a defender la construcción de un helipuerto en su residencia, considerado un derroche en los diarios para uno de los países más pobres de la región, pero para él un gasto necesario por asuntos de seguridad.
Es originario de Diriamba, economista con maestría en administración de empresas. Aunque su hermano más conocido públicamente fue el fallecido Julio Rocha López, expresidente de Fenifut, señalado en un escándalo de la FIFA en 2015, tiene una hermana muy vinculada a la cúpula de espías de Ortega.
Eleonora Rocha López, conocida como “Clarita”, participó en el comando del FSLN que llevó a cabo la toma de la casa de “Chema Castillo”, lo que permitió en 1974 la liberación de presos políticos, entre ellos a Ortega. Ella fue además jefa del departamento político de la antigua Dirección de la Seguridad del Estado, dirigida por el coronel en retiro Lenín Cerna Juárez, recientemente sancionado por Estados Unidos.
También es hermano de la comisionada mayor Roxana Rocha López. Para una de las fuentes consultadas, el nuevo ministro asesor tiene una personalidad jocosa, sarcástica, bromista, con capacidad para entablar comunicación y relaciones personales. Se destaca por ser ambicioso en asuntos materiales y económicos.
En 2002, se vio involucrado en un escándalo de sobresueldos otorgados precisamente por el expresidente Arnoldo Alemán. “Así es, todos los miembros de Seguridad Personal, sin excepción, todos recibíamos un salario que iban desde 100 pesos hasta 1500 dólares”, admitió Rocha públicamente al diario La Prensa.
Amigo personal del primer comisionado Francisco Díaz Madriz, consuegro de Ortega y actual director de la Policía Nacional, fuentes consultadas por CONFIDENCIAL recordaron que ambos pertenecieron a “un grupo entrenado en el exterior que no tuvo un papel destacado en el derrocamiento de la dictadura, porque no logró ingresar antes de la insurrección final de 1979”.
Horacio Rocha López siempre ha tenido una pregunta en los labios con quienes se reúne: “¿qué opina usted sobre equis tema?”. Como otros miembros de la élite de conspiradores cercanos a Ortega, es arrogante con sus subordinados, pero es todo lo contrario con quienes integran los círculos de poder de los distintos gobiernos, según las fuentes.
Se encuentra casado con Ana Isabel Argüello Irigoyen, quien laboró en el despacho del exministro del interior Tomás Borge Martínez en los años de la revolución sandinista. Al nombrarla a ella en 2016 como embajadora en Corea del Sur, Ortega decidió que Rocha sería cónsul general. Cuatro meses y medio después salieron de ahí y volvieron a las sombras, de donde Daniel Ortega lo sacó en este momento para ponerlo a su servicio... ¡Otra vez!
