23 de agosto 2022
Fernando Antonio Baltodano Velásquez, alcalde sandinista de Diriamba, en Carazo, fue encontrado muerto la tarde de este lunes 22 de agosto, con un impacto de bala en la cabeza y en el interior de su camioneta, estacionada en un predio baldío en la carretera entre Diriamba y el balneario de La Boquita. La Policía Nacional todavía no ha emitido un informe sobre el suceso.
En redes sociales y en la aplicación de mensajería WhatsApp ha circulado una fotografía del cadáver del alcalde, en la que aparece sentado frente al timón de su vehículo y agarrando una pistola con ambas manos. La imagen ha desatado una ola de especulaciones entre los pobladores de Diriamba, quienes consideran que Baltodano fue asesinado.
Según el diario La Prensa, la alcaldía de Diriamba fue intervenida la semana pasada por el Instituto Nicaragüense de Fomento Municipal (Inifom), por un supuesto “problema con unos cheques”.
Baltodano, de 54 años, estaba al frente de la comuna desde 2013 y se perfilaba como el candidato del Frente Sandinista en las próximas elecciones municipales del 6 de noviembre de este año.
El sandinista ya había sido alcalde de Diriamba entre 2005 y 2008. Además, fue electo diputado departamental por el FSLN en Carazo, para el período de 2012-2017, por lo que la Junta Directiva del Parlamento le otorgó un permiso para dirigir el palacio edilicio.
En 2014, los medios de comunicación informaron que Baltodano presentó su renuncia —se desconocen los motivos—, pero no fue aceptada por el Frente Sandinista, por lo que siguió en el cargo.
En 2018, Baltodano fue señalado por pobladores de Diriamba de ser uno de los responsables —junto al alcalde Mariano Madrigal, de Jinotepe— de la “Operación Limpieza” en Carazo, donde más de 20 ciudadanos fueron asesinados a manos de policías y paramilitares, en el contexto de las manifestaciones cívicas populares que exigían la salida del poder de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
También fue acusado de coordinar un ataque de turbas orteguistas contra el cardenal Leopoldo Brenes; el obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez; y el nuncio apostólico en Nicaragua, monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag, cuando ellos llegaron a la Basílica Menor de San Sebastián, en Diriamba, para liberar a un grupo de jóvenes que se encontraban refugiados en el templo y rodeados por paramilitares.