19 de agosto 2023
La Cancillería del Gobierno de Colombia manifestó este sábado "su preocupación" por la confiscación de la Universidad Centroamericana (UCA) de Nicaragua, y condenó "con vehemencia todas las medidas que limitan la libertad religiosa, de cátedra y de expresión" en el país.
La justicia del régimen de Daniel Ortega ordenó a la universidad jesuita traspasar al Estado sus bienes muebles e inmuebles, así como sus cuentas bancarias, basándose en una acusación en la que se señala a la UCA de haber funcionado “como un centro de terrorismo, organizando grupos delincuenciales".
"Colombia manifiesta su profunda solidaridad con los estudiantes, profesores y demás personal afectado por la incautación de los bienes de la UCA que, bajo la administración de la Compañía de Jesús, es una de las principales instituciones educativas de Nicaragua", expresa el comunicado.
El superior general de la Compañía de Jesús, Arturo Sosa, reclamó que “se revierta y corrija” la confiscación de la Universidad Centroamericana (UCA), ejecutada por el régimen de Ortega. Pues, valoró, las acusaciones contra la universidad jesuita “son totalmente falsas y sin fundamento alguno”.
En una misiva dirigida a la Curia Provincial de Centroamérica, Sosa expone parte de las arbitrariedades en este proceso, ya que —además de las acusaciones infundadas— a la UCA “se le ha negado el derecho a la legítima defensa”.
Ante esta situación, Sosa señaló que un juicio justo, con una justicia imparcial, sacaría a luz “la verdad de toda la trama que el Gobierno ha venido ejecutando, desde las protestas juveniles de 2018, contra la UCA, contra otras muchas obras de la Iglesia católica y contra miles de instituciones de la sociedad civil, con el fin de asfixiarlas, cerrarlas o apropiárselas”.
Régimen de Ortega responde a Colombia
El régimen de Ortega, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, respondió al comunicado de Colombia afirmando que no lo reconoce "como autoridad alguna" y rechazan "categóricamente la posición intervencionista" que expresaron "con insolencia e ignorancia vulgar sobre la corrección en el manejo de los asuntos entre los Estados".
Además, le recomendó "mantener su mirada en sus propios problemas, que son enormes, y que afectan grandemente la vida y la indispensable convivencia ciudadana en su propio país".
"Ver la paja en el ojo propio y no en el ajeno, para evitar inmiscuirse en lo que no les concierne ni les concernirá, porque en Nicaragua somos libres y jamás volveremos a ser esclavos", indica el comunicado.
"El servilismo o servidumbre ante los amos imperiales nunca ha dejado nada bueno y nunca ha servido para ocultar las propias pestes, las más crudas miserias o desgracias, las enfermedades del alma que solo pueden curarse atendiéndose con esmero y devoción", prosigue el documento con un tono poco diplomático.