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Humberto Belli: La voz profética de la Iglesia católica no callará

Abstención: Única opción el 7 de noviembre. Empresarios y Cosep están intimidados, pero tendrán que decir: “esta elección no la podemos reconocer”

La Iglesia católica está jugando un papel crucial en la crisis nacional al expresar y denunciar la verdad de lo que sucede en Nicaragua

Carlos F. Chamorro

23 de agosto 2021

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La Iglesia católica está jugando un papel crucial en la crisis nacional “al expresar la verdad de lo que sucede. Es la única voz pública y de prestigio en Nicaragua que está señalando con claridad lo que todos sabemos, que no hay condiciones para una elección”, afirma el exdirectivo de Funides, Humberto Belli, quien salió del país  para evitar una detención ilegal. Su familia fue objeto de un allanamiento policial en su casa, y posteriormente de un asalto masivo ejecutado por desconocidos que dijeron participar en un “segundo operativo”.

Belli describe el impacto que está teniendo el clima de intimidación y terror impuesto por el Gobierno en la libertad de expresión, y en particular en el sector empresarial organizado en el Cosep. “No es fácil ser libre o expresar tu pensamiento cuando tenés una pistola en la cabeza”, comenta, y alude a las represalias económicas que ejecutan a través de la DGI, DGA, alcaldías y ministerios, en contra de los empresarios.

Ante el cierre de la vía electoral, el exministro de Educación y autor del libro “Buscando La Tierra Prometida, Historia de Nicaragua 1492-2019”, considera que “la forma más efectiva de rechazar el proceso electoral es absteniéndose” de votar el 7 de noviembre.

Belli reconoce que la comunidad internacional ya está desconociendo las elecciones por su falta de legitimidad y que los sectores nacionales que están intimidados, enfrentarán ese mismo dilema después de la elección. “Ojalá que el sector privado, aún al riesgo de ser castigado, tenga el coraje patriótico, la valentía, de decir --esta elección no la podemos reconocer. Lo contrario sería demostrar una cobardía enorme y confesar que están chantajeados”, afirmó en una entrevista en el programa Esta Semana.


 Las últimas acciones del Gobierno, cerrando la vía electoral, sumado a la represión y la persecución, están imponiendo un estado de terror que ha sido denunciado por la Comisión de Justicia y Paz de la Arquidiócesis de Managua ¿hay alguna luz de esperanza, o se impondrá el silencio? 

El silencio cada vez es más tentador para muchísimos sectores debido a que este régimen intimidante amenaza a muchos, particularmente al empresariado. La Iglesia sigue la tradición de mucha valentía a través de los siglos, que tiene como vocación ser una voz profética que resiste a las amenazas y las presiones del entorno. La Iglesia es la que tiene actualmente la mayor posibilidad de hablar con claridad y de expresar la verdad de lo que sucede.

Los otros sectores los veo muy intimidados; por un lado, han destruido partidos políticos, han encarcelado a los principales opositores, han silenciado las principales voces de disensión. Vos, por ejemplo, podés seguirlo haciendo porque te tuviste que ir del país igual que yo, podemos hablar desde afuera, pero ya desde adentro se está volviendo casi imposible expresar la verdad y hacer críticas que serían  normales en cualquier sociedad democrática.

La Iglesia y el sector privado

Esta semana el obispo de Jinotega, monseñor Carlos Enrique Herrera, dijo en una entrevista que no hay condiciones para una elección transparente y que él como obispo comparte el planteamiento que hizo la Arquidiócesis de Managua ¿Qué papel pueden jugar los obispos y la Conferencia Episcopal en esta crisis? 

Yo creo que ya lo está jugando. Es la única voz pública y de prestigio en Nicaragua que está señalando con claridad lo que todos sabemos, que no hay condiciones para una elección. Eso hasta los mismos sandinistas estoy seguro que lo saben. No hay una persona, creo, en el mero Gobierno, que piense que va a haber una elección de verdad. Ya está todo predeterminado y la Iglesia está jugando un papel sumamente importante que es mantener la luz de la verdad ante el público.

