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El grito desesperado de Ucrania por los presos de guerra de Putin

Familiares de presos políticos ucranianos condenados por Rusia denuncian el aislamiento que sufren y piden ayuda al mundo para lograr su liberación

Yvenhia y Oleksander

Yvenhia y Oleksander, padres de Maksym Butkevych muestran una fotografía de infancia de su hijo. Foto: Volodymyr Cheppel, del Laboratorio de Periodismo de Interés Público (PIJL) de Ucrania | Cortesía

Yader Luna

/ Enviado Especial

16 de julio 2023

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Desde Kiev, Ucrania. La primera vez que Maksym Butkevych salió a protestar tenía 13 años. Era 1990. Los estudiantes de Kiev iniciaron una huelga de hambre, en la plaza ahora conocida como Maidan, que desencadenó un año después en la independencia de Ucrania de la Unión Soviética. “El salió en un documental declarando resuelto: ‘nosotros como estudiantes también queremos protestar’”, recuerdan sus padres, Yvenhia y Oleksander. Lo describen siempre como un adolescente terco pero involucrado en ayudar a los demás.

Hijo de una bibliotecaria y un profesor de Ciencias, se decidió a estudiar Filosofía en la Universidad Nacional “Taras Shevchenko”, en Kiev. Después hizo una maestría en Artes y Antropología en la Universidad de Sussex, en Gran Bretaña. Pero la vida lo llevó a desempeñarse como reportero de Hromadske Radio y trabajó para el servicio de noticias de la cadena británica BBC.

Pero prefirió dejarlo. “¿No era más fácil seguir siendo periodista de la BBC, vivir en el centro de Londres y disfrutar de la vida?”, le cuestionó la periodista Iryna Vyrtosu en una entrevista en 2017. A lo que respondió: “Trabajar en corporaciones donde hay una jerarquía por encima de vos es interesante, pero estoy más cerca de las redes que consisten en pequeños grupos móviles”. 

Además, declaró que no se podía decir que fue una decisión repentina, porque mientras vivió en Londres se involucró en diversas protestas. “La historia de mi activismo es mucho más larga que la historia de mi participación en el periodismo. Cuando era adolescente, me uní a la lucha por la independencia de Ucrania (…) me di cuenta que no sería capaz de compaginar periodismo y activismo. Era necesario elegir”, manifestó. 


Y lo hizo. Tiempo después también formaría parte de Amnistía Internacional Ucrania y luego participó en la creación de “Sin Fronteras”, una organización de apoyo a refugiados. 

El explicaba constantemente que su misión era “reducir la cantidad de sufrimiento”. Después de todo, una persona refugiada a la que no se le concede protección y se ve obligada a volver al lugar de donde huyó es una historia de dolor.

“Por lo general, no me llamo a mí mismo un ‘defensor de los derechos humanos’, este es un título grande, pero si llamamos a lo que hacemos protección de los derechos humanos (…) nos ocupamos de cosas terribles y sucias: crímenes de odio, encarcelamiento ilegal, el problema de la deportación forzada de personas de países donde enfrentan encarcelamiento y tortura, a menudo la pena de muerte. Para ser honestos, los defensores de derechos humanos somos trabajadores de saneamiento, limpiamos las alcantarillas. Pero cada vez que logro ayudar a una persona, siento que he salvado el mundo de alguien”, afirmó. 

Un antimilitar en el frente de batalla

A partir de la invasión rusa en Ucrania el 24 de febrero de 2022, Maksym decidió enlistarse en el Ejército. “He sido antimilitarista toda mi vida consciente y lo sigo siendo por convicción. Pero en este momento, siento que estoy en mi lugar. Estos son tiempos trágicos. Cada uno hace lo que puede desde donde está”, aseguró al tomar la decisión. Así lo recordó en Twitter, su amiga Oleksandra Matviichk, directora del Centro de Libertades Civiles de Ucrania.

Su madre dice que ese día la llamó y le anunció que se uniría a las Fuerzas Armadas de su país. “No nos extrañó, él siempre ha luchado por lo que le parece justo”, detalla Yvenhia. 

