19 de julio 2017
El gobierno del comandante Daniel Ortega y el Frente Sandinista presentaron “los avances políticos, sociales y económicos” que han logrado en la última década mientras han ejercido el poder ante el Foro de Sao Paulo, la reunión de partidos de izquierda que se celebró en Managua previo a la celebración del 38 aniversario de la Revolución Sandinista este 19 de julio.
El gobierno “cristiano, socialista y solidario”, se presentó como un modelo de “izquierda” para la región latinoamericana en este encuentro, que convoca a partidos políticos y movimientos de esa tendencia ideológica. Contra las “agresiones del imperialismo”, un modelo de gobierno que favorece a los más pobres, a los trabajadores, a las mujeres, y que ha conseguido “una abrumadora reelección” durante las pasadas elecciones de noviembre de 2016. Esta última apreciación en palabras de José Ramón Balaguer Cabrera, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, otro de los asistentes al Foro que elogió la gestión de Ortega, que ahora gobierna junto a su esposa Rosario Murillo como vicepresidenta.
“Es una combinación de diferentes métodos de lucha: La electoral, la disputa por los espacios institucionales, lucha social”, enumeró Carlos Fonseca Terán, secretario adjunto de relaciones internacionales del FSLN. “En términos del modelo socio político, la propuesta es el poder ejercido por los ciudadanos. La propiedad ejercida por los trabajadores. Y la conducción política del partido (sandinista) sin sustituir al pueblo en el ejercicio del poder”, dijo a CONFIDENCIAL.
El Foro fue celebrado en un hotel capitalino. Por el gobierno de Ortega asistieron miembros de la Juventud Sandinista, del partido y diputados sandinistas, como José Figueroa, Raquel Dixon, Filiberto Rodríguez e Irma Dávila. Las deliberaciones concluyeron en mociones de respaldo a la Asamblea Constituyente que impulsa Nicolás Maduro en Venezuela.
“Gracias al presidente Daniel y la compañera Rosario”
La diputada Dávila participó en el taller sobre las mujeres y destacó “que en Nicaragua, gracias a la voluntad del presidente Daniel y la compañera Rosario, han avanzado en materia política”. “Estamos en 50 y 50 en todos los espacios”, celebró la legisladora, en referencia a la ley que establece que los cargos públicos sean repartidos por igual entre hombres y mujeres.
“Hemos abordado cómo nos hemos venido empoderando en los espacios económicos. Hemos dado a conocer todo lo que tiene ver en la restitución de derechos de la propiedad, de salud, educación, vivienda… en todos los ámbitos de la vida”, detalló Dávila, presidenta de la comisión de justicia en el Parlamento.
Dávila sostuvo que el modelo el gobierno del comandante Ortega “viene desde la familia, la persona, la comunidad, va cambiando la vida de las familias y genera bienestar común”. Eso se ha traducido, de acuerdo a su análisis, en “menos muertes maternas y la prevención de la violencia”.
Dávila omitió mencionar las reformas a la ley que castiga la violencia de género en Nicaragua que ordenó el comandante Ortega, y la reducción del delito de femicidio al ámbito privado, lo que ha sido catalogado como un retroceso por organizaciones feministas.
Para respaldar sus afirmaciones la diputada recurre a “las cifras”. Por ejemplo, cita que en la Asamblea Nacional hay 36 legisladoras propietarias. “Las mujeres estamos en el poder de decisión”, remarcó Dávila.
Sin embargo, movimientos feministas independientes critican que si bien el número de mujeres en puestos públicos ha aumentado, no significa que tengan poder real en la toma de decisiones. Cuando le recordamos el reciente caso de la destitución de María Auxiliadora Chiong como ministra del Ministerio de Economía Familiar, Cooperativa, Comunitaria y Asociativa (MEFCCA), por declarar a medios de comunicación independientes que el programa Hambre Cero dejó de ser gratuito, Dávila argumentó que “las mujeres somos protagonistas de programas y proyectos: Tenemos voz. Por eso te doy estas declaraciones”.
“Allí están los hechos”
Carlos Fonseca Terán, hijo del comandante Carlos Fonseca fundador del Frente Sandinista, desestimó las críticas a la forma autoritaria del gobierno del comandante Ortega, y la denuncia nacional e internacional de la instauración de una dinastía familiar.
