25 de noviembre 2024
La reforma total a la Constitución Política de Nicaragua que establece la copresidencia, “corona una ambición de Rosario Murillo de tener el poder total, y responde a la inseguridad que ella siempre ha tenido en cuanto a ostentar el poder formal y el poder real, dejando ahora a Daniel Ortega en desventaja”, considera Dora María Téllez, exrea de conciencia, historiadora y activista política.
La reforma fue aprobada en primera legislatura este 22 de noviembre de 2024, por una Asamblea Nacional controlada por diputados del FSLN leales a Ortega y Murillo, violando el procedimiento constitucional que demanda la convocatoria a una Asamblea Constituyente para aprobar una reforma total a la Constitución como la que propuso Daniel Ortega.
En una entrevista con Esta Semana, Dora María Téllez analizó el impacto que tendrá la nueva Constitución “Chamuca”, a la medida de Murillo, que eleva a rango constitucional la dictadura totalitaria que existe en Nicaragua. “Convertir una dictadura dinástica familiar en un modelo constitucional, liquidando prácticamente el sistema político que estaba en la letra de la Constitución, aunque ellos ya lo habían matado, provocará la deslegitimación del poder político que ostentan los Ortega-Murillo, y va a aislarlos mucho más” en el continente americano, afirma Téllez.
A pesar de que Rosario Murillo proclama que con la reforma “estamos construyendo el porvenir libre de pobreza”, Téllez augura más inestabilidad política. “Quitaron la independencia de los jueces de sus decisiones. Barrieron con todos los derechos fundamentales, individuales y sociales de los nicaragüenses. Ellos están abonando a una crisis aún peor”, señala.
Y aunque la reforma no introduce cambios sustantivos en el manejo económico que ha sido elogiado por la misión del Fondo Monetario Internacional, que visitó Nicaragua entre el 11 y el 22 de noviembre de 2024, Téllez advierte que el “modelo” es “un capitalismo de familia, pero sin garantías para nadie. Eliminaron las garantías jurídicas a la propiedad, las garantías a las personas, y las garantías colectivas. Nicaragua es un país donde el inversionista extranjero tiene que estar claro de que tiene que pagarle una coima grande a la copresidenta y al copresidente para poder tener estabilidad y cuando alguien les llegue a pagar una coima más grande, pues entonces lo van a dejar sin nada. Esa es la realidad con la que se van a enfrentar los inversionistas extranjeros, pero también los nicaragüenses”.
Una fórmula para Centroamérica
En la nueva Constitución “Chamuca” se establece un nuevo cargo de elección popular que es la copresidencia repartida en dos cargos con iguales facultades, el copresidente y la copresidenta. ¿Se resuelve de esta manera la disputa familiar por la sucesión dinástica entre Daniel Ortega y Rosario Murillo?
Esto corona la gran ambición de Rosario Murillo de tener el poder total y que ese poder tuviera una representación en el poder formal. Mientras ella fuese vicepresidenta siempre estaba 1, 2, 3 por ciento por debajo de Daniel Ortega, formalmente, aunque realmente, ella ha tenido un enorme poder.
Este punto la deja con el poder total y el poder formal. Daniel Ortega puede perfectamente dedicarse a ver televisión y está Rosario Murillo con el poder total y el poder formal.
Esto denota siempre esta inseguridad que ha tenido Rosario Murillo en relación a ostentar cargos formales. Nunca le ha bastado tener el poder real, sino que necesita tener toda la parafernalia formal alrededor de ella. De manera que el que queda ahora en desventaja Daniel Ortega. Él ha tenido una pérdida de poder sustancial, que no va a recuperarlo tampoco. No es que va a dejar de ser co-presidente de la noche a la mañana, pero simple y llanamente hay una confesión de que perdió el poder y que la correlación de fuerza ha favorecido a Rosario Murillo, quien ha ido colocando todas las piezas para este momento.
¿Por qué Ortega nunca le cedió a Murillo la posibilidad de ser candidata en una elección y de ser presidenta y ha tenido que oficializar esta copresidencia?
Daniel Ortega sabe que en el momento en que él deje de tener el cargo de presidente, está liquidado. Incluso la propia Rosario Murillo lo iba a liquidar. Entonces él ha preferido optar por ese modelo de copresidencia, en la cual todavía él queda con algún cargo, lo cual es una manera de defenderse de la ambición de poder total de Rosario Murillo, pero reconoce que ya no tiene poder, solamente queda ahí con la figura representativa.
Daniel nunca ha estado dispuesto a dejar el poder, hasta que se muera. No es Fidel Castro, que le entregó a Raúl Castro y se fue a empijamar a su casa. No, Daniel va a estar en pijama en su casa, pero va a mantener un cargo que le permita moverse y llamar por teléfono al jefe del Ejército, que cada vez le va a contestar menos, y cada vez le va a contestar más a Rosario Murillo.
