14 de agosto 2017
Luis Ángel Rosadilla, consejero de Asuntos Específicos del Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, y delegado para Nicaragua ha regresado. Después de su abrupta salida del país en mayo pasado, el funcionario llegó al país de forma silenciosa y no quiso explicar las razones de su nueva visita.
“No puedo dar declaraciones. No tengo autorización”, excusó Rosadilla a CONFIDENCIAL. El consejero de Almagro está hospedado en el hotel Inter de Metrocentro, e insistió que no podía dar explicaciones sobre su quehacer en Managua.
“No es nada contra su medio (de comunicación). Los periodistas hacen una gran labor por la democracia, pero en esta ocasión no estoy autorizado para dar declaraciones”, justificó Rosadilla la mañana de este lunes, cuando fue consultado por CONFIDENCIAL.
Aunque las conversaciones que la OEA y el comandante Daniel Ortega están en un “impasse”, el canciller Dennis Moncada Colindres ha sostenido que para los comicios municipales de noviembre vendrá una misión de observación en calidad de “acompañamiento electoral”.
El Ministro de Relaciones Exteriores sandinista anunció hace unos meses que a mediados de agosto comenzarían a llegar los funcionarios de la OEA, como parte de la misión. Sin embargo, no precisó los alcances y los contenidos de la misión.
Fuentes de la OEA relataron a CONFIDENCIAL que uno de los principales atascos para echar andar el “acompañamiento electoral” es la falta de financiamiento. Los países no quieren invertir recursos en una misión que no “tendría mucho alcance ni garra”.
“No puedo anunciar nada sobre el financiamiento para la OEA, porque este proceso siempre viene de Washington, pero hemos dicho varias veces, que sí, estamos en favor de las actividades de la OEA en Nicaragua”, dijo este lunes la embajadora norteamericana Laura Dogu.
Estados Unidos ha sido uno de los países que financia este tipo de actividades, pero hasta ahora no han dado señales positivas. “Es muy importante el proceso electoral justo, transparente y libre, que cuente con el apoyo de los ciudadanos en Nicaragua, es necesario, y creo que la OEA puede ser parte de esto”, alentó Dogu.
De hecho, la salida abrupta de la misión de la OEA a mediados de mayo fue debido a las diferencias entre el organismo y el gobierno de Ortega. La OEA pretendía reunirse con todos los sectores sociales y políticos del país, incluso los partidos inhabilitados por una decisión del gobernante sandinista. No obstante, ante la negativa oficial la misión abandonó Nicaragua ante de lo previsto.
Esa vez Gonzalo Koncke, jefe de gabinete de Almagro, encabezó la misión. Él dejó Nicaragua primero, junto a otros funcionarios. El último que salió fue Rosadilla. El mismo canciller Moncada lo llevó al aeropuerto en mayo, y tampoco aclaró la razón de la salida anticipada.
Fuentes de la OEA aseguraron que Rosadilla está en el país esta vez en calidad de “enviado” para servir de enlace entre Ortega y Almagro. Por ahora, el gobierno sandinista ni la OEA han vuelto a referirse a la “misión de observación”, cuando faltan menos de tres meses para las elecciones municipales.
Rosadilla es cercano a Almagro. Ambos son uruguayos y son parte del partido Frente Amplio, el mismo que llevó a la presidencia a José Mujica.
Desde este lunes los partidos políticos que participarán en los comicios deben presentar candidatos ante el Poder Electoral. El grupo opositor denominado Frente Amplio por la Democracia insistió que “es imposible una elección limpia y transparente”.