28 de enero 2021
La “Comisión de Buena Voluntad”, creada esta semana para buscar la unidad opositora contra el régimen de Daniel Ortega en Nicaragua, concibe esa unidad “sin hegemonía” de ninguna fuerza política, porque esa unión “es de todos, y no entorno de una de las opciones”, valora, el académico y vocero de la Comisión, Carlos Tünnermann Bernheim. El camino contrario, sostiene, “despierta resistencia y suspicacia”, y conducirá a la repetición del escenario de las elecciones de 2006, cuando la división de la oposición facilitó el regreso de Daniel Ortega a la Presidencia.
“Me parece que es equivocado" hacer llamados a la unión entorno a un grupo, comentó Tünnermann en entrevista con el periodista Carlos Fernando Chamorro, en el programa Esta Noche, este 27 de enero. A su juicio, ese “no es el camino correcto” y “no creo que prospere una alianza con hegemonía de un grupo, ni tampoco prosperaría una candidatura que sea de dedo”, agrega.
Si la oposición sigue fraccionada, advierte, “quien sale favorecido es Daniel Ortega” y eso “lo tenemos que evitar a como sea”. Plantea que la participación del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y los “partidos zancudos” en las elecciones generales de noviembre “no lo podemos evitar y tiene que ser así”, pero “la oposición no puede ir desunida” a los comicios, porque “tendíamos la repetición del escenario de 2006”.
A juicio del doctor Carlos Tünnermann la población nicaragüense “no aceptaría” que alguno de los grupos opositores se resista a la unidad “porque quiere ser la segunda fuerza política de este país”. Eso “sería aceptar la división por unas cuantas diputaciones en la Asamblea Nacional”, cuando la oposición “tenemos que ir (a las urnas) con la intención de derrotar a Ortega para que la democracia pueda volver a este país”, enfatizó.
El CSE puede quitarles las casillas
Actualmente la oposición organizada tras la Rebelión de Abril de 20218 se encuentra dividida en dos grandes grupos. En un extremo, la Coalición Nacional, que tiene a su disposición la casilla del Partido Restauración Democrática (PRD) y, en otro, la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, actual aliado del partido Ciudadanos por la Libertad (CxL). “Cualquiera de esas dos casillas puede ser el vehículo” electoral de la oposición, estima el académico Carlos Tünnermann. Pero las partes mantienen posturas distintas.
Para Tünnermann, la elección de la casilla debe realizarse cuando haya sido conformada la alianza electoral y el criterio a escoger es “que tenga menos posibilidades de ser derribada por Ortega”, puesto que el Consejo Supremo Electoral (CSE) –parcial a los intereses del mandatario– “podría en cualquier momento quitarles la casilla”, subraya.
La Comisión de Buena Voluntad se ha propuesto conseguir la unidad opositora en Nicaragua y aspira a definir “un procedimiento que permita presentar una candidatura presidencial y vicepresidencial de consenso a más tardar a finales de marzo”, asegura Tünnermann.
Encuestas y debates para valorar y definir candidatos
El académico tiene claro que “ya no hay tiempo” y tampoco “recursos” para organizar unas elecciones primarias de la oposición, pero propuso la realización de encuestas y debates entre los aspirantes a la candidatura presidencial.
“Nosotros (la Comisión) hemos pensado que una vez acepten los precandidatos planear tres debates: uno sobre el tema institucional, otro sobre temas sociales, un tercer debate sobre temas económicos. Eso iría mostrándole a Nicaragua lo que piensa cada precandidato sobre los principales problemas que afectan al país”, explica Tünnermann.
Una vez definido el mecanismo para la selección del candidato presidencial, se acordará el procedimiento para la selección de candidaturas a diputaciones nacionales, departamentales y al Parlamento Centroamericano, “evitando la antigua cultura política del dedazo del caudillo o el dedazo del presidente del partido que presta la casilla”, comenta.
Una “auditoría política”
Además de contribuir a la unidad de la oposición, la Comisión de Buena Voluntad aspira a realizar una especie de “auditoría política” que permita informar a la población sobre el trabajo de la oposición y las condiciones en que se podría desarrollar el proceso electoral.
“Queremos hacer una especie de fiscalización a la oposición, eso no ha existido en el país, y se necesita para que los partidos respondan a los intereses del pueblo y no a los intereses de caudillos”, destacó Tünnermann.
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La Comisión fue acogida por la Unidad Nacional Azul y Blanco (Unab) y la Coalición Nacional, organizaciones que agradecieron el llamado a la unidad de las fuerzas opositoras y destacaron que “llega en el momento oportuno”. Mientras tanto, la Alianza Cívica y CxL, no se han pronunciado al respecto.
Sin embargo, Tünnermann, quien fue Coordinador de la Alianza Cívica hasta el 31 de octubre de 2020, dijo que la Comisión ha sido vista con simpatía por algunos miembros de la Alianza y descartó que el cargo que ocupó le impida trabajar por la unidad opositora.
Aclaró que se retiró de la Alianza Cívica porque no encontró respuestas a sus preguntas sobre las verdaderas razones por las que abandonaron la Coalición Nacional. “Ahora vemos que lo hicieron porque ya tenían el plan de aliarse con CxL”, comentó. Al ser el coordinador general “yo no podía seguir en una Alianza donde se estaban haciendo otras movidas políticas de las cuales yo no tenía conocimiento”.