7 de abril 2021
De lo que más hablan los nicaragüenses en las redes sociales es sobre la comida: dicen lo que van a comer, lo mal que comieron, lo que quisieran comer, lo que nunca comerían, de lo bien que se quedaron después de comer, de la comida que les preparó su mamá o su abuelita, de lo caro que está comer, del hambre que sienten y además, tienen debates intensos sobre si el nacatamal se come con pan o con tortilla.
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Hablan de la comida por Whatsapp, Facebook, Telegram, Instagram y Twitter. El tema de la comida les une sin distinción de ideología ni partido político, según hemos constatado en nuestra observación sobre cómo se comunican los nicaragüenses en las redes sociales, en los dos años recientes.
Y también de política
Y también hablan de política y de sus derechos ciudadanos. Aquí van algunas notas sobre el tema:
En las distintas comunidades de intereses hablan reclamando democracia, abogan por la libertad de los presos políticos, exigen que caiga la dictadura, piden libertad de manifestación pública, la gente en el exilio reclama volver y piden que no se olviden de ellos, exigen elecciones transparentes, recuerdan a la gente que fue asesinada mientras protestaba.
Según sea la comunidad de intereses algunos piden unidad a las fuerzas políticas de cara a las próximas elecciones y otras no quieren unidad a cualquier costo.
Debido a la crisis política que vive el país, todo es entrar a las redes sociales y la vida digital se convierte en hilos interminables que narran la política y los derechos ciudadanos. Todo mundo tiene una propuesta de solución, todo mundo tiene una opinión.
En ese mar revuelto de opiniones y hechos políticos hay quienes aún no ven reconocida su voz pública, hay quienes desafían a los “likes” y emiten su opinión libremente, hay quienes desarrollan su voz política poco a poco y también hay quienes han encontrado en las redes sociales un gran reconocimiento a su voz pública.
Quién domina la conversación
Ya pasó la etapa de la competencia, ahora es la convivencia: los antes señores y señoras de la comunicación política —radio, prensa, tv, con sus periodistas y comentaristas— conviven en las redes sociales con voces de ciudadanas y ciudadanos que se expresan de manera elocuente y con destreza digital en las redes sociales.
Las noticias de los medios de comunicación son leídas para ser compartidas y comentadas —a favor o en contra— de manera inmediata. Algunas de esas noticias consiguen dominar el debate político. Otras veces son ciudadanos que narran un hecho o una reflexión sobre el acontecer político quienes se llevan toda la atención.
La gente valora el análisis político y lo premia con “me gustas” y comentarios. Lo que vemos en las redes es la política narrada y solo en algunas ocasiones vemos la política narrada y actuada. Son dos comportamientos distintos:
Narrar la política
La gente que emite opiniones políticas, después de reflexionar sus ideas y las comparte, además se hace cargo de las consecuencias: comentarios y críticas que le llegan. Aquí también entran quienes solo dicen “vamos a derrocar a la dictadura”, y acto seguido se relajan mirando una serie de tv.
Narrar y actuar la política
La gente que opina sobre política y derechos ciudadanos y además actúa en consecuencia. Un ejemplo de ello son aquellas primeras voces juveniles que durante abril del 2018 narraron por Twitter sus reclamos políticos al Gobierno, convocaron a protestar y además, actuaron protestando desafiando a los antimotines. Aquí también entran quienes ven su diaria participación en las redes sociales narrando la política como un acto político, para que el tema no caiga.
En ambos comportamientos hay que distinguir entre quienes reciben un salario para hablar de política en las redes sociales y quienes, sin recibir compensación económica acuden a las redes sociales para expresarse por nacerles la urgencia política.
Antes y después de abril
Aquellas redes sociales de antes de abril del 2018 y las de ahora son distintas. Antes se hablaba de política, pero dominaba el contenido de entretenimiento. Para los sucesos de abril el contenido de entretenimiento desapareció pues había urgencia para salvar las vidas y denunciar la matanza perpetrada por el régimen. Como la crisis se empezó a prolongar, poco a poco los usuarios volvieron a utilizar sus redes sociales para compartir temas variados pero siempre apartando un espacio para sus contenidos políticos.
Avances
Para empezar, el mismo hecho de recurrir a las redes sociales y publicar una opinión política individual ya es un gran paso para cualquier ciudadano, pues consiste en asumir que tus opiniones políticas serán valoradas por la diversidad anónima que hay en las redes. Y esto es mucho más importante ahora que entra a participar en política una nueva hornada de usuarios: los jóvenes que votarán por primera vez. Después, en los contenidos se muestran pasos de gigante en las opiniones que han detectado que no solo se trata de sacar al régimen del poder sino más de crear instituciones públicas fuertes para que nunca más se vulneren los derechos ciudadanos.
Retrocesos
Debido a la represión del régimen hacia todas las libertades públicas también los usuarios han desarrollado la autocensura en sus redes sociales creando grupos cerrados protegidos de las amenazas. En esos grupos se encuentran voces potentes hablando sobre política que no son vistas ni leídas por otros usuarios.
Estancamiento
La conversación sobre política y derechos ciudadanos se enfrenta, paradójicamente, con la cultura nociva de la discriminación por preferencias sexuales, creencias o no creencias religiosas, por origen económico, color de piel, entre otras.
Nuevos aportes
Entre muchos nuevos aportes que los nicaragüenses han hecho a la conversación política en las redes sociales, quizá el mayor sea la metáfora: “Patria libre para vivir”, que surgió al calor de abril del 2018. La metáfora, convertida en consigna política es una ruptura con un rasgo de la cultura política nacional que obligaba al sacrifico. La frase, que llamaba a la inmolación en nombre de un abstracto —Patria libre o morir— quedó casi desaparecida de la conversación política y solo es usada con sus siglas #PLOMO por los simpatizantes del FSLN y del régimen Ortega-Murillo.