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Demandan una presión efectiva para vencer “resiliencia autoritaria” del régimen

Restaurar libertades, fortalecer movimiento pro democracia, y presionar pilares del régimen: Ejército, fuerzas de seguridad, BCIE

La democracia ha muerto en Nicaragua. Pero si algo sabemos de los nicaragüenses es que nunca se dejan. El dictador que cree en Dios caerá

Redacción Confidencial

13 de mayo 2022

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La “resiliencia autoritaria” de las dictaduras de Nicaragua, Cuba y Venezuela --cuyos atropellos a los derechos humanos, civiles y políticos de sus ciudadanos sigue en impunidad– se sostiene, pese a las sanciones y condenas de la comunidad internacional.

Este escenario debe conllevar a un cambio en las estrategias políticas y diplomáticas de parte de la comunidad internacional, principalmente Estados Unidos, para ejercer una presión efectiva que culmine en la restauración de las democracias en estos tres países, opinan expertos internacionales.

Institute of The Americas, un centro de pensamiento asentado en la Universidad de California en San Diego, desarrolló una serie de paneles de discusión para debatir sobre cuáles deberían ser las modificaciones en la estrategia de Estados Unidos y las democracias del hemisferio para incidir en la solución de las crisis políticas que viven Nicaragua, Cuba y Venezuela.

En el panel denominado “Una revisión de las políticas actuales de EE.  UU. en medio de cambios geopolíticos”, se discutió sobre la efectividad actual de las estrategias políticas desarrolladas por la diplomacia norteamericana.


En el panel participaron Jorge Castañeda, exsecretario de Relaciones Internacionales de México, Jeff Davidow, exembajador de Estados Unidos en Venezuela, Mark L. Schneider, asesor sénior del Center for Strategic & International Studies, Richard Feinberg, profesor emérito  del UC San Diego School of Global Policy and Strategy y Carlos Fernando Chamorro, director de CONFIDENCIAL.

La urgencia de la crisis nicaragüense

Chamorro expuso la necesidad de “actuar con gran urgencia en la crisis nicaragüense, tanto por motivos humanitarios como políticos”, resaltando la necesidad de una estrategia de mediano plazo que combine una acción coordinada de las principales fuerzas políticas, sociales y económicas del país, junto con la presión de la comunidad internacional.

“Los aliados internacionales deben apoyar al movimiento prodemocracia para que se dé una sincronización de presión interna y externa”, puntualizó.

Chamorro explicó que esta falta de sincronización fue evidente durante las semanas que siguieron al estallido social de abril de 2018, cuando la presión interna fue muy fuerte debido a las protestas ciudadanas, mientras el régimen estaba en su punto político más débil.

“Cuando la presión interna fue mayor en contra del régimen de Daniel Ortega, la presión internacional de Estados Unidos, la OEA y la Unión Europea era más  débil, al cabo que fue casi inexistente”, remarcó.

Cuatro años después de la Rebelión de Abril, el panorama ha cambiado radicalmente. La represión de las fuerzas policiales y paramilitares con la complicidad del Ejército de Nicaragua, dio pie a la instauración de un estado policial de facto, la anulación de las libertades civiles y la cancelación de las elecciones como un mecanismo para definir en democracia quienes tendrán el poder en el país.

“Hoy la situación es opuesta. La condena internacional está creciendo, pero el estado policial está aplastando  al movimiento cívico y opositor nacional”, señaló Chamorro.

Fortalecer a los movimientos prodemocracia

El periodista destacó los que a su juicio son las claves para modificar la estrategia de parte de la comunidad internacional en su presión hacia el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

“Existe la necesidad de una simultaneidad entre las presiones internas y externas. Esta falta de sintonía entre la presión internacional y la presión interna no puede ser compensada por las fuerzas externas. Deben fortalecer al movimiento prodemocracia, pero no reemplazarlo”, indicó.

Sin embargo, insistió en que el fortalecimiento de los movimientos prodemocracia de Nicaragua solo puede lograrse con la restitución de las libertades políticas, la suspensión del estado policial de facto y la liberación de todos los presos políticos.

“Las sanciones internacionales contra los operadores políticos podrán debilitar al régimen, pero si no se restauran las libertades democráticas, no fortalecerán al movimiento prodemocrático”, añadió.

Chamorro señaló que la Administración de Joe Biden debe forjar alianzas regionales para desarrollar estrategias conjuntas en contra del régimen, para lo cual deben de lidiar con el desinterés en la crisis de Nicaragua que reflejan Gobiernos como los de Honduras, Guatemala, México y Argentina, entre otros.

“Estados Unidos debe desarrollar una política específica que diferencie nuestro país de las crisis de Cuba y Venezuela y el resto de Centroamérica. Estados Unidos tiene un enviado especial para Centroamérica, que su enfoque es el Triángulo Norte y excluye a Nicaragua, no obstante que hay una crisis migratoria cada vez mayor desde Nicaragua”, añadió.

