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Venezuela: una lección democrática

El control parlamentario de la derecha no será suficiente para revertir las conquistas sociales alcanzadas en Venezuela

El presidente de Venezuela, Nicolas Maduro, al los resultados muy adversos para el oficialismo de las elecciones parlamentarias. EFE.

Onofre Guevara López

8 de diciembre 2015

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El gobierno de Venezuela ha aceptado su derrota con honestidad y respeto constitucional. El único fraude lo cometió el ejército mediático mundial, mintiendo sobre la supuesta dictadura y su inminente fraude electoral. Lo desproporcionado de su campaña contra Venezuela, fue porque sabía lo imposible que sería derrotar al proceso revolucionario venezolano sin utilizar todas las armas sucias en tres guerras a la vez: económica, política e informática.

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Más que un programa político de la derecha local –que además nunca presentó— triunfó la derecha internacional, la que desplegó las tres guerras en dimensiones globales, con la eficiente colaboración incluso de prominentes figuras, figurines y figurones europeos colonialistas y norteamericanos imperialistas, los que echaron sobre Venezuela y sus líderes los productos ideológicos más contaminantes. Toda una santa cruzada nunca vista.

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No obstante que con su cruzada anti “populista” ha obtenido éxito en Venezuela, nadie medianamente bien informado espera que por haber ganado la batalla parlamentaria, la derecha ha ganado la guerra contra la revolución y sus programas sociales. El acoso continuará, porque es una “ley natural” del sistema político imperial dominante en el mundo, encabezado por los Estados Unidos, teniendo como bandera la “democracia” en contra del “populismo”.

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¿Qué hay detrás del “anti populismo”? El neoliberