4 de abril 2024
Los interrogatorios a funcionarios de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y del Tribunal de Apelaciones de Managua (TAM) se han convertido en “norma” dentro del Poder Judicial, usurpado por Rosario Murillo desde octubre de 2023. Esa situación ha creado una atmósfera de “temor generalizado” dentro de ese poder del Estado y provocado retardación de justicia en todo el país.
Los últimos interrogados en la Dirección de Auxilio Judicial, conocida como El Chipote, fueron los magistrados Marvin Aguilar, de la CSJ, y Octavio Rothschuh Andino, del TAM, pero “eso no es algo que asuste” a los funcionarios judiciales, porque “una mañana te pueden llevar a un interrogatorio de dos horas o podés amanecer ahí (en El Chipote) el fin de semana, pero el lunes llegas a trabajar”, comenta el abogado y exfuncionario del Poder Judicial, Yader Morazán.
Morazán indicó en el programa Esta Noche que, incluso “los jueces y magistrados, han preparado a su personal de apoyo para ser interrogados en cualquier momento”.
Pese a la aparente “normalización”, los interrogatorios no dejan de generar “temor” entre los trabajadores del Poder Judicial. “Los jueces, después de que fueron perseguidores (de presos políticos), se han convertido en perseguidos”, advierte Morazán. “Incluso personas que tenían mucho poder, a través de sus 'padrinos', no han sido excluidas de estos interrogatorios”, agrega.
La abogada constitucionalista, Azahálea Solís, estima que la intervención de Murillo en el Poder Judicial y estos “interrogatorios normalizados” materializan la “muerte anunciada" de ese poder del Estado.
“Estamos frente a un Poder Judicial desaparecido, en el que quienes mandan son dos funcionarios partidarios, Horacio Rocha —que sabemos que ya no era miembro de la Policía Nacional y sin embargo sigue usando el uniforme— y Fidel Moreno(...). Es la destrucción absoluta del Poder Judicial”, subrayó Solís.
Murillo prepara sucesión dinástica
Para Solís, la razón de fondo de la intervención del Poder Judicial y las defenestraciones de magistrados es “la centralización de poder” y “la preparación para la sucesión dinástica” de la vicepresidenta Murillo.
“De lo que se trata es de demostrar quién manda”, advierte la abogada. “Rosario Murillo está preparando las condiciones para tener el poder absoluto de toda Nicaragua, de lo institucional y de lo no institucional. Entonces, está mostrando ese poder frente a lo que quedaba todavía, algún rescoldo ahí del Poder Judicial”, agrega.
Una opinión similar expresa Morazán, quien advierte sobre un “cambio en las estructuras de poder”. Estas estructuras “antes obedecían a los lineamientos de Daniel Ortega y ahora se está sucediendo a Rosario Murillo, a través del brazo represor de Fidel Moreno y Horacio Rocha, que son las personas encargadas de ejecutar toda esta nueva reorganización dentro de ese poder del Estado”, subraya.
Solís, además, valora que esos magistrados que están siendo interrogados “en algún momento tuvieron alguna veleidad, algún atisbo de pensar que eran autoridades realmente y aquí les demostraron que no lo eran”.
Con estos interrogatorios, Murillo, además de demostrar su poder, está enviando un mensaje preventivo “para que a nadie más se le ocurra tener creatividad en el funcionamiento de su cargo de autoridades”, agrega la abogada.
Magistrados llegan a disimular
Sobre los interrogatorios a los magistrados Aguilar y Rothschuh, Morazán comenta que estos lograron conservar sus puestos de trabajo en la CSJ y el TAM, pero se desconoce si todavía gozan de la confianza del régimen.
Rothschuh “fue interrogado, pero lo mandaron nuevamente a hacer presencia dentro de los complejos judiciales”, comenta el exfuncionario judicial. “Esta semana ha ido a su oficina a disimular. Lo que no se sabe con exactitud es si va a seguir llevando causas”, agrega.
Sobre Aguilar lo que se sabe es que fue interrogado en febrero, por presuntos actos de corrupción, y desde entonces no recuperó el mando político que ejercía en la CSJ.
Esta situación, advierte Solís, confirma que en Nicaragua “nadie mueve una pulgada si no es autorizado” por el régimen. “Esa frase que se dice constantemente en los interrogatorios de que ‘es una orden de arriba’. Ese es el asunto, la orden de arriba dice que cometieron algo que no estaba autorizado”, apunta.
Mayor retardación de justicia
Mientras tanto, Morazán enfatiza en que esta intervención de Murillo en el Poder Judicial está retardando la impartición de justicia en todo el país, debido a que los despidos masivos mantienen “paralizados” muchos procesos que estaban en estado de sentencia, donde los jueces ya habían valorado pruebas y solamente tenían que dictar la sentencia. Esta situación provoca que las partes tengan que volver a iniciar los juicios.
El exfuncionario judicial también indica que actualmente existen complejos judiciales locales donde “de ocho jueces solamente se salvó uno y ahí hay Juzgados donde todavía, hasta el día de hoy, no se están recibiendo causas”.