BCIE y Ejército: pilares de la dictadura

Advirtió que tampoco se ha profundizado en abordar la situación de dos de los principales pilares en los que se sostiene el régimen, como es el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), su principal fuente de financiamiento, y el Ejército de Nicaragua a través de su brazo empresarial del Instituto de Previsión Social y Militar (IPSM)

También enfatizó en el peso mayúsculo del sector privado en la economía de Nicaragua, un factor que diferencia notablemente la crisis nacional con lo que ocurre en Cuba y Venezuela.

“El liderazgo del sector privado está paralizado por la represión. El sector privado es el músculo de la economía nacional que puede acortar o prolongar la crisis de esta dictadura. La política de ‘esperemos a ver’ implica contemplar el colapso nacional de forma más lenta”, advirtió, y abogó por otorgar incentivos al sector privado para reactivar su rol cívico y empezar a poner límites a la tiranía.

El peso diplomático de Argentina, México, Brasil y Chile

Jorge Castañeda, exsecretario de Relaciones Internacionales de México, enfatizó en que la falta de cohesión en la comunidad hemisférica agrava el problema de lograr una estrategia diplomática conjunta para restablecer las libertades en estos regímenes autoritarios.

Para Castañeda, si una iniciativa regional quiere tener éxito, debe de contar con el respaldo de países como Argentina, México, Brasil y Chile.

“Es esencial para cualquier política de éxito o cualquier estrategia, sobre todo en América Latina, que otros países acompañen a Estados Unidos en todos estos casos y en otros casos que podrían emerger, como es El Salvador. Si otros países se suman a actuar en conjunto, no detrás de Estados Unidos, sino de la mano con Washington, podría tener éxito. Sin ellos, no veo ninguna posibilidad de que eso ocurra”, opinó Castañeda.

Ejemplos de la necesidad de esta estrategia real conjunta son el fracaso del Grupo de Lima en incidir en la solución en la crisis de Venezuela y la imposibilidad de lograr los votos en la Organización de Estados Americanos para invocar la Carta Democrática Interamericana en el caso de Nicaragua.

“El principal problema en acudir a otros países en el Hemisferio Occidental es que los pequeños Estados del Caribe y Sudamérica central no tienen el mismo peso que Argentina, México, Colombia, Brasil y Chile”, mencionó Castañeda.

Sanciones tienen que apuntar objetivos limitados

Richard Feinberg, profesor emérito del UC San Diego School of Global Policy and Strategy, insistió en su intervención que las políticas de presión internacional tienen que apuntar a estructuras claves, como el Ejército de Nicaragua.

“Hay muchas formas efectivas de lograr estas presiones hacia los militares. Estados Unidos tiene mucha influencia, cuando quiere utilizar el poder que tiene. Si estos esfuerzos son apoyados por otros países, podemos esperar acciones que limiten al régimen en continuar usando a sus fuerzas de seguridad para sostenerse”, opinó.

“Si las sanciones tienen objetivos limitados que no signifique afectar a la población, pueden ser efectivas. Si apretamos a todo el sistema financiero del país, en una economía como la de Nicaragua, no creo que tengan mucho éxito. Además, hemos visto como regímenes como el de Cuba, Venezuela y Nicaragua, pueden controlar sus recursos, distribuirlos, priorizando a sus leales, al Ejército, para mantener el control”,  agregó Feinberg.

Mark L. Schneider, asesor sénior del Center for Strategic & International Studies opinó que se tiene que establecer políticas de presión internacional enfocadas en las fuerzas de seguridad que sostienen a regímenes como el de Nicaragua.

“Con nuestros aliados en la región tenemos que identificar cómo podemos impactar en las fuerzas de seguridad que operan a favor del régimen de Daniel Ortega. Muchas de estas fuerzas no han sido impactadas por estas políticas, hasta la fecha”, añadió.

Jeff Davidow, exembajador de Estados Unidos en Venezuela, defendió el mecanismo de las sanciones como una forma efectiva para lograr cambios en regímenes autoritarios, si estas forman parte de una política integral de presión diplomática.

“Las personas que insisten en que las sanciones no son efectivas, no están en lo correcto. Tienen que formar parte de una política integral y siempre son más efectivas cuando son parte de esfuerzos multilaterales. Durante muchos años, hemos visto cómo la diplomacia y la amenaza de las sanciones han sido suficiente para lograr impactos y resultados positivos”, subrayó.


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Redacción Confidencial

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Confidencial es un diario digital nicaragüense, de formato multimedia, fundado por Carlos F. Chamorro en junio de 1996. Inició como un semanario impreso y hoy es un medio de referencia regional con información, análisis, entrevistas, perfiles, reportajes e investigaciones sobre Nicaragua, informando desde el exilio por la persecución política de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

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