Esta fórmula no tiene ningún precedente en la historia de las dictaduras en América Latina. La de Somoza era considerada como un “sultanato”, como un régimen extremadamente personalista. Pero esta de Ortega y Murillo va más allá. El secretario general de la OEA, Luis Almagro, la ha calificado como una “dictadura matrimonial”. ¿Qué implicaciones tiene a nivel internacional que se eleve a rango constitucional la naturaleza de una dictadura familiar?
Es una deslegitimación completa, convertir una dictadura dinástica familiar en un modelo constitucional, liquidando prácticamente el sistema político que estaba en la letra de la Constitución, aunque ellos ya lo habían matado. Todo lo que ya hacían de facto lo están convirtiendo en preceptos constitucionales y haciendo peores cosas que eso.
Ellos abundan en la ilegitimidad del régimen, en la deslegitimación del poder político que ostentan los Ortega-Murillo, y va a aislarlos mucho más.
Esta no es China, que puede hacer lo que le da la gana con el sistema político que tiene. Ni siquiera Corea del Norte porque tiene ojivas nucleares, nada de eso. Esta es Nicaragua, que no tiene ningún poder económico, el régimen es una oligarquía familiar y además está colocada en el continente latinoamericano y americano.
Pero el problema adicional que tienen los organismos internacionales es que en Centroamérica, Honduras, El Salvador, y Costa Rica, por lo menos están viendo a ver qué sucede con la reforma constitucional en Nicaragua. Porque Bukele si ve que no pasa nada, entonces él va sobre ese camino y también los hondureños van por ese camino. Los Zelaya y la presidenta van a ir por ese camino. El camino del autoritarismo y la dictadura en Centroamérica no está conjurado, todo lo contrario, esta es una pieza adelantada que ellos van a tener en atención. Todo el mundo está claro de que hay que poner un valladar, hay que poner un muro, frente a las pretensiones de los Ortega-Murillo de tener una dictadura legalizada, en una Constitución completamente obscena.
Nadie celebra a la copresidenta, viene más inestabilidad
¿Qué impacto tiene para las bases de sustentación del régimen? Acabas de mencionar al Ejército, al jefe del Ejército, la Policía, el partido sandinista, los empleados públicos, el hecho de que se exhiba de esta forma la naturaleza familiar dinástica de la dictadura?
El hecho mismo de haber hecho esta reforma denota una inseguridad política de Rosario Murillo. Humberto Ortega decía que Rosario Murillo no tiene las posibilidades políticas de suceder con éxito a Daniel Ortega y por eso recomendaba que Daniel Ortega optara por un tránsito a la democracia, que armara un diálogo y fueraa unas elecciones o antes del 2026 o en el 2026. Este camino exactamente en dirección contraria, pero por la misma razón. Rosario Murillo siente que ella puede suceder a Daniel Ortega, pero también está clara que políticamente no tiene la base de sustentación que ha tenido Daniel Ortega, entonces recurre a legalizar una dictadura que queda completamente en sus manos.
La autonomía municipal, esa queda completamente liquidada. Ya estaba liquidada, pero ahora queda planchada. La autonomía universitaria, eso se acabó. Ya le habían puesto la pistola en la cabeza, ahora está muerta.
Tenemos un régimen que dice: el poder lo ejerce el pueblo a través de la presidencia, leáse Rosario Murillo y de ahí para abajo. ¿Qué es lo que va a suceder? Pues que van a seguir erosionándose y además va a seguir habiendo contradicciones.
Daniel Ortega y Rosario Murillo, amparados en ese marco constitucional, van a hacer verdaderos desastres en Nicaragua que se van a llevar en la balastra a su propia gente, como ya lo han estado haciendo. Ellos van por los despidos masivos en las universidades, van por el recorte masivo en el Gobierno. Van a hacer chanchadales en las alcaldías, ya liquidaron prácticamente la autonomía de la Costa Caribe y amenazan las tierras de las comunidades. Ahí crean una cosa que se llama “regímenes especiales de desarrollo”, que son los territorios que le van a entregar a los chinos, o a alguna empresa minera o empresas que le van a ir entregando los pedazos de Nicaragua.
¿Este modelo que se está constitucionalizando gana algo en la relación de largo plazo con China y con Rusia?
Realmente, los chinos negocian con todos los regímenes políticos del mundo. A los chinos no les importa, pues si hay una dictadura o una democracia. Ellos hacen negocio con el que le ponga hacer negocio, venden y compran. Ahorita están con este proyecto de hacer un enorme puerto en el Perú, y ese es un gobierno que tiene una crisis política profunda, pero no les importa. También estaba sentado Xi Jiping con (Javier) Milei, que es de extrema derecha en Argentina, haciendo negocios con Argentina. De manera que con los chinos yo creo que la relación básicamente es lo mismo.
