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Villa Sandino lleva cinco nombres

Largo es el camino recorrido en Nicaragua, para quienes se esmeran para que su ciudad o pueblo lleve el nombre de su político predilecto

Villa Sandino en los años 40 todavía era un caserío. Foto: Confidencial | Cortesía.

Guillermo Rothschuh Villanueva

21 de agosto 2022

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I

Por diversas razones y circunstancias, Villa Sandino, antes de ser nombrada así después del triunfo de la revolución sandinista en 1979, ha tenido diferentes nombres a lo largo de su historia. Creo que muy pocas ciudades en Nicaragua han pasado por tantos jaloneos. Los tres primeros escapan a los intereses políticos que priman al distinguirlas con el nombre del homenajeado. ¿Cuáles son las verdaderas intenciones que revolotean sobre la cabeza de las personas, que mueven cielo y tierra, buscando que su ciudad lleve el nombre de su seleccionado? ¿Están convencidas que al hacerlo la ciudad recibirá alguna compensación de parte del político distinguido? ¿Creen que de esta forma ellos serán premiados por quienes sostienen las riendas del poder? Muchas personas lo han hecho con la mejor voluntad. Personas que se están en proceso de extinción.

Largo es el camino recorrido en Nicaragua, para quienes, debido a su militancia o simpatía partidaria, se esmeran o desviven para que su ciudad o pueblo lleve el nombre del político de su predilección. El departamento más grande de Nicaragua, se llamó Zelaya, en honor a José Santos Zelaya, líder del liberalismo triunfante en 1893. Como premio, Zelaya estaba decidido a unir el Pacífico con la costa Caribe. Compró todo lo necesario para construir un ferrocarril que aliviara distancias y pusiera ambas zonas en contacto permanente. Al final todo se fue en buenas intenciones. El nombre de Puerto Cabezas, en tributo a Rigoberto Cabezas, uno de los dos fundadores del diarismo en Nicaragua (1884), goza de poca aceptación entre los habitantes de Bilwi. Costeños dicen que la reincorporación, además de violenta, no ha dado hasta hoy los frutos esperados.

El departamento de Carazo fue llamado así para reconocer las cualidades políticas de Evaristo Carazo, uno de los seis presidentes durante los treinta años de la llamada república conservadora, depuestos por Zelaya en 1893. Igual pasó con el departamento de Madriz, bautizado con el apellido del tribuno liberal, José Madriz, sucesor de Zelaya, después que el caudillo liberal recibiera la oprobiosa Nota Knox, (1-12-1909). Estados Unidos tomó la determinación para fortalecer su presencia geoestratégica en Centro América. En 1986 los sandinistas, junto con la promulgación de la Ley de Autonomía (Ley 28), crearon las Regiones Autónomas del Atlántico Norte y Sur. Después llamadas Regiones Autónomas del Caribe Norte y Caribe Sur. Nicaragua nunca ha limitado con el Atlántico. Muchos costeños continúan llamándolas regiones del Atlántico.    


Antes que fuese creada Villa Somoza, se les había adelantado el general Tomás Martínez, creador del departamento de Chontales (1858). Por medio de decreto emitido el 12 de abril de 1861, el pueblo de Lovigüisca pasó a llamarse en su honor, Santo Tomás. Oficializó su traslado y cambio de nombre, como deja sentado Wilfredo Espinoza Lazo, el más fecundo historiador tomasino. El dirigente conservador no esperó que alguien lo hiciera por él. Así actúan los caudillos, señores de horca y cuchillo, que han gobernado Nicaragua. Puerto Díaz, tercero en Chontales con el nombre de un presidente de la república: Adolfo Díaz. Su currículo destaca por haber solicitado en dos ocasiones, la intervención de la marinería estadounidense (1912 y 1926). Sigue siendo considerado como el mejor servidor de los intereses de estadounidenses en Nicaragua. 