Sectores que son muy relevantes en la vida nacional, como COSEP, yo entiendo que estén claramente intimidados. No es fácil ser libre o expresar tu pensamiento cuando tenés una pistola en la cabeza, un empresario que se atreva a criticar al Gobierno puede tener un reparo de la DGI, la aduana (DGA) le puede complicar su mercancía, las alcaldías le pueden meter un reparo millonario. Ya vemos lo que pasó recientemente con Llansa, que el Ministerio de Construcción y Transporte le está exigiendo un pago de 3.7 millones de dólares porque supuestamente no cumplió bien un contrato. Son campanadas de alerta que le dicen al sector privado en forma muy elocuente, si estás molestando te va a ir muy mal.

Pero los gremios del sector privado estaban promoviendo una campaña cívica en demanda de participación electoral. Ahora que se cierra la vía electoral ¿pueden constatar lo que ha ocurrido como lo hacen los obispos de la Iglesia católica? Sabemos que el Cosep ha tenido varias reuniones y no puede definir un pronunciamiento en relación a esta crisis 

Personalmente, sabiendo del chantaje al que están sometidos, yo casi que preferiría que se queden callados, porque el comunicado que sacaron el 23 de julio —que fue el último comunicado público del Cosep— invitaba al pueblo a participar en el proceso electoral llamándolo una “fiesta cívica”, cuando ya las condiciones estaban bastante ennegrecidas y el único partido que quedaba con posibilidad era CxL. Ahora que CxL está eliminado y que es clarísimo que no hay ninguna condición para elecciones libres, sería terrible que alguien del empresariado llamara a participar en las elecciones, y criticarlas lo veo muy difícil. Si un director va a poner su firma en una crítica puede verse expuesto a terribles sanciones económicas, hasta la confiscación de sus bienes y el problema es que las críticas propositivas hechas con diplomacia, irritan a la pareja gobernante. Ya vemos, por ejemplo, los exabruptos contra Costa Rica y contra España no fueron porque esos dos países hicieron algún ataque grosero al Gobierno, sencillamente pedían electrones libres, respeto a los derechos humanos, pero hay una susceptibilidad tremenda que no lo habíamos visto antes de la pareja gobernante, cualquier pequeña crítica e insinuaciones los irrita muchísimo. Entonces eso hace muy difícil la libertad de expresión.

Después del 7 de noviembre

¿Qué se espera el 7 de noviembre? Los sandinistas van a votar por Daniel Ortega; los partidos colaboracionistas nunca han tenido respaldo del electorado, ¿Qué opciones que le quedan a la mayoría de la población?

Yo creo que la forma más elocuente y visible de rechazar el proceso electoral es absteniéndose. En las elecciones de 2016 yo recorrí todos los lugares donde había estado en elecciones anteriores y me sorprendió la enorme abstención, casi no lo podía creer. En la Junta Receptora de Votos mía, en la carretera sur, donde antes tenían que hacer filas de 2 o 3 horas para poder votar, había dos personas. Fue increíble la abstención. Hacer una abstención masiva y que sea documentada por periodistas, creo que sería la forma más elocuente de mostrar el rechazo del pueblo nicaragüense a la elección, porque si la gente llega a hacer un voto nulo va dar la impresión de que hay participación. Vos no podés saber si la persona votó nulo o no votó, solamente ves la gente afuera del recinto electoral. Entonces, creo que la forma más efectiva de rechazar el proceso electoral es absteniéndose.

Sin embargo, en 2016, a pesar de esa abstención masiva Ortega se reeligió, tuvo reconocimiento de la OEA a nivel internacional, y a nivel nacional también, a pesar de la abstención tuvo un reconocimiento político ¿Cuál es la situación ahora? La comunidad internacional dice que no reconocerá los resultados. ¿La comunidad nacional le otorgará legitimidad a esta reelección de Ortega después de la matanza, y del cierre de la vía electoral? 

