12 de febrero 2018
El magistrado Roberto Rivas lleva una vida ostentosa. Además del palacete en Madrid, Rivas cuenta con propiedades de lujo en Nicaragua y Costa Rica, automóviles de lujo y jets privados. A la edad de 22 años, Stephanie Rivas Delgado, hija del magistrado del CSE Roberto Rivas, era presidenta de la corporación ACE AEI Inc., una sociedad propietaria del jet matrícula N347GA, que era utilizado por el presidente del Poder Electoral –y los miembros de su familia– para viajes personales.
Tres jets
Los documentos oficiales describen la participación de la hija de Rivas en la compra de los jets, ocho meses después de que Daniel Ortega regresó al poder, en 2007.
Entre 2007 y 2009 el magistrado Rivas adquirió otros dos jets privados, involucrando a miembros de su familia las transacciones.
Cuatro mansiones en San José
En 2009, el diario La Nación, de Costa Rica, reveló que la sociedad Chibulú del Oeste S.A., propiedad de Roberto Rivas y su esposa Ileana Delgado Lacayo, era dueña de un complejo habitacional de cuatro residencias en la exclusiva comunidad Villa Real, con vista al cantón de Escazú.
Nueve vehículos de lujo
Investigaciones del diario La Prensa, revelaron que Delgado Lacayo e Indira Rivas Delgado, hija del presidente del CSE, introdujeron al país en el 2009 al menos nueve vehículos a los que la DGA rebajó impuestos. Tres vehículos comprados por la pareja del magistrado tenían un precio comercial, en ese entonces, de 3.5 millones de córdobas, mientras que otros tres automóviles que trajo su hija costaban 1.6 millones de córdobas.
“Por la ‘rebaja’ de impuestos a los primeros nueve vehículos introducidos al país, se habrían dejado de percibir 3.1 millones de córdobas”, explicaba el diario.
La rebaja de impuestos
Según la misma investigación, no solo la esposa de Rivas y su hija, fueron beneficiadas con rebajas aduaneras al introducir vehículos al país. Los otros dos hijos del magistrado: Roberto Rivas Delgado y Stephanie Rivas Delgado, también lo fueron.
A Roberto hijo, la DGA no cobró 735 mil córdobas por la importación de un BMW 2006 y un Mini Cooper 2006. A su hija Stephanie Rivas Delgado la DGA no le cobró 1.3 millones de córdobas por un Land Rover Sport 2008, otro Land Rover Sport año 2006 y un Toyota FJ Cruiser 2007.
Un patrón de consumo ostentoso
El patrón de consumo del magistrado Roberto Rivas se ha destacado por su ostentosidad, desde hace al menos dos décadas, en que su patrimonio empezó a crecer de forma exponencial.
Hace dieciocho años contaba con una “modesta casa” vacacional en Playa Hermosa. En 2011 el magistrado adquirió una casa veraniega en San Juan del Sur, departamento de Rivas, que según el programa House Hunters International, estaba valorada en 835 mil dólares. Una vez adquirido el inmueble, Rivas realizó una ampliación y remodelación valorada en centenares de miles de dólares
En Managua, cuenta con una mansión en Carretera a Masaya, en el Reparto El Almendro, en un amplio terreno que formaba parte de una propiedad de 18 manzanas que inicialmente fue donada a la Arquidiócesis Metropolitana de Managua, que en su momento fue representada por el cardenal Miguel Obando y Bravo, protector de Rivas.
El contraste entre la suma de todos sus activos, en Nicaragua y fuera del país, y la proyección de sus ingresos anuales derivados su salario como magistrado del Consejo Supremo Electoral, estimados en 60,000 dólares, es lo que llevó en el 2009 a Gustavo García y Julio Marenco, de la Asociación de Abogados Democráticos, a exigir que se publicara la declaración de probidad de Roberto Rivas por presunción de enriquecimiento ilícito.
Sin embargo, el Consejo de Contralores negó el acceso a la declaración de bienes de Rivas. Los abogados denunciarían que el Consejo incumplía su deber y obstaculizaba el acceso a la información pública. Al final la Contraloría haría caso omiso a la demanda.