Con los rusos, puede haber problemas si Putin se pone de acuerdo con la Administración Trump en torno a Ucrania. Y eso puede significar de que la Administración norteamericana le diga --bueno, barre tus cosas de Centroamérica. Quita esa base de espionaje y saca las manos de esos lados, dejale de comprar petróleo a Venezuela, saca las manos de toda esa parte. Puede ser que incluso salgan perdiendo en esta vuelta.
Pero de todas maneras, Putin no es decisivo, no hay auxilio económico, no hay una gran relación comercial. Lo que hay es una subordinación de Nicaragua a los intereses geoestratégicos de Rusia, prestándole territorio para bases de espionaje y de inteligencia.
En Nicaragua no se han producido expresiones de júbilo o de celebración por el anuncio de que Rosario Murillo ya es o va a ser copresidenta. ¿Pueden los Ortega-Murillo garantizarse una dinastía porque así lo establece ahora su Constitución? ¿O podría esto generar alguna fuente nueva de inestabilidad política?
Ellos están haciendo todo para que el régimen tenga la mayor inestabilidad posible. El nivel de amenazas a todo el mundo es grande. Retiraron lo de la tortura, quitaron todo lo de las convenciones de derechos humanos, no hay ningún compromiso de derechos humanos del país. Quitaron la independencia de los jueces de sus decisiones. Barrieron con todos los derechos fundamentales, individuales y sociales de los nicaragüenses. Ellos están abonando a una crisis aún peor.
No solamente no ha habido júbilo con que Rosario Murillo ascienda a la copresidencia, sino que la reforma constitucional está siendo aprobada a trote y moche. El dictamen ya fue aprobado.
Vos ves ahí un apresuramiento innecesario, porque perfectamente hubieran podido hacer la mueca, consultar a Juan, a Pedro, pero no. Esta prisa lo que me dice a mí es que ellos saben perfectamente que están metiendo esa reforma constitucional a despecho del pensamiento mayoritario y de las necesidades mayoritarias del pueblo nicaragüense.
Capitalismo de familia, pero sin garantías
Sin embargo, no hay un cambio sustantivo en el modelo económico. Nicaragua sigue siendo una economía privada, se está legitimando el régimen de extorsión que existe y están imponiendo una Ley amenazando a los bancos para que acepten las cuentas de los sancionados por el Tesoro, pero no hay un cambio fundamental en la relación económica.
Ellos son de la tesis de un capitalismo autoritario. Es una oligarquía enriquecida con los fondos, el dinero y las posibilidades que le da controlar a Nicaragua. A ellos les gusta el modelo de operación capitalista y no se van a machucar el pie, prohibiendo la propiedad privada, ni nada de esas cosas.
El nivel de poder legal, constitucional, que queda en manos de la copresidencia, puede simplemente agarrar cualquier propiedad y decir -- esta se va y esta se queda, esta se la doy a los chinos y esta se la regalo a una empresa.
En la condición en que queda esa Constitución, no hay ningún derecho en pie, desde el momento en que la letra de ese mamotreto dice que los tribunales de justicia son coordinados por la Jefatura de Estado, que es la Presidencia, la co-presidenta y el co-presidente, cualquiera puede darse cuenta de que no hay ninguna condición para hacer negocios en Nicaragua, porque si te quieren dar vuelta, te dan vuelta; si te quieren cobrar, te cobran; y si te quieren quitar la propiedad, te la quitan.
No hay ninguna garantía jurídica que pueda defender a nadie. Es un capitalismo de familia, pero sin garantías para nadie.
La inseguridad jurídica también tiene ahora nivel constitucional.
Completamente, porque eliminaron todos los artículos que tenían que ver con garantías jurídicas. Todos. Eliminaron todo lo que tiene que ver con garantías jurídicas a la propiedad, con garantías a las personas, con garantías colectivas.Ya no digamos, el sistema de partidos políticos, que ya ni existe, eso dejó de existir.
Nicaragua es un país donde el inversionista extranjero tiene que estar claro de que tiene que pagarle una coima grande a la copresidenta y al copresidente para poder tener estabilidad y que cuando alguien les llegue a pagar una coima más grande, pues entonces lo van a dejar sin nada. Esa es la realidad con la que se van a enfrentar los inversionistas extranjeros, pero también los nicaragüenses.
Ellos han anunciado que esta gran reforma constitucional es para resolver la pobreza del pueblo nicaragüense, pero yo no veo nada que abarate el costo de la vida, no hay nada que va a mejorar la condición de los nicaragüenses.
Ahí todo es un problema de poder. Lo que quieren resolver es el poder de Rosario Murillo, que se siente insegura de que Daniel Ortega falte y ella no tener un gran bate en la mano para darle en la cabeza al que se le oponga. Por eso esa carrera de aprobar una reforma constitucional masiva de esa manera, donde hay cosas completamente absurdas, es una dictadura que se quitó el disfraz, pues se manejaba disfrazada, y se lo quitó completamente y ahora anda al descaro completo.