El caudillo liberal, Anastasio Somoza García, no quiso quedarse atrás, aceptó la propuesta del general Luciano Astorga, y puso su nombre a Pueblo Viejo (Decreto No.216- 29 de agosto 1942). Chontales seguía siendo tierra del caudillo conservador Emiliano Chamorro Vargas. El decreto “eleva a categoría de Villa y desígnese con el nombre de Villa Somoza, al caserío conocido como Pueblo Viejo de la jurisdicción de Santo Tomás Chontales”. Lo firman Anastasio Somoza García, Presidente de la República y Leonardo Arguello, Ministro de Gobernación y Anexos. Somoza García estaba empeñado en restar fuerza al liderazgo de Chamorro Vargas. Mito o realidad, los campesinos seguían gustosos al Cadejo, en sus lances políticos. Todavía en los sesenta, el grito de Viva Chamorro, tronaba en llanerías, montañas, caseríos, barrios y ciudades chontaleñas. Era una leyenda.

Villa Sandino


Petroglifos en la Comarca El Garrobo, Villa Sandino. Foto: Confidencial | Cortesía.

II

Debido a la forma que Nelson Gil me describía la ciudad, Villa Somoza era para mí tierra de ensueños. La imaginaba tal como Nelson me la presentaba: altas montañas a sus orillas, aguaceros interminables, pocas tiendas, muchos pájaros, calles lodosas, mulas y machos cargando queso, leche, crema, mantequilla, etc., y con dos o tres mandamases, imponiendo sus normas. Siendo apenas un niño, Nelson tenía nueve años, viajaba durante todo el año, a ganarse la comida. A finales de los cincuenta y principios de los sesenta del siglo pasado, se desplazaba cada quince o veinte días. Los viajes estaban determinados por la existencia —principalmente— de frutas. Salía muy de mañana cargado de jocotes, mangos, mamones, calalas y cosas de horno; se hospedaba en casa de su tía Lidia Gil, miembro de una familia salvadoreña que migró a Nicaragua.

A Villa Somoza había llegado a vivir el general Luciano Astorga, Ministro de Guerra, Marina y Aviación del viejo Tacho. Somoza García lo nombró diputado por el departamento de Chontales. Construyó una casa de dos pisos destinada para su vivienda y negocio. En aquellos años, Astorga todavía vendía raicilla, bálsamo y hule, cultivado en Rio San Juan y en los alrededores de la Villa. Don Lolo Quezada, emparentado con Astorga, era otra de las personas influyentes, igual que Alfonso Talavera Ocón, diputado liberal. Los tres ejercían una especie de triunvirato. Tiempos del poder delegado ejercido por el caudillo, a través de sus representantes locales. Los nombres se vinieron sucediendo a lo largo de los años, debido al crecimiento de la Villa y a la urgencia de los políticos de elevarla a ciudad. Un deseo y un logro compartido por los tres.

Villa Sandino

Nora Astorga en un campamento guerrillero.
Foto: Confidencial | Cortesía.

Como el resto de las ciudades y pueblos chontaleños, carecían de agua potable. El abastecimiento de agua en Villa Somoza estaba garantizado por dos vías. Muchas familias lo hacían yendo a traerla a la Pila del Monte, un pozo cubierto con tablas de madera, ubicado hacia el sur y otras, comprándola por lata, al precio de diez centavos. La vida en la Villa era apacible, con decirles que la Comandancia, los lugareños la identificaban como la Casa del Pueblo, al frente estaba el sargento GN. Hilario Rivas, tenía bajo su mando un par de soldados rasos. El telégrafo funcionaba una cuadra al sur de la Casa-Tienda Astorga, el cargo lo ocupaba Pedrito Álvarez, quien vivía en el mismo local alquilado por el Gobierno. Benjamín Lacayo suplía la carne de res, la destazaba en el rastro público y luego la traslada a una especie de mercado que nunca llegó a serlo.

