22 de julio 2015
La grácil joven Ximena Castilblanco pegó rosas rojas y lirios amarillos en cada escudo de los antimotines de la Policía Nacional, que bloqueaban el paso de la protesta que exigía elecciones libres y transparentes hacia la sede del Consejo Supremo Electoral (CSE). Las flores, sostenidas con cinta adhesiva en la coraza plástica, era la forma en que varios jóvenes expresaron su deseo de condiciones transparentes para ejercer el sufragio en 2016, liderando este miércoles la quinceava manifestación en las inmediaciones de Metrocentro.
Los políticos del Partido Liberal Independiente (PLI), del Movimiento Renovador Sandinista (MRS) y organizaciones de la Sociedad Civil vieron cómo estos pocos jóvenes universitarios, quienes subrayaron no pertenecer a partidos políticos, le dieron un nuevo aire a la protesta pegando flores y pintando caritas felices a los pies del cordón de antimotines.
Flavio Latino se hizo de un megáfono mientras los manifestantes estaban sentados en el pavimento y explicó el sentir de ellos, los jóvenes: “Hay muchos amigos de la universidad que no vienen a la protesta, ¿saben por qué? No porque no la consideren justa y necesaria, sino porque las banderas políticas no nos representan”, dijo Latino.
La energía del joven cautivó a los manifestantes e incluso a los antimotines que miraban a través de los escudos enflorados. “No estamos en contra de los partidos políticos, porque reconocemos el derecho de estar aquí, pero pedimos que el próximo miércoles vengamos solo con la bandera de Nicaragua para que más jóvenes se sumen”, recomendó Latino.
“No pertenezco a un partido político, pero queremos que el PLI y el MRS el próximo miércoles traigan propuestas para ver qué haremos en 2016”, agregó Latino, subrayando el compromiso por elecciones libres y transparentes.
Este miércoles alrededor de 200 personas protestaron en las inmediaciones de Metrocentro, menos que en otras ocasiones, porque este mismo día el PLI convocó otra manifestación en Juigalpa.
Despliegue policial enorme
El despligue policial en Managua fue gigantesco como en otras ocasiones, con centenares de oficiales antidisturbios y varias patrullas policiales. El perímetro del CSE estaba cerrados por todos los flancos. No había pase vehicular, lo que ocasionó desde tempranas horas caos vial. Aunque la protesta solo cubría unas pocas cuadras, los oficiales decidieron cerrar toda el acceso a la Rotonda Rubén Darío desde Plaza de las Victorias, Plaza el Sol, la Avenida Universitaria y la arteria de la Catedral de Managua.
La primera fila del cordón policial estaba apertrechada con máscaras antigas, como esperando alguna confrontación. Sin embargo, lo único que recibieron fueron flores frescas y varios reclamos por la represión usada en la pasada protesta contra los diputados opositores y ciudadanos.
El discurso del comandante Daniel Ortega este 19 de julio fue motivo de crítica en la protesta. El mandatario sandinista criticó los abusos policilaes en Estados Unidos contra afroamericanos, pero “minimizó” lo sucedido en Nicaragua, hizo notar el diputado Eliseo Núñez.
“Fue una estrategia de comunicación bien diseñada por Ortega para sobreponer un problemas más grande para ocultar el de Nicaragua”, dijo el parlamentario del PLI. “Pero dos cosas podes sacar del discurso de Ortega. La primera es la criminalización de la protesta en Nicaragua versus el apoyo supuestamente dado a EE.UU”, señaló.
El segundo punto esgrimido por Núñez fue el caso de la masacre de Las Jagüitas, cuya mención apenas ocupó quince segundos en la arenga de Ortega. “Ves la concepción que él (Ortega) tiene de la vida humana. Para él los muertos fueron por errores de procedimiento, no son muertos, no son niños, no es gente que perdió la vida… eso te dice qué tanto aprecio tiene Ortega por la vida humana”, fustigó.
Téllez: "la política del garrote"
La exguerrillera sandinista Dora María Téllez observó durante la protesta que el elevado número de antimotines responde a que “Ortega es esquizofrénico”. “Es candil de la calle, oscuridad de su casa, porque para fuera predica todo y para adentro hace lo contrario. Es un mentiroso, para fuera dice derechos humanos y para adentro va el garrote”, fustigó Téllez.
El líder evangélico Saturnino Cerrato, quien ha expresado públicamente sus aspiraciones políticas, criticó el actuar de la Policía Nacional al permitir la libre circulación el pasado 19 de julio a los manifestantes del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). “Al ver la libertad con que festejaban y transitaban me sentía bien, pero me preguntaba, ¿por qué esa libertad y transitar no la tenemos los demás? Esa es una vergüenza porque ante la ley somos iguales. Si la Policía no reprimió esa manifestación tampoco debería de reprimir las nuestras”, reprochó Cerrato.
Cerrato espera que los denominados “miércoles de protesta” hagan recapacitar al gobierno, porque si no demostrará que “es una dictadura que gobierna por sus pistolas”.
Desde Nagarote y con ochenta años
La anciana Luz Marina Blanco miraba desde la acera la vitalidad con que los universitarios lideraban la protesta. Con más de ochenta años, ha venido varios miércoles de Nagarote a protestar. Aunque su forma de participación también es usual. Levanta dos biblias al aire y ora con los ojos cerrados y la voz en alto.
“No queremos que sigan matando y asesinando, porque eso no quiere Dios, eso es la plaga”, expresó Blanco con la mirada alzada al cielo. “Los sandinistas se van a robar las elecciones y es mejor que se vayan, ya no queremos sangre, una miseria para Nicaragua. Dios quiere un buen presidente, no uno que mate a la gente”, afirmó Blanco esta vez agitando las biblias, que, dijo la anciana, son “mis espadas que Dios me dio”.
La protesta transcurrió en calma este miércoles y su fin llegó cuando los universitarios echaban en una bolsa de basura los lirios amarillos y las rosas rojas que los antimotines despegaron de los escudos y machacaron con sus botas contra el piso. “Vamos a volver con más jóvenes el otro miércoles, para hacer más dinámica la protesta”, prometió Latino.