Si eso fuese cierto, a juicio de Fonseca Terán, la popularidad de Ortega y Murillo no sería tan elevada. El organizador del Foro de Sao Paulo descartó que el poder esté concentrado en la pareja presidencial. Mencionó los programas sociales del gobierno “que promueven el protagonismo popular”.
“Allí están los hechos: Basta con irse a dar una vuelta por los barrios de Nicaragua para darse cuenta que el pueblo está siendo protagonista de su historia”, afirmó Fonseca Terán.
No solo los miembros del Frente Sandinista contradijeron y condenaron el señalamiento de la instauración de un gobierno familiar en Nicaragua, y la imposición de Rosario Murillo como vicepresidenta, que la coloca en la línea de sucesión constitucional.
Damián Alegría, diputado salvadoreño del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), dijo que la “historia de Murillo” no empezó “casándose” con el comandante Ortega.
“Sabemos que (su historia) viene de mucho más atrás: desde sus años de juventud trabajando con el Grupo Gradas, que hacía una labor de protesta contra la dictadura de Somoza. Su lucha en los años de la clandestinidad y luego su cercanía a la población a través de las organizaciones comunitarias de defensa de la Revolución”, aseveró Alegría.
En la actualidad, el diputado del FMLN, apreció el trabajo de Murillo al frente de desastres naturales. Insistió “en su cercanía con la gente” a través de sus monólogos diarios a través de los medios oficiales.
“Nosotros no le damos crédito a esa historia de que hay una dinastía. En los procesos revolucionarios hay militantes que se destacan mucho, y no es extraño que dos grandes se unan y se casen”, elogió Alegría.
“Participación de los pueblos indígenas”
Los pueblos indígenas y afrodescendientes fue uno de los temas abordados en el Foro de Sao Paulo. Por Nicaragua participó Myrna Cunningham, exdiputada sandinista y defensora de los pueblos indígenas cercana al gobierno del comandante Ortega. Ella dijo que el “país destaca” porque desde el año 1987 “tiene una reforma constitucional que crea las regiones autónomas en el Caribe”.
En esta materia Nicaragua es pionera porque en la región todavía hay pueblos que promueven la autonomía y el auto gobierno, de acuerdo a Cunningham.
“El principal obstáculo sigue siendo transformar ese modelo autonómico en un modelo que garantice la sostenibilidad económica. Transformar estos territorios indígenas que ya están tituladas a nombre de los pueblos en zonas donde se produzca para poder vivir con dignidad”, aseguró Cunningham. Se trata, precisó, de promover un modelo económico “que responda al planteamiento económico del buen vivir, armonía entre los seres humanos y la naturaleza”.
Cunningham reconoció la invasión de colonos y el tráfico ilegal de tierras en las comunidades miskitas en el Caribe norte, aunque minimizó la violencia a la que han estado expuestos los miskitos.
Desde septiembre de 2015 más de 35 miskitos han sido asesinados, según el recuento del Centro por la Justicia y Derechos Humanos de la Costa Atlántica de Nicaragua. “Yo siento que esa cifra de muertos habría que considerarla”, sostuvo Cunningham.
La exdiputada sandinista discrepa de la denuncia de los miskitos sobre la inoperancia del gobierno central para encontrar una solución al conflicto, y la demanda del saneamiento de los territorios, que implica expulsar a los colonos de las tierras ancestrales. En cambio, Cunningham se mostró a favor de la cohabitación entre indígenas y colonos, algo que no es aceptado por las comunidades de la zona.
“No se trata de entrar a las comunidades, sacar a los mestizos y generar un conflicto. Estos casos requieren de negociaciones con cada familia involucrada”, propuso.
En junio de 2016, CONFIDENCIAL publicó una amplia investigación que demostró el tráfico y la venta ilegal de tierras indigenas. El gobernador del gobierno territorial, Carlos Alemán Cunningham, es uno de los principales implicados. Hay avales firmados por este funcionario, militante sandinista e hijo de Cunningham. En los avales y escrituras figura además Waldo Müller, concejal sandinista.
Asimismo, Cunningham negó el éxodo de miskitos que se han refugiado en territorio hondureño a causa de la violencia de los colonos. Reconoció que en las comunidades miskitas hubo grupos armados en 2015, pero dijo que estaban ligados al narcotráfico.