26 de enero 2017
Las dos principales cámaras empresariales del país tienen dos percepciones distintas del informe conjunto presentado por el gobierno del comandante Daniel Ortega y la Organización de Estados Americanos (OEA): Por un lado, el presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP), José Adán Aguerri, lo catalogó de positivo; mientras que el presidente de la Cámara Americana de Comercio de Nicaragua (AMCHAM), Roberto Sansón, dijo que “no cumplió con las expectativas” depositadas por diferentes sectores del país, que critican el autoritarismo de la administración sandinista.
El COSEP –que mantiene un diálogo directo con el gobierno del comandante Ortega– argumentó que el informe “abre por primera vez un nivel de apertura que no ha existido, y que había sido demandando por todos los sectores que no somos gobierno”.
Según Aguerri, se trata de un Consejo Electoral creíble, la cedulación y la observación nacional e internacional. “Se están haciendo unos compromisos que unos dicen que no son suficientes… pero es importante que se abrió esta puerta. Invitamos al gobierno, como principal ejecutor del informe, y a los partidos políticos –no solo los de la Asamblea Nacional– a que se incorporen, para que los nicas nos apropiemos de algo del beneficio de todos”, dijo el presidente del COSEP.
Aguerri se refirió a la oposición ilegalizada por una decisión presidencial, organismos de derechos humanos, y movimiento sociales, quienes criticaron el informe. El Frente Amplio por la Democracia (FAD) sostuvo que lo acordado por el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, y el nuevo canciller Denis Moncada no ataca el problema medular del sistema electoral: en control discrecional y total por parte del partido de gobierno. El informe tampoco hace alusión a las violaciones por parte del gobierno de Ortega a la Carta Democrática de la OEA.
El Movimiento Renovador Sandinista (MRS) rechazó la pretensión del informe de “hacer borrón y cuenta nueva” de las elecciones del pasado seis de noviembre, que calificaron de fraudulentas, y que registraron un alto índice de abstención de aproximadamente 70%, según la oposición.
“Cuando uno busca solucionar problemas, lo hace pensando en la solución, no en remojar los problemas que ya han sido expuestos. Que no diga que ha sucedido algo, no significa que el documento a futuro no está incorporando los temas que atrás se dijeron, por eso la oportunidad que tenemos en esa dirección”, argumentó Aguerri.
El acuerdo Ortega-OEA establece un plazo de tres años para “mejorar el sistema electoral”, que muchos opinan está colapsado. Sin embargo, Aguerri fue más optimista. De acuerdo a él, la OEA detalla en el informe “tareas específicas” que cumplir, como el “acompañamiento” para las elecciones municipales previstas para noviembre.
En 2011, la OEA envió a una misión de observación electoral que documentó el proceso y emitió una serie de recomendaciones para mejorar el funcionamiento electoral. En el informe obtenido tras las negociaciones iniciadas a mediados de octubre de 2016, esas recomendaciones fueron obviadas. Pero para Aguerri, resulta positivo que el gobierno haya cambiado su postura de no permitir observación, y ahora deje ingresar al país la “misión de acompañamiento”.
Sin embargo, la figura de acompañamiento no es igual a la de una misión. El pasado seis de noviembre no se conoció un informe al detalle de la labor de la OEA como acompañante.
El analista Arturo Cruz dijo en el programa Esta Semana que la aprobación de la ley NicaAct en el Senado norteamericano (que impone sanciones económicas al país) dependerá de las elecciones municipales. Aguerri exhortó al gobierno de Ortega a no desaprovechar la oportunidad de honrar todos “estos compromisos con la OEA”.
“Es una oportunidad única y no se puede perder… si en noviembre está la OEA y resulta que dan un informe bajo la figura de acompañamiento, en el que se dice que no fueron unas elecciones correctas, perdemos todos”, advirtió el líder empresarial.
Sansón: informe “muy general”
El presidente de AMCHAM fue menos optimista respecto al informe. Roberto Sansón afirmó que el informe es “muy general”, y que los “compromisos” contenidos en los puntos del documento son una “mera declaración de intenciones”.
Sansón dijo que sería realista si hubiese disposiciones a corto plazo, tomando en cuenta las elecciones municipales. “El informe no es ni bueno ni malo, no es preciso”, criticó el presidente de AMCHAM, en referencia a la vaguedad del acuerdo.
El diálogo en Nicaragua es necesario, a juicio de Sansón, para dar estabilidad económica, política y social. Para él, es una tarea que le corresponde a los nicaragüenses y no a la OEA. Sin embargo, el acuerdo no precisa en ningún punto la realización de un diálogo inclusivo.