Cuatro meses después, el 24 de junio de 2022 un amigo de la familia llamó a sus padres y les dijo que Maksym había sido capturado por los rusos en la región ocupada de Luhansk. Los medios de propaganda rusos publicaron videos de su interrogatorio. Desde entonces nadie ha logrado verlo más.

Hasta antes de la guerra ayudó a muchas personas, especialmente mujeres que huían de los regímenes de Rusia y de Bielorrusia. “Por eso se explica el odio contra él que tienen los rusos que apoyan a Vladímir Putin”, indica su padre. 

Condena violatoria e ilegal

Un tribunal ruso condenó a Maksym a 13 años en una prisión de alta seguridad. A él junto a Viktor Pohozei y Vladyslav Shel los declararon culpables de crímenes de guerra, que incluyen atacar a civiles en las regiones de Luhansk y Donetsk.

En el video difundido sus padres lo vieron agotado. Aunque supuestamente se inculpó, se cree que fue torturado para hacerlo. “Las llamadas ‘declaraciones de culpabilidad’ de Maksym Butkevych, Viktor Pohozei y Vladyslav Shel dictadas en estos simulacros de juicio deben considerarse nulas y sin efecto”, manifestó Denis Krivosheev, director adjunto de Amnistía Internacional para Europa Oriental y Asia Central.

“Al otorgar la labor de impartir ‘justicia’ sobre cuestiones tales como crímenes de guerra a un Poder Judicial no reconocido en los territorios ocupados por Rusia en Ucrania, la propia Rusia está violando el derecho internacional humanitario al negar a los prisioneros de guerra ucranianos su derecho fundamental a un juicio justo. Privar deliberadamente a un prisionero de guerra de su derecho a un juicio justo e imparcial constituye un crimen de guerra”, agregó Krivosheev.

Maksym Butkevych ha dedicado gran parte de su vida a la lucha a favor de los refugiados. Foto: Tomada de Unian.net

Sus padres afirman que Maksym nunca estuvo el 4 de junio de 2022 en una ciudad donde los rusos afirman que amenazó a una mujer y a su hijo con fusilarlos. “Todo es una mentira”, insisten. 

Ellos han recibido llamadas de personas que viven en Canadá, Alemania, Estados Unidos y Francia, a los que un día su hijo ayudó. “Porque él salvaba a la gente de persecuciones políticas, de raza, de discriminación sexual”, destaca su madre. Eso contradice la imagen que Rusia quiere vender de él. “No lo quieren presentar como un prisionero de guerra, sino como un demonio, como un terrorista”, agrega. 

Ucrania reclama por las detenciones

A inicios de junio de 2023, las autoridades de Ucrania acusaron a Rusia de transferir presos políticos de la península de Crimea a un centro de detención secreto en la ciudad de Chongar, en la región de Jersón. 

“Este tipo de detenciones son una violación de los derechos humanos y las libertades por parte de las fuerzas de ocupación. Todos los que han sido ilegalmente detenidos debido a cargos que han sido falsificados deben ser puestos en libertad”, aseveró el comisionado de Derechos Humanos de la Rada Suprema de Ucrania, Dimitro Lubinets. 

Hasta esa fecha estimaban que 181 personas se encontraban ilegalmente detenidas en Crimea y Rusia. 

Encarcelados por protestar

“Mi acto fue un grito del corazón y de la conciencia dirigido a aquellos que, como yo, tenían miedo pero no querían ni quieren esta guerra (…) es mejor estar preso con la conciencia clara que estar suelto como un ganado silencioso”. Así declaró el artista ucraniano Bogdan Ziza, al ser sentenciado a 15 años de prisión. 

Este joven de 28 años originario de Crimea está detenido, desde el 19 mayo de 2022, después de que salpicó pintura con los colores de la bandera de Ucrania en la puerta del edificio de la administración de la ciudad de Yevpatoria, ocupada por Rusia. También por lanzar un cóctel molotov. 

Bogdan grabó todo en un video que publicó en sus redes sociales. En la publicación también incluyó un discurso contra la guerra. “Quiero hacer un llamado a todos los representantes de la cultura del grafiti, a todos en Crimea, Rusia, Bielorrusia. Quiero recordarles que la cultura del grafiti es ante todo una protesta. Y ahora es el mejor momento para esto”, explicaba.

