14 de julio 2018
La crisis en Nicaragua, causada por la brutal represión del Gobierno de Daniel Ortega, que suma más de 270 muertos confirmados en 89 días de protestas, destacó esta semana en la agenda del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), a pesar de los intentos oficialistas para deslegitimar el debate.
Siete países miembros (Argentina, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Perú y Estados Unidos) presentaron un proyecto de resolución que apoya de manera decidida el reinicio del Diálogo Nacional, e incluye una enérgica condena a la violencia y abusos, documentados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que el pasado miércoles actualizó su demoledor informe contra la represión oficial.
En la sesión extraordinaria del Consejo Permanente, este viernes, la atención se centró en Nicaragua, a cuyo Gobierno sus pares solicitan cooperar con la CIDH y el Departamento para la Cooperación y Observación Electoral (DCOE). Además, reiteraron la necesidad de enviar invitaciones al Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, al secretario general de la OEA, Luis Almagro, y a la Unión Europea, con el fin de que estos “acompañen las labores de la Comisión de Verificación y Seguridad”.
Nicaragua y Venezuela protestan procedimiento
El proyecto de resolución fue leído por la embajadora de Argentina ante la OEA, Paula Bertol, quien fue interrumpida en varias ocasiones por la segunda secretaria de la misión de Venezuela, Sara Lambertini. La venezolana protestó que en el orden del día no se aprobó la presentación de ninguna iniciativa, por lo que no era pertinente la lectura del texto.
Desde el principio, Venezuela y Nicaragua rechazaron la reunión del Consejo Permanente.
La embajadora argentina refutó que “lo que creo que ha pasado en este momento es que hay más muertos, más personas detenidas en Nicaragua. Pasamos, desde que CIDH dio sus primeros informes, de 76 muertos, a más de 350”, citando cifras de la ANPDH.
“No estamos acá porque nos da la gana, hay razones muy importantes”, argumentó Bertol.
El canciller Denis Moncada Colindres indicó que al Gobierno de Ortega no la parecía procedente que se analizará la situación interna sin su “aquiescencia” y “aprobación”.
Además, Moncada reiteró su llamado “a la dignidad soberana” de Nicaragua.
Almagro: “lo peor para Nicaragua es seguir muriendo”
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, insistió por su parte en que “lo peor que puede pasar a Nicaragua es seguir muriendo”.
Almagro destacó que mientras hablaba, los estudiantes atrincherados en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (Unan-Managua) eran atacados. “Solicitamos que inmediatamente se detenga este ataque”, demandó.
Además, subrayó que “el dolor de las personas y familias” deben ser la prioridad de la OEA. “Debemos dedicar todos nuestros esfuerzos para salvar vidas”, indicó.
Según Almagro, para lograrlo, “debemos insistir en el camino de la paz y el reencuentro”, abogando así por la vía de la negociación para resolver las diferencias y la recuperación de la mesa de Diálogo.
El miércoles, el Consejo Permanente planteó dos resoluciones sobre la crisis nicaragüense. Ambas están relacionadas con la implementación de las recomendaciones de la CIDH sobre las violaciones a los derechos humanos, el desarme de los paramilitares, el esclarecimiento de los asesinatos y la impartición de justicia. Además, una de las resoluciones incluye la necesidad de una salida pacífica, con elecciones generales anticipadas.
Hasta ahora, sin embargo, no se cuenta con los votos suficientes para que alguna resolución pueda ser aprobada, debido principalmente al silencio de los países de Centroamérica (con excepción de Costa Rica) y las islas del Caribe.
En su intervención más reciente ante el Consejo Permanente, el secretario ejecutivo de la CIDH, Pablo Abrao, alertó sobre “la profundización de las formas de represión contra los manifestantes” en Nicaragua, donde la cifra de muertos no para de aumentar.