15 de marzo 2019
El embajador Todd Robinson, principal asesor sobre Centroamérica en el Departamento de Estado de Estados Unidos, “no cree” que Daniel Ortega y Rosario Murillo “tengan dudas” acerca de “dónde se encuentra” Washington “en términos de alcanzar algún tipo de acuerdo político” en Nicaragua. La postura estadounidense, explica, es: “Diálogo de buena fe” para restablecer la democracia, cesar la represión, liberación de los presos políticos, y elecciones adelantadas “que no incluyan” a la pareja presidencial.
Robinson ofreció estas declaraciones desde Bruselas, Bélgica, este jueves cuando el Parlamento Europeo aprobó una resolución sobre la crisis sociopolítica y exigió a la Unión Europea aprobar sanciones contra Ortega, dos de sus hijos y una decena de operadores del régimen sandinista.
El embajador Robinson se reunió con los “socios” europeos de Washington para plantear “los continuos abusos y violaciones de los derechos humanos en Nicaragua”, y la “importancia de la cooperación entre Estados Unidos y Europa para ver una solución negociada a la crisis”.
A través de una conferencia telefónica a la que tuvo acceso Confidencial, Robinson habló ampliamente sobre la crisis y el actual proceso de negociación política en el INCAE.
“Estamos instando al régimen de Ortega a que negocie de buena fe y tome medidas concretas ahora para restablecer la democracia, cesando su represión, liberando a las personas detenidas arbitrariamente y acordando celebrar elecciones anticipadas, libres y justas”, aseguró Robinson. “Y vamos a impulsar la idea de que en esas elecciones buscamos nuevos líderes en Nicaragua. Líderes que no incluyen a Ortega y Murillo”, enfatizó.
Realza labor de embajador Sullivan
El asesor sobre Centroamérica en el Departamento de Estado elogió al nuevo embajador norteamericano en Nicaragua, Kevin Sullivan. Robinson resaltó que el diplomático acreditado en Managua “ha tenido varias oportunidades de hablar con Ortega y Murillo y otros miembros del gobierno”.
“No vamos a hablar sobre el contenido de estas conversaciones en curso, excepto para decir que han sido muy directos y muy francas. Y no creo que el ejecutivo, no creo que Ortega o Murillo tengan dudas acerca de dónde se encuentra Estados Unidos en términos de alcanzar algún tipo de acuerdo político”, insistió Robinson.
Fuentes vinculadas e las negociaciones del INCAE relataron a Confidencial que el embajador Sullivan ha sido clave para que la dictadura aceptara excarcelar a un número aún no determinado de presos políticos este viernes, y a negociar el calendario escalonado de liberación, pese que el comandante Ortega negaba la existencia de reos de conciencia.
El asesor de Centroamérica en el Departamento de Estado resaltó que haber excarcelado a los primeros 100 presos políticos el 27 de febrero, y haberles cambiado el régimen penitenciario, “no es lo suficientemente bueno”.
Pese a la influencia que Sullivan pueda tener en las negociaciones políticas, el embajador Robinson dijo que “la solución definitiva de la crisis recae en los nicaragüenses”.
“Los Estados Unidos apoyan firmemente todos los esfuerzos creíbles para desarrollar un diálogo nacional para resolver la crisis. Si bien los Estados Unidos y la comunidad internacional tienen un papel que desempeñar, una solución duradera a la crisis solo puede lograrse mediante una acción política que involucre a todas las partes interesadas en la sociedad nicaragüense”, recomendó.
La “caja de sanciones”
Washington, bajo la administración de Donald Trump y los denominados “halcones de la Casa Blanca”, ha endurecido su postura en contra de la dictadura Ortega-Murillo. Uno de los halcones es el asesor de seguridad nacional John Bolton, quien en una intervención en Miami el pasado noviembre catalogó a Managua, junto a Caracas y la Habana, como “la troika de la tiranía” en Latinoamérica. Desde esa vez, la política de la administración Trump ha adoptado mayor beligerancia respecto a Nicaragua y Venezuela.
El embajador Robinson recordó en la conferencia de prensa que su gobierno ha sancionado a funcionarios orteguistas “por su papel en graves abusos contra los derechos humanos, socavando procesos o instituciones democráticas o por cometer actos de corrupción”. Sobre todo destacó que “no van a sacar nada sobre la mesa en ese sentido”.
“Vamos a utilizar cada herramienta en nuestra caja de herramientas para hacer eso. Eso incluirá sanciones individuales. Eso también podría incluir sanciones por categoría (…) Vamos a ser muy agresivos en cuanto a identificarlos, ya sea que hayan cometido abusos o hayan participado en algún tipo de corrupción”, prometió Robinson, quien enumeró otras sanciones impuestas, como la revocación de visas a personeros de la dictadura.
Cooperación con socios europeos
El asesor para Centroamérica del Departamento de Estado norteamericano prometió que “se mantendrán enfocados” en asegurarse que “los esfuerzos para dialogar en Nicaragua no fracasen”.
“Vamos a seguir trabajando con nuestros socios en la comunidad internacional para apoyar a las personas, quienes participan en los esfuerzos de negociación”, afirmó Robinson. “Vamos a trabajar con la oposición, tanto en Nicaragua como en los Estados Unidos para darles todas las herramientas y el espacio necesario para tomar las decisiones realmente importantes que deben tomar para entregar la democracia a la gente”.
Robinson se congratuló por “la estrecha cooperación y colaboración” que han tenido con la Unión Europea, tanto entre Washington y Bruselas. Asimismo, destacó la concordancia entre las misiones en Managua de su gobierno y la Unión Europea. En sus palabras, “somos muy cercanos en nuestra perspectiva de las cosas”.
“Hemos estado trabajando arduamente para estar unidos en nuestra posición, tan unidos como podamos en nuestras posiciones sobre un resultado político. También hemos estado muy unidos en nuestro apoyo a esas voces que claman por la libertad y la democracia. Apoyo a los obispos de la Iglesia Católica, y la Alianza Cívica”, remarcó Robinson.
Descartó conflicto ideológico
Robinson también descartó que Estados Unidos esté protagonizando un conflicto ideológico con Nicaragua, tal como sucedió en la década de los ochenta durante la guerra fría. El embajador lo mencionó debido a los argumentos del comandante Daniel Ortega, de que Washington está detrás de un golpe de Estado en contra de su administración.
Robinson más bien alertó que la crisis sociopolítica ha trascendido las fronteras de Nicaragua, afectando a países como Costa Rica, uno de los principales refugios de los perseguidos políticos de los Ortega-Murillo.
“El presidente Ortega está tratando de enmarcar este conflicto como una lucha ideológica clásica entre Nicaragua y los Estados Unidos. Esto simplemente no es el caso”, dijo Robinson. “El conflicto de Daniel Ortega es con el pueblo nicaragüense y su deseo de vivir en democracia y libertad. Estados Unidos está con todos los nicaragüenses de todo el espectro político y muchos países de todo el mundo que piden respeto por los derechos humanos, las libertades fundamentales y el estado de derecho”, zanjó.