Bogdan Ziza detenido por realizar una pinta con los colores de la bandera de Ucrania en territorio ocupado por Rusia. Foto: Cortesía

“Hay una guerra terrible que desató Putin y todo su aparato estatal. La propaganda rusa está tratando con todas sus fuerzas de convencer a la gente de que esto es normal, de que no hay necesidad de hacer nada, de que hay que sentarse en silencio y observar; que nadie puede hacer nada, pero ahora es el momento de salir a la calle y expresar nuestra protesta”, insistía en el video. 

Horas después circuló otro video en el que Bogdan se disculpaba. Después se supo que fue grabado bajo amenazas. Aunque inicialmente estuvo en un centro de detención en Crimea, en enero de 2023 fue trasladado a la ciudad rusa de Rostov.

El pasado 10 de junio, Bogdan inició una huelga de hambre por 17 días exigiendo que se le despojara de la ciudadanía rusa recibida debido a la ocupación en Crimea y que todos los presos políticos ucranianos fueran liberados. 

Su hermana, Oleksandra Ziza, apuntó que tuvo que obtener la ciudadanía rusa porque era la única forma en que Bogdan podía vivir en su casa en Crimea para cuidar de su abuela.

“Mi hermano se dedicaba a pintar y escribir poesía, jamás su intención fue hacer daño a nadie. Lo que hizo puede ser considerado un acto de vandalismo si se quiere, pero nunca un acto de terrorismo”, asegura.

Oleksandra Ziza (centro) conversa con periodistas sobre la situación de su hermano encarcelado por los rusos. Foto: Oleksandr Popenko, del Laboratorio de Periodismo de Interés Público (PIJL) de Ucrania | Cortesía

Además, advierte que en poco más de un año de prisión Bogdan ha visto morir a cinco hombres en la prisión. “Él ha podido enviar cartas a la libertad, incluso una en la que se dirige al presidente de Ucrania, en la que lamenta que están juzgando a ucranianos en un lugar donde, según la opinión rusa, los ucranianos ni siquiera pueden estar”, detalla Oleksandra. 

En una carta que Bogdan envió tras iniciar la huelga de hambre contó que se sentía bien, pero tenía dolor de cabeza. “Siento una mayor debilidad día tras día”, narraba. 

“Tengo que discutir con el guardia de la prisión todos los días para tener la oportunidad de dar un pequeño paseo. A veces, tengo la oportunidad de quedarme bajo la cálida luz del sol, que desafortunadamente, no llega a mi celda”, comentaba en su escrito. 

Aunque admitía que sus demandas “son pocos realistas en este momento” su tarea era alzar la voz. “Es difícil para mí sentarme y esperar que se resuelva solo, que alguien más lo aborde por mí, por nosotros”, argumentaba. 

La representante permanente de la Presidencia de Ucrania para Crimea, Tamila Tasheva, asegura que todos estos prisioneros saldrán en libertad cuando se recupere el control de los territorios ocupados por Rusia. 

“Hay cientos de casos que involucran a quienes han caído en las ruedas de la maquinaria totalitaria rusa en Crimea. Sin embargo, sabemos que hay mucha gente que está resistiendo en silencio”, apunta.

Tamila Tasheva, representante permanente de la Presidencia de Ucrania para Crimea, muestra fotografías de Bogdan Ziza. Foto: Oleksandr Popenko, del Laboratorio de Periodismo de Interés Público (PIJL) de Ucrania | Cortesía

Tanto Maksym como Bogdan han hecho saber a sus familiares que esperan recuperar su libertad algún día y que la victoria solo vendrá con la liberación total del territorio ucraniano. 

“También se trata de cómo seremos después (…) espero que no nos haga tan crueles que dejemos los derechos humanos en un segundo plano”, declaró Maksym en un programa de radio dos meses antes de su encierro.

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Yader Luna

Yader Luna

Periodista nicaragüense, con dos décadas de trayectoria en medios escritos y digitales. Fue editor de las publicaciones Metro, La Brújula y Revista Niú. Ganador del Grand Prize Lorenzo Natali en Derechos Humanos.

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