15 de junio 2023
A pocos días de la 53° Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), en la que está planificado aprobar una declaración crítica de la situación en Nicaragua, el Gobierno del brasileño Luiz Inácio Lula da Silva envió un texto alternativo que busca bajarle el tono a la denuncia de represión, violaciones a los derechos humanos y al derecho de propiedad, por parte del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Una publicación del medio argentino Infobae señala que las delegaciones de cinco Estados habían redactado una propuesta de declaración que buscan consensuar con todos los países para que los cancilleres la aprueben la próxima semana. Sin embargo el Gobierno de Brasil envió esta semana un texto alternativo que “le baja el tono, quita algunas críticas a la dictadura de Daniel Ortega y le agrega condicionales a algunos de los graves hechos que ocurren en el país”, subrayan.
Entre los cambios más importantes que propone el Gobierno de Lula está en el penúltimo párrafo, cuando en vez de pretender que la OEA pida el “retorno” de la democracia a Nicaragua, propone solicitar “el fortalecimiento” de la democracia en el país.
La publicación también enfatiza que, en la fase de diagnóstico de lo que pasa en Nicaragua, el texto propuesto originalmente expresa una “profunda alarma” por los informes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre el escalamiento de la represión en Nicaragua. Pero Brasil pide sustituir ese calificativo por “expresar preocupación”.
El Gobierno brasileño también pide quitar las líneas que hablan sobre “la confiscación de bienes y activos y la denegación de pensiones para aquellas personas privadas de la nacionalidad por el Gobierno” y agregarle la palabra “supuestas” a las violaciones al derecho de propiedad y Seguridad Social ejecutadas por la dictadura nicaragüense.
“El Gobierno de Lula pide que se quite la frase que dice que el ‘empeoramiento de las condiciones ha provocado que cientos de miles de nicaragüenses hayan abandonado el país desde 2018’ y quita las líneas en la que los países hablan de su preocupación por el rechazo de Nicaragua a comprometerse con los mecanismos internacionales de derechos humanos”, se lee en el artículo.
Condicionan los hechos ocurridos
La propuesta alternativa de Brasil también agrega condicionales a muchos hechos ocurridos en el país. Por ejemplo, advierte Infobae, “en un párrafo que se pedía a Ortega ‘que deje sin efecto las normas que han permitido’ privar arbitrariamente de su nacionalidad a ciudadanas y ciudadanos nicaragüenses, le cambia la redacción para que diga que “puedan haber permitido”.
“Donde decía que las acciones de Ortega ‘restringen’ libertades públicas, propone escribir que “puedan restringir”, agregan.
En el texto original también se pedía “cesar” toda acción violenta en contra de las personas, así como “restablecer” los derechos civiles y políticos y que se “detenga” la intimidación y acoso a periodistas y comunidades religiosas. Brasil propone “cambiar esas palabras y pretende que se le pida a Ortega ‘frenar’ acciones ‘que puedan considerarse como una violación a los derechos humanos’. Pero no las reconoce como tal”, dice la publicación.
Además de los condicionales, “la propuesta de Brasil cambia tiempos verbales para evitar reconocer violaciones de derechos humanos. En esos casos la redacción alternativa a los pedidos de ‘cesar’ la represión que propone es pedirle que ‘se abstenga’ de reprimir, ignorando que esos hechos ya han sucedido”, dice el texto.
El argumento del Gobierno de Brasil para suavizar la declaración sobre Nicaragua es que “si realmente se quieren producir cambios” se necesita “bajar el tono de la confrontación y permitir tender puentes de diálogo”.
En ese sentido, una de las modificaciones que propone Brasil es cambiar un párrafo que hablaba de mostrar a la Asamblea General de la OEA como “preocupada por el desconocimiento de Nicaragua y su rechazo a comprometerse con los mecanismos internacionales de derechos humanos”, por un texto que diga que la organización está “dispuesta a comprometerse de manera constructiva con Nicaragua con miras a que cumpla sus obligaciones internacionales de derechos humanos”.
Brasil es miembro del Grupo de Trabajo de la OEA sobre Nicaragua, que el 7 de junio pasado presentó una síntesis del trabajo realizado desde 2018. En esa ocasión, mientras Chile y Canadá presentaron sus críticas a la dictadura de Ortega, Brasil optó por guardar silencio, cuando hasta que asumió el Gobierno de Lula era crítico de la dictadura de Ortega.
Un documento “lamentable” y “vergonzoso”
El exembajador de Nicaragua en la OEA, Arturo McFields, señaló que la propuesta de Brasil es “lamentable”, “vergonzosa” y constituye “una burla” para los miles de nicaragüenses que han sido víctimas del régimen de Ortega y Murillo en los últimos cinco años.
“Lo más grave es donde (el Gobierno de Brasil) dice que en Nicaragua no hay problemas con la democracia sino que hay que fortalecer la democracia”, advirtió McFields. Sin embargo, está demostrado que “en Nicaragua no existe democracia, existe una dictadura que confisca, exilia y encarcela”, agregó.
El exembajador, además, lamentó que la delegación de Brasil en la OEA “está hablando de que (en Nicaragua) hay supuestas confiscaciones” y también “está pidiendo que se elimine el término dictadura”. Esto es “es gravísimo” porque “está mintiendo el presidente Lula y está contando otra historia que jamás existió en Nicaragua”, dijo.