Esa es una buena pregunta. La comunidad internacional desde ya está desconociendo las elecciones nicaragüenses como algo ilegítimo, ya han perdido toda legitimidad internacionalmente y nacionalmente también, pero como vos decís, será necesario dentro de Nicaragua que distintos sectores desconozcan la legitimidad de esas elecciones y ahí, por ejemplo, la Iglesia tiene la libertad de acción de hacerlo, porque aunque echen presos a sacerdotes, callar la voz de la Iglesia es muy difícil, el ejemplo de Cristo es que él nunca calló la voz de la verdad aunque lo crucificaran y ese es un ejemplo que ha seguido la Iglesia heroicamente través de los siglos. Entonces es de esperar que el clero y los obispos hablen con plena claridad, pero va a ser más difícil desconocer el resultado electoral para sectores que están sumamente intimidados, que están realmente bajo la ley del chantaje.

Aquí es como que estás bajo el dominio de un Al Capone que si te portas mal te arrasa tu tienda. Entonces veremos, pero ojalá que el sector privado aún al riesgo de ser castigado tenga el coraje patriótico, la valentía, de decir --esta elección no la podemos reconocer. Lo contrario sería demostrar una cobardía enorme y confesar que están chantajeados.

Has hablado de la valentía y la labor profética de la Iglesia, pero los obispos y los sacerdotes también están amenazados, han sido atacados por el presidente y la vicepresidenta con virulencia que les llama “curas, hijos del demonio” ¿El Papa Francisco, el Vaticano, están respaldando a esta Iglesia que está siendo perseguida? 

Estamos esperándolo, ojalá que suceda. Recuerdo en tiempos de la Revolución Sandinista que el papa Juan Pablo II mandó una carta de solidaridad al arzobispo Obando, antes de ser nombrado Cardenal, cuando la Iglesia de Nicaragua estaba siendo sometida a mucha presión y luego, cuando llegó a Nicaragua fue muy claro en las cosas que dijo, hasta el punto tal que los sandinistas trataron de boicotear la misa. Ojalá que el papa Francisco, que debe estar muy bien informado de lo que ocurre en Nicaragua, dé una voz de aliento a los obispos nacionales para que nos sintamos acompañados de la más alta jerarquía de la Iglesia católica.

Después del 7 de noviembre, si Ortega se reelige sin legitimidad internacional, bajo una controversia a nivel nacional en cuanto a las capacidades de distintos sectores de definirse, ante esta crisis ¿Qué posibilidades tiene Nicaragua de que estas elecciones sean anuladas y que sea convocada una reforma electoral y una verdadera elección?

Esa va a ser la grita de la comunidad internacional y también de los sectores internos de Nicaragua, pedir una nueva elección. Creo que va a ser la presión y la única alternativa cívica que queda, hacer una presión muy fuerte. Por un lado, desconocer las elecciones tal como fueron, y exigir, como se está haciendo hasta cierto punto en Venezuela, un nuevo proceso electoral con garantías plenas, algo que los Ortega no lo van a permitir porque ellos tienen mucho que perder si pierden el poder.

¿Es posible transición democrática en Nicaragua con Ortega y Murillo, o debe ser sin Ortega y Murillo?

Yo lo veo imposible con Ortega y Murillo. Si fuera posible creo que hubieran podido ceder algo en estas elecciones y no los veo a ellos soltando el poder. Ellos sienten que están atrapados sin salida; es decir, que si sueltan el poder no van a tener posibilidad de conservar sus privilegios, tienen el riesgo incluso de ser enjuiciados por los crímenes de lesa humanidad que se cometieron en 2018. Entonces, se están aferrando al poder, a mí juicio, no solamente por ambición de continuar y por los deleites del poder, sino porque sienten que no tienen salida fuera del poder. No sé si podría orquestarse alguna especie de arreglo nacional e internacional que les permitiera, lo que hemos llamado una escalera de oro de bajada, un aterrizaje suave, pero si eso no se puede armar, si no hay posibilidad de un aterrizaje suave para la pareja presidencial, ellos van a seguir atrincherados en sus temores y en El Carmen.

