24 de julio 2018
El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, aseguró que la violencia en Nicaragua "patrocinada por el Estado" es "innegable" y acusó al Gobierno del mandatario Daniel Ortega de ser responsable de la muerte de más de 350 personas en la ola de protestas que sacude al país desde abril.
"La violencia en Nicaragua patrocinada por el Estado es innegable. La propaganda de Ortega no engaña a nadie y no cambia nada. Más de 350 muertos a manos del régimen. EE.UU. insta al Gobierno de Ortega a que ponga fin a la violencia YA y a que celebre elecciones adelantadas", escribió Pence este martes, en su cuenta oficial de Twitter.
El vicepresidente acabó su mensaje advirtiendo a Ortega que "el mundo está observando".
Ortega afirmó el lunes en una entrevista a la cadena de televisión de EE.UU. Fox News que las protestas en su país proceden tanto de sectores contrarios como favorables al Ejecutivo y sostuvo que un adelanto electoral crearía “sería una factor de inestabilidad, peor aún en estas condiciones”.
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Desde que comenzó el levantamiento popular en abril pasado en Nicaragua, se calcula que han fallecido unas 300 personas, la mayoría de ellas a manos de grupos paramilitares favorables al Gobierno.
Esta situación ha llevado a Washington a denunciar en diversas ocasiones la violencia y a sumarse a la comunidad internacional en la exigencia de que Ortega acceda a adelantar los comicios fijados para 2021 para poner fin a los enfrentamientos.
Hasta ahora, EE.UU. ha revocado una veintena de visados a funcionarios y otros individuos implicados supuestamente en la violencia y, además, ha sancionado a tres altos cargos nicaragüenses cercanos a Ortega, entre los que figura el jefe de la Policía Nacional y consuegro de Ortega, Francisco Díaz.
Un alto funcionario del Departamento de Estado rechazó detallar a EFE si EE.UU. impondrá más sanciones.
En su rueda de prensa diaria, la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, condenó "los cobardes ataques" contra miembros de la Iglesia católica, que actúa como mediadora en el diálogo nacional entre las autoridades nicaragüenses y la opositora Alianza Cívica, que aglutina al sector privado y la sociedad civil.
"EE.UU. continúa apoyando los esfuerzos dirigidos por la Iglesia para resolver el conflicto en curso en Nicaragua", afirmó.
Esta es la crisis sociopolítica más sangrienta desde la década de 1980 en Nicaragua -con Ortega también como presidente-, después de que su Gobierno realizara unas fallidas reformas a la seguridad social que sirvieron como detonante para que la población comenzara a protestar sobre sus abusos y corruptelas.