18 de julio 2024
La vicecanciller del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, Arlette Marenco, fue defenestrada de su cargo hace una semana y se encuentra bajo arresto domiciliario, mientras que su esposo, Reynaldo Martínez Vidaurre, exfuncionario de la Cancillería, está siendo investigado en la cárcel de El Chipote por “actividades de corrupción no autorizadas”, confirmaron a CONFIDENCIAL tres fuentes vinculadas al FSLN.
Durante casi una década, Marenco fue la correa de transmisión de las órdenes de Rosario Murillo en la Cancillería y el canal de comunicación con la mayoría de las misiones diplomáticas. Primero como secretaria de Cooperación internacional, y desde 2016 como viceministra de relaciones internacionales.
En 2019 fue nombrada asesora presidencial para relaciones internacionales, conservando el cargo de viceministra de Relaciones Exteriores.
Fue Marenco, por ejemplo, la que le transmitió al nuncio apostólico Valdemar Sommertag, las órdenes de Murillo de abandonar el país en quince días en marzo de 2022.
La caída de Marenco, despejó el camino para el ascenso de Iván Lara, viceministro para Asuntos Jurídicos en la Cancillería como operador de Rosario Murillo, y provocó una barrida la que más de una decena de funcionarios leales a Marenco han sido cesanteados.
Mientras, el esposo de Marenco, Reynaldo Martínez Vidaurre, fue secretario nacional de la Juventud Sandinista (JS), director de relaciones internacionales de la Cancillería. Actualmente trabajaba en la Empresa Nacional de Transmisión Eléctrica (Enatrel).
“Reprendió” a embajadores
En 2022 se conoció que varios embajadores radicados en Managua, especialmente los de la Unión Europea, fueron llamados a “consultas” ante la Cancillería para ser reprendidos por Marenco.
Los reclamos del régimen Ortega-Murillo a los diplomáticos se debían a la inasistencia a las actividades de propaganda de la dictadura y sus instituciones, además de la molestia por sanciones y apoyo a resoluciones en organismos como Naciones Unidas.
Según relató el exembajador de Nicaragua ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), Arturo McFields, las “reprendidas” a los embajadores no tenían ningún trato diplomático y Marenco usaba un lenguaje “vulgar y soez”.
“Los embajadores son llamados a la Cancillería a recibir una lluvia de regaños que vienen desde El Carmen y son ejecutados por la vicecanciller Arlette Marenco y algunas veces por el canciller Denis Moncada, quien tiene muy poca actividad en cuanto a la relación con los embajadores, ya que verdaderamente ejerce esas actividades de sermones a los diplomáticos, presión y hostigamiento es la vicecanciller”, reveló McFields.