El primer nombre que tuvo fue Villa Aurora del Rosario, con el tiempo pasó a llamarse Pueblo Viejo. Luciano Astorga, viejo aliado de Tacho, quiso compensar sus favores. Se adelantó a todos pidiendo al mandatario cambiarle el nombre y de elevarla a ciudad. Para esa época la figura política dominante era Astorga, con los años lo relevaría Alfonso Talavera Ocón, originario de Nandaime. Después pasó a llamarse Villa San Francisco, con el triunfo revolucionario volvió a cambiar de nombre. ¿Se debió a una iniciativa local o fue porque estadios, puertos, villas y ciudades cambiaron el apellido Somoza, por el de Sandino? Los jóvenes no pudieron decirme cuáles fueron las razones del cambio de nombre, tampoco parecían interesados en saberlo. Viejos pobladores aseguran que ellos fueron quienes solicitaron ponerle Villa Sandino. Una decisión política.

Durante muchos años los transportistas Marcelino Vargas y Julián Toledo, fueron los primeros en adentrarse en las profundidades chontaleñas. A medida que la carretera al Rama, iba expandiéndose, aparecieron nuevos empresarios. Surgieron transportistas locales. Los hermanos Espinoza Guido, originarios de Los Mollejones, invirtieron la plata ganada en la lotería, en una flota de microbuses. Estos caminos también fueron recorridos por Florentín Arguello, Bayardo Fernández, Payo Salazar y José Dolores Reyes. Los transportokes Vargas y Toledo, fueron por mucho tiempo los de mayor renombre. Nadie les hacía sombra. Los pueblos tienen buena memoria para ciertos hechos. Me sorprendió que en Villa Sandino recordaran las argucias de Armengol Centeno, para quedarse con parte de los bienes del general Luciano Astorga. 

En esos giros a los que nos tiene acostumbrada la política, Luciano Astorga Calonje, hijo de don Luciano, escogió la carrera militar, se trata del padre de Nora Astorga Gadea, joven universitaria incorporada al FSLN desde que ingresó a la UCA. Creo que ni abuelo ni padre sospechaban que Norita participaba en el derrumbamiento de la dinastía somocista. Su amistad con Carlos Agüero Echeverría, fue estímulo requerido para asumir su condición de militante sandinista. Tomó la determinación desde su regreso de Estados Unidos (1969). Con una sonrisa encantadora, modales pausados, mirada tierna y voz muy suave, Norita pasaba frente a nosotros en los andenes de la UCA, sin que imagináramos que ella formaba parte del grupo de jóvenes que encabezaban la lucha armada contra el somocismo. Su manera de ser la hacía pasar desapercibida. 

III

Los cambios generacionales en Nicaragua han sido decisivos en la búsqueda de un mañana mejor. Nuevas generaciones de nicaragüenses han seguido caminos políticos diferentes a sus padres. Para nosotros Nora Astorga Gadea, miembro de una nueva generación, pese de haber nacido en Managua (1949), sigue siendo auténtica chontaleña. Las vacaciones en casa de su abuelo, revalidaban los lazos sanguíneos que la unían con la provincia ganadera. Jamás desertó de sus raíces. Tuvo la valentía de participar en la lucha contra el último Somoza, obviando los lazos que sus ascendientes mantenían con el dinasta. El 8 de marzo de 1978, fue condenada a muerte por Somoza Debayle. El día que las mujeres celebran una fecha consagrada en su honor, Norita participó en la muerte del general Reynaldo Pérez Vega, alto mando militar de la GN. 

