6 de agosto 2015
La espiral de protestas que demanda elecciones libres y transparentes en Nicaragua alcanzó este miércoles la cabecera del departamento de Madriz, Somoto, ciudad ubicada a 217 kilómetros de Managua y famosa por sus rosquillas y su imponente cañón rocoso. Desde tempranas horas un parlante interrumpió la tranquilidad de la mañana somoteña con una canción cuyo estribillo insistía: “En esta lucha no existen brechas, ni diferencias de ideologías, hoy no hay izquierdas, hoy no hay derecha, solo hay amor a la tierra mía”.
Decenas de campesinos se congregaron en el caso urbano tras bajar de las altas montañas verdes que flanquean la ciudad. “Ahí vienen los hermanos del MRS (Movimiento Renovador Sandinista)”, anunció una voz a través del parlante, mientras los presentes aplaudieron. El diputado del Partido Liberal Independiente (PLI), Armando Herrera, fue uno de los organizadores de esta protesta que recorrió las principales calles de Somoto hasta llegar a la sede del Consejo Supremo Electoral, que estaba protegido por oficiales de la Policía Nacional.
“La gente se siente frustrada porque no se cuenta su voto”, gritó Herrera a todo pulmón. En seguida el parlamentario hizo un recuento de las modalidades que el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y el CSE han usado para perpetrar fraudes electorales: Ya sea acarreando gente de Yalagüina a Totogalpa para que voten varias veces, actas de votación infladas o el ratón loco. “El orteguismo tiene secuestradas las elecciones”, dijo Herrera.
El diputado del PLI, y originario de estas tierras, denunció que el partido de gobierno desplegó a la Juventud Sandinista y funcionarios de instituciones públicas en las comunidades para persuadir a los campesinos de participar en la protesta. “Es lamentable que el señor alcalde de este municipio se haya movilizado a las comunidades, a decirle a la gente que si no vienen a la manifestación les van a dar casa, carretera... Les promete el cielo y la tierra”, criticó Herrera.
Fleder Flores, representante del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH) en Somoto, dijo a Confidencial que el delegado departamental del Ministerio de Transporte e Infraestructura (MTI) detuvo varios buses que transportaban a manifestantes. “Él personalmente se subía a los buses a verificar si viene gente a la marcha o no”, dijo Flores.
Pese a los contratiempos, alrededor de 1, 500 personas asistieron a la activad denominada #MiércolesDeProtesta, según los cálculos del PLI. Parte de la dirigencia nacional de ese partido político encabezó la marcha. Los diputados Said Zavala, Pepe Matus y Francisco Valdivia acompañaron a Eduardo Montealegre, quien caminó junto a dirigentes locales del MRS y de la Sociedad Civil.
Montealegre criticó las dos únicas respuestas que el gobierno del comandante Daniel Ortega le ha dado a estas protestas que vuelto sintomáticas en el país: instalar cada miércoles decenas de efectivos policiales, y la amenaza de la presidenta interina de la Asamblea Nacional, Iris Montenegro, de desaforar a los diputados del PLI que participen en las protestas contra el CSE.
“Eso significa una cosa nada más: miedo a los ciudadanos, miedo a que hayan elecciones libres, miedo a que podamos mediante el voto cambiar a las autoridades”, dijo Montealegre. “Significa que Ortega no tiene el 85% de popularidad como dicen las encuestas amañadas. Lo que significa es que hay un gran repudio al orteguismo, que los ciudadanos quieren cambios mediante el voto”, agregó el presidente del PLI, abogando por un cambio de régimen por la vía cívica y no violenta.
Reclamo por las cédulas
Los campesinos que marcharon en Somoto elevaban más fuerte el reclamo por cédulas de identidad. “No tenemos elecciones libres ni cédulas para nuestros hijos”, afirmó Francisco López, originario del municipio de San Lucas. “A los sandinistas a las casas llegan a pedirles datos y a nosotros no. ¡Por eso andamos luchando!”, tronó López, agitando una bandera del PLI en el aire.
José Ángel Cruz contó que su hijo no ha podido obtener su cédula de identidad porque en el CSE le dicen “que no aparecen las partidas de nacimiento”. “Esa es la primer traba. Lo segundo es que mantienen a supervisores que nos vigilan a los que andamos en la democracia para no dejarlos entrar al Consejo”, agregó este hombre miembro de la Resistencia.
Cruz le pidió al gobierno de Ortega “que se ponga la mano en la conciencia”, “que no sea cochino, que no sea corrupto, que aprende a respetar las leyes, porque mi hijo necesita una cédula”.
Adilia Figueroa Pérez, una campesina menudita y de ademanes tímidos, escuchó las declaraciones de Cruz y se animó a hablar. “Desde la edad de diez años conocí el mandato de Sandino, y ahora que estoy aquí quiero libertad para mis cinco hijos, y cuando uno viene a la cedulación se la niegan… como nicaragüense que es tiene derecho”, aseveró Cruz, a quien fue difícil entenderle porque soltaba las palabras muy rápido, encaramando una detrás de otra.
Por más de dos horas y bajo un sol ardiente, que a ratos se ocultaba tras las nubes, los campesinos caminaron por las calles de Somoto donde la mayoría de la gente que estaba en las aceras hacía señas de aprobación a los manifestantes. Solo en las sedes de las instituciones del Estado el signo de la casilla dos era desenfundado en señal de desaprobación. Nery Alonso Padilla desde la multitud se dirigía a los trabajadores públicos con las coplas —que dijo con orgullo—eran de su autoría. “Observación nacional e internacional / para sacar a ese animal”, expresaba Padilla por el megáfono.
Montealegre anunció en el discurso de cierre del “#MiércolesDeProtesta” de Somoto que las protestas seguirán por todo el país. La próxima semana será en Jinotega.