16 de enero 2019
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Ciudad de México––. Maximiliano Reyes, designado como subsecretario de Relaciones Exteriores para América Latina del Gobierno del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, afirmó que México está dispuesto a mediar para encontrar una salida a la profunda crisis política que sufre Nicaragua desde abril, cuando iniciaron las protestas contra Daniel Ortega. Reyes informó que el jueves el canciller Denis Moncada visitará México, aunque no dio más detalles sobre si este país expresará su propuesta de mediar en la crisis. “México estaría en disposición de participar, a invitación de Nicaragua, en todo mecanismo de facilitación y mediación del diálogo que permita el acercamiento de las partes en conflicto con pleno respeto a sus asuntos internos y autodeterminación”, dijo el funcionario.
Analistas mexicanos consultados por CONFIDENCIAL habían criticado la incierta posición del gobierno de AMLO ––como lo llaman sus seguidores–– sobre la crisis política de Nicaragua. Esta es la primera vez que un funcionario de alto rango se pronuncia sobre la situación del país, cuya represión de las protestas ordenada por Ortega ha dejado 325 muertos constatados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA. Además, un amplio informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) concluyó que se cometieron crímenes de lesa humanidad durante esa brutal represión contra las manifestaciones que exigen el fin de doce años de autoritarismo.
“Daremos seguimiento puntual a la situación sociopolítica de Nicaragua”, afirmó Reyes. “México no acompañará acciones que puedan afectar negativamente al pueblo nicaragüense y que no sean conducentes para crear condiciones de confianza que se necesitan para acercar a las partes. Tampoco disminuiremos nuestra cooperación internacional para el desarrollo por motivos políticos. De la misma manera estaremos atentos al impacto que la crisis política en Nicaragua pueda tener en nuestros connacionales o las empresas de capital mexicano en dicho país. México es el segundo inversionista en Nicaragua, después de Estados Unidos, y hay 47 empresas mexicanas creando empleos en ese país”, recordó el diplomático en una comparecencia en la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado mexicano.
Reyes afirmó que su país mantendrá como base de su política exterior la denominada “Doctrina Estrada”, que establece que México no intervendrá en asuntos internos de otras naciones y que respetará la autodeterminación de los pueblos. “La Doctrina Estrada sigue absolutamente vigente como la guía básica de un buen relacionamiento diplomático con los países”, dijo, aunque aseguró que esa política “de ninguna manera está peleada con la vigilancia de México en la procuración de los derechos humanos”. Reyes dijo que su país seguirá apoyando al Grupo de Trabajo conformado en el seno de la OEA para dar seguimiento a la crisis de Nicaragua, que hasta ahora ha contado con el “voto favorable” de la nación azteca.
El diplomático también se refirió a la crisis de Venezuela y dijo que “mantendremos una adecuada interlocución con el Gobierno en turno y con todos los actores de la sociedad venezolana”. Aseguró que México “está en plena disposición de fungir como puente de diálogo y mediador en los conflictos internos de ese país si así es requerido por los actores involucrados".
Para el Gobierno de AMLO, dijo Reyes, la mayor preocupación es la crisis humanitaria que sufren los venezolanos, por lo que aseguró que “trabajaremos para identificar canales de apoyo para atender esta situación en beneficio del pueblo venezolano”.
En cuanto a las críticas hechas por la decisión de no firmar un acuerdo del Grupo de Lima que no reconocía el nuevo mandato de Nicolás Maduro, el alto funcionario dijo que la prioridad del Gobierno de López Obrador es apoyar a solucionar los problemas de escasez de medicina y medicamentos que sufren los venezolanos. “Tampoco damos un voto a favor de Maduro”, recalcó ante los senadores que lo cuestionaron sobre la política de México hacia Venezuela.
Reyes Zúñiga afirmó, contrario a lo que dicen los críticos de AMLO, que la diplomacia mexicana “tendrá un papel decisivo en América Latina y el Caribe. México debe ser un líder en la región y estamos dispuestos a asumir esta responsabilidad”. Aunque reiteró que “las relaciones de México con esta región estarán guiadas por los principios constitucionales de no intervención, de autodeterminación de los pueblos, de solución pacífica de controversias, de respeto a los derechos humanos y de cooperación internacional para el desarrollo. Es decir, la política exterior de la Cuarta Transformación será una política exterior de Estado”.