La influencia familiar siempre ha incidido en la forja del carácter y escogencia de las predilecciones de los hijos. El ambiente que se respira en el hogar penetra por ojos, oídos, venas y pulmones. Algunos deciden desertar solo para ratificar la existencia del hijo pródigo. Otros siguen caminos transitados por sus mayores. Alfonso Talavera Sevilla fue llamado por Arnoldo Alemán Lacayo, para ofrecerle el cargo de alcalde (1977-2000), mientras se dedicaba a reagrupar al liberalismo. Tomaba en cuenta que Talavera Sevilla era hijo de un viejo militante somocista. En la memoria de los habitantes de la Villa, persistían las angustias vividas durante la guerra de los ochenta. Esto inclinó el ánimo de los votantes. Talavera Sevilla ganó las elecciones, jactancioso recuerda haber ganado 39 mesas de votación menos una, impugnada por sus oponentes. 

Durante los años cincuenta y sesenta, Villa Somoza llegó a tener hasta tres cines, viejo  recuerdo entre las viejas generaciones. Cine Tropicana de Elsie Quezada, Cine Fajardo de Cruz Fajardo, dueño además de un cine en Santo Tomás y María Dolores de Alfonso Talavera Ocón. Hoy no cuentan con ninguno. En sus recuerdos asoma la nostalgia. El servicio de energía eléctrica era solo por la noche, la planta era propiedad de Talavera Ocón. Existía una sola escuela de carácter público, con el nombre de Anastasio Somoza García. Las escuelas públicas gozaban de reputación, la solidez de los planes y programas de estudios y la calidad de sus profesores, era envidiable. Su directora era la profesora Isabel Gaitán Solís, su hija Glenda y su hermana Rita Gaitán Solís, eran sus profesoras. A finales de los sesenta (1969), comenzó la debacle de la educación en Nicaragua. 

Talavera evoca su paso por la comuna. “Yo fui un alcalde de a pie, como Chaco Deleo en Juigalpa. Hoy cuando asumen el cargo los nuevos alcaldes, lo primero que hacen es comprarse una camioneta del año”, afirma a manera de reproche. “Si querés saber cómo fue mi gestión no me lo preguntés a mí, salí a las calles y ya verás cómo las personas reconocen y aplauden mi labor”. Cada vez que se refiere a su pasado como funcionario público, lo hace con alegría y aplomo. En conjunto con el Ministerio Agropecuario y Forestal (Magfor), regaló al campesinado mil limas, pares de botas y machetes, sin preguntarles a qué partido político pertenecían. Cree que eso lo distingue del resto de alcaldes que han pasado por la comuna de Villa Sandino. Impulsó el béisbol, tenían vehículo para movilizarse, ahora andan mendigando. Fundó La Casa de la sabiduría (1998), junto con monseñor Bernardo Hombach.

Villa Sandino

Escuelas de Villa Sandino em la actualidad. Foto: Confidencial | Cortesía

En 2002 Talavera Sevilla se apartó del caudillo liberal, Arnoldo Alemán, al indagar los motivos, me respondió, no estoy ni estaré de acuerdo con funcionarios que se enriquecen en los cargos. Alemán se mal dispuso con Talavera Sevilla después que este asistió a una reunión en el Holiday Inn, invitado por Enrique Bolaños y José Rizo Castellón, para explorar la fundación de un nuevo partido político. “¿Fuiste a esa reunión? Indagó, Alemán. ¡Sí! Estuvo muy buena. ¿Vos sos convencional por la Villa? ¡Sí! Entonces ya no sos nada”, ripostó el caudillo. Su caída llego tarde. Talavera Sevilla andaba en busca de nuevos horizontes. Ahora se le ha metido entre ceja y ceja correr para un nuevo período como alcalde. ¿Qué organización o alianza política lo invitará? Me confesó no contar con ningún partido político. El tiempo apremia. En unos días sabremos la verdad.


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Guillermo Rothschuh Villanueva

Guillermo Rothschuh Villanueva

Comunicólogo y escritor nicaragüense. Fue decano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Centroamericana (UCA) de abril de 1991 a diciembre de 2006. Autor de crónicas y ensayos. Ha escrito y publicado más de cuarenta libros.

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