La crisis y los servidores públicos

El sector público en el que vos trabajaste como técnico en el Banco Central, en los años 70, y después como ministro de Educación, en los años 90 ¿Qué rol tiene en esta crisis? Algunos dicen que son rehenes del régimen, otros dicen que son partícipes políticamente de este Gobierno.

Hay de los dos. Hay círculos en el Gobierno que son totalmente cómplices de la pareja porque están beneficiándose del sistema, incluso, puede haber presiones hacia la pareja para que continúen porque eso les garantiza a ellos seguir disfrutando el pastel. Pero hay  también otros sectores dentro del mismo Gobierno que están viendo que la actual ruta puede redundar en pérdida de visa, en sanciones que van a afectar muchísimo el país y de rebote también a ellos mismos. Entonces, creo que hay un sector incondicional que quiere conservar el status quo y otro círculo alrededor, que estoy seguro, que están teniendo grandes dudas sobre el rumbo que los está llevando Ortega.

Es muy probable que haya fracturas, disensiones internas, claro que todas son calladas y solapadas porque hay un régimen de intimidación muy fuerte, pero yo he visto instancias, incluso lo experimenté en una ocasión que caí preso por unas horas, de que hay oficiales, policías, militares, que no están contentos del todo. Incluso me consta, de que hay descontento fuerte incluso dentro de las filas del Ejército.

¿Podría ser este el origen de alguna semilla de cambio interno o que esas fracturas se conviertan eventualmente en una grieta?

Ojalá exista gente suficientemente valiente dentro del propio sandinismo para decirle, no que se vaya, sino que por lo menos no siga el rumbo tan represivo que ha adquirido Nicaragua los últimos meses. Yo no veo la necesidad de esta escalada represiva que más bien está llevando al país al precipicio o a una situación sumamente incierta. Creo que dentro del mismo sandinismo debe haber gente que dice --“¿cuál es la necesidad de todo esto?”. Hay mucha gente dentro del sandinismo que son inteligentes, tienen sentido común, tienen miedo, pero en sus adentros deben estar pensando que este no es el rumbo correcto para Nicaragua ni para ellos mismos.

¿Cuál es el impacto de esta crisis política en la economía, en las proyecciones de inversión? ¿Tiene Funides, como centro de investigación económica, una proyección sobre el 2022? 

Tengo entendido que Funides va a tratar de seguir funcionando, aunque sea en Costa Rica, haciendo análisis de la situación económica. No hay unanimidad de opinión sobre cuál será la repercusión de la situación política el año que viene. El Gobierno tiene reservas monetarias muy fuertes, las exportaciones probablemente van a seguir inyectando dinero de divisas al país, las remesas han crecido muchísimo y van a seguir creciendo en la medida que vaya más gente para afuera. Entonces hay posibilidad de que el Gobierno se defienda económicamente el año que viene, que no colapse la economía, pero si va haber un entumecimiento severo de las inversiones. No va a haber inversión, va a haber estancamiento, y hay la posibilidad que, si las sanciones de Europa y Estados Unidos son fuertes, llegue a haber una contracción económica. Veo difícil que lleguen a afectar el Dr-Cafta porque hacerlo lanzaría al desempleo a cientos de miles de nicaragüenses y eso es algo que nadie apoya. La comunidad internacional (debe) tener la habilidad de buscar sanciones sin dañar al pueblo nicaragüense, pero que ejerzan suficiente presión en la cúpula del poder para que cambien de rumbo.


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Carlos F. Chamorro

Carlos F. Chamorro

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Fundador y director de Confidencial y Esta Semana. Miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo. Ha sido Knight Fellow en la Universidad de Stanford (1997-1998) y profesor visitante en la Maestría de Periodismo de la Universidad de Berkeley, California (1998-1999). En mayo 2009, obtuvo el Premio a la Libertad de Expresión en Iberoamérica, de Casa América Cataluña (España). En octubre de 2010 recibió el Premio Maria Moors Cabot de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia en Nueva York. En 2021 obtuvo el Premio Ortega y Gasset por su trayectoria periodística.

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