En defensa de Rivas, algunas fuentes vinculadas al magistrado han alegado que el crecimiento de sus ingresos proviene principalmente de su actividad como productor cafetalero. Sin embargo, no hay evidencias que respalden esta presunción
La finca cafetalera
Roberto Rivas es también dueño de una finca cafetalera ubicada en un sector llamado ‘Buena Vista’, cercano a Pancasán (Matagalpa). “Es una zona con buena altura y buena precipitación pluvial, pero me resisto a creer que eso da para tener aviones y todos los lujos con que vive don Roberto”, aseguró el cafetalero y ganadero, Freddy Tórrez.
Aunque admite que “no conozco la extensión de esa propiedad”, el productor sí asegura que “no es una finca muy grande”, y que en todo caso, le calcula “una producción mediana”.
“Hay productores mucho más grandes en ese sector, que demandan mucha mano de obra, y obligan a los finqueros a competir por los cortadores. Yo nunca he competido con Roberto Rivas por los trabajadores, ni he oído que alguien diga que se va a ir a trabajar a su finca”, aclaró.
Sin conocer con precisión el tamaño de la finca ni su capacidad productiva, el también exdiputado liberal calcula en “unos 5,000 quintales”, la producción anual de la propiedad de Rivas, y asume que el todavía titular del Consejo Supremo Electoral (CSE), “tiene tecnificada su finca”.
De cumplirse esos parámetros, la operación sería deficitaria en este momento, porque producir un quintal de café en una finca tecnificada tiene un costo que ronda los 140 dólares, mientras que a la fecha, los mercados internacionales solo están pagando 120 dólares.
¿Se puede ser millonario así?
Estadísticas mundiales muestran que los precios fluctúan grandemente cada año en dependencia de la calidad del grano, que cerró diciembre de 2017 con una banda de precios que arranca en 87.59 dólares por quintal, y se eleva en 141.62 por quintal.
Solo un año de la última década, el café de mejor calidad cerró con un precio promedio anual encima de los 200 dólares: fue 2011, cuando la categoría ‘colombiano suave’, promedió 283.84 dólares.
Si el cálculo de 5,000 quintales es cercano a la realidad, y la producción de Rivas hubiera obtenido precios de 200 dólares por quintal todos los años, las ganancias del presidente del Consejo serían, en el mejor de los casos, de 300,000 dólares.
En realidad, es más probable que en los años mejores, la ganancia haya sido de 100,000 dólares, lo que se anula con la pérdida de 100,000 dólares que podría haber sufrido en 2017.
“No es cierto que la gente se vuelve millonaria cultivando café… yo produzco mucho más café que él y que Arnoldo Alemán, pero no he podido alcanzar esos límites de ‘felicidad financiera’ que ellos dicen haber alcanzado con el café”, reveló el productor.
Los vehículos en Costa Rica
En el 2009 el diario La Nación de San José reveló que Rivas y su familia usaban en Costa Rica vehículos exonerados, con placas diplomáticas asignadas a la embajada de Nicaragua, a pesar de que la ley no lo permitía. Los autos ingresaron a Costa Rica por la frontera de Peñas Blancas. Un Mercedes Benz S 500, modelo 2009, y un BMW M3, del mismo año.
El Mercedes Benz S 500, modelo 2009, fue inscrito a nombre del embajador de Nicaragua, Harold Rivas Reyes, hermano del magistrado nicaragüense, recientemente removido de su cargo diplomático. El BMW apareció a nombre de Guillermo José Matus Cortez, tercer secretario de la legación.
El diario costarricense confirmó a través de fotografías y videos que los carros eran utilizados por Roberto Rivas, su esposa Ileana Delgado Lacayo, el hijo de ambos, Roberto Miguel.
La Nación también escribió que un vehículo Porsche, 911 Carrera, exonerado e inscrito a nombre del embajador Rivas, en realidad era utilizado por dos hijos del presidente Ortega, Maurice y Laureano, entonces estudiantes universitarios en Costa Rica, alojados en una de las mansiones de Rivas.