Izquierda democrática seguirá denunciando la represión de Ortega en América Latina

La lucha por visibilizar en América Latina el aislamiento en que viven los más de 180 presos políticos torturados en las cárceles del régimen, no termina con el despliegue armado que ordenó el Gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo el viernes pasado en el puesto fronterizo de Peñas Blancas, dijeron al programa Esta Semana que se transmite hoy a las 8.00 p. m.: en CONFIDENCIAL, un parlamentario argentino y un activista de izquierda, que integran la Comisión Internacional por la Vida y la Libertad de los Presos Políticos en Nicaragua.

De hecho, “el despliegue militar descomunal, el cierre de fronteras… la preocupación del régimen por iniciativas como la nuestra… nos dio la razón”, analizó el activista argentino Mariano Rosa, coordinador político de la Comisión,”

“Nosotros como Comisión, no terminamos nuestra tarea ayer. En realidad, podríamos decir que la estamos empezando”, añadió explicando que tienen un compromiso con los familiares, con las organizaciones del exilio con las que van a discutir cómo seguir, basados en su “orientación política democrática desde la izquierda. Vamos a continuar pensando nuevas iniciativas, seguramente de mayor envergadura”, prometió.

El objetivo es ampliar la convocatoria a otras organizaciones internacionales, figuras del campo político, intelectual, cultural, etc., que se pronunciaron para dar su apoyo a la Comisión una vez conformada, movidos por la certeza que “no hay dictadura que dure cien años”.

“Venimos de un país -en su caso, Argentina- que tiene una larga tradición de lucha por memoria, verdad y justicia. Vamos a difundir en un informe, en una relatoría, todo lo que encontramos, y nos vamos a estar reuniendo con familiares y colectivos en los próximos días porque nuestro compromiso con la causa de la democracia real y la libertad en Nicaragua, recién está empezando”, prometió.

Ortega no tiene argumentos… desde hace tiempo

El rechazo policial del régimen, a una iniciativa civil de contenido político como la que protagonizó el grupo de diez parlamentarios y activistas de seis países latinoamericanos, no tomó a nadie por sorpresa, como lo explica el delegado sindical y legislador electo, Pablo Almeida, también de nacionalidad argentina.

“Sinceramente, expectativas no teníamos, porque sabemos de lo que es capaz el régimen dictatorial de Ortega y Murillo, pero nos veíamos en la obligación de realizar un intento junto con la comunidad nicaragüense que está en el exilio, de visibilizar la situación en la que están las y los presos en Nicaragua. Que haya sido una negativa de la índole que fue hacia fuerzas de izquierda progresistas, es una demostración más palmaria de que el régimen ya no tiene argumentos”, aseveró.

Almeida rechazó la sola sugerencia de que se use en contra de ellos la retórica de ser ‘agentes del imperialismo’, o de estar pagados por Estados Unidos, porque “con los organismos internacionales puede decir que están financiados por tal o cual, pero de nosotros no puede decir eso. Ni de nosotros, ni de nadie de la delegación que hemos viajado de distintos puntos de Latinoamérica”.

El legislador es parlamentario del Frente de Izquierda Unidad, en su condición de integrante de la Izquierda Socialista, que viajó hasta Costa Rica, junto con otros tres parlamentarios argentinos de distintos partidos que componen ese Frente, (y otros ocho de cuatro países más), rechazando “todos los atropellos contra los pueblos de Latinoamérica, gobierne quien gobierne”.

Su labor apunta a denunciar vejaciones en Chile, Colombia o Ecuador, “así que nadie puede decir que tenemos una inquina personal ni direccionada hacia el régimen Ortega-Murillo, pero está claro, y quedó demostrado el viernes, que si no deja ingresar a nadie para ver la situación de las personas detenidas, es porque en Nicaragua se están violando los derechos humanos”, sentenció.

Izquierda democrática contra represión

Identificarse como ‘de izquierdas’, no les impide ver -y denunciar- los errores que cometen regímenes que dicen ser ‘de izquierdas’, como suelen autodenominarse las dictaduras que usurpan el poder en Cuba, Venezuela y Nicaragua.

En el caso específico de nuestro país, Rosa, líder sindical y coordinador de la Comisión, aseveró rotundo que “lo que hay en Nicaragua no tiene nada que ver con la izquierda, o el socialismo”.

Opina que en su faceta política, la dictadura utiliza “métodos sangrientos… con mucho de ‘gimnasia’ estalinista”, al perseguir, espiar, e intentar quebrar la moral y la capacidad de resistencia de los presos políticos, que son, en su mayoría, menores de 40 años.

“Hay un especial ensañamiento con emblemas históricos del sandinismo que se han alejado de esa fuerza política. Por lo tanto, creo que también dejamos claro un mensaje: que hay otra izquierda que es democrática, y que por lo tanto, repudia la persecución por lo que se opina”, valoró.

El coordinador de la Comisión sabe que ni el Gobierno de Cuba, ni el de Venezuela, van a condenar la existencia de reos de conciencia en Nicaragua, y que en vez de eso, eligen avalar esa política porque “de esa manera también encubren sus propias contradicciones y la política represiva que tienen hacia sus propios sectores críticos”.

El miedo del régimen de Ortega

Almeida advirtió las grandes similitudes existentes entre Cuba y Nicaragua, en su política de represión y captura selectiva de líderes opositores, y cómo estos regímenes autoritarios dicen actuar “en nombre del socialismo, y nada tienen que ver con el socialismo”, generando confusión entre la población, pero “hay sectores que tienen claridad que esto no es socialismo”, precisó.

El también dirigente sindical señaló cómo el régimen ataca a “sectores disidentes del sandinismo”, como “Dora María Téllez, una de las comandantes de la revolución del 79, que está en las cárceles”, del mismo modo que “en el exilio podemos encontrar cantidad… de figuras de derechos humanos… en Nicaragua hay una cancelación de la vía política: se ha cancelado toda posibilidad de hacer política y de tener una mínima participación”.

“El régimen Ortega-Murillo tiene tanto miedo, que ha cancelado oenegés, ha echado a las monjas de la Orden de Madre Teresa de Calcuta… la paranoia de este régimen dictatorial -con razón, porque hay un odio popular masivo- es tan grande, que arremete contra todo”, dijo citando la cancelación de la personería jurídica a organizaciones feministas del país, lo que considera “el comienzo de la persecución. No hay nadie que se salve de la persecución en Nicaragua”, advirtió.

Los Gobiernos de América Latina

Almeida también cuestionó al presidente del Gobierno de su país, Alberto Fernández, por no condenar la violación de los derechos de los ciudadanos nicaragüenses, para “mantener un estatus independiente” que le permitiera ser “un factor de mediación”, aunque luego le quedó claro que “es parte de su política de… alineamiento con los regímenes autoritarios dictatoriales… de Venezuela y Cuba”, y también lo señala de estar alineado “con el imperialismo yanqui… y en particular con el Fondo Monetario Internacional”.

Rosa opina que la Liga Internacional Socialista tendrá que emplazar a Gobiernos que se dicen ‘de izquierda’ (como México, Bolivia, Argentina, y Honduras) para que se pronuncien con relación a Nicaragua, especialmente “después de lo que ocurrió con la Comisión en la frontera”. Eso incluye al presidente electo de Colombia, Gustavo Petro, quien declaró que aspiraba a “una América, desde Alaska hasta la Patagonia, sin presos políticos”.

“Tenemos un trabajo enorme para hacer: desenmascarar el doble discurso de muchos Gobiernos que son progresistas en la narrativa, pero que en los hechos concretos tienen mucho de silencio cobarde y complicidad”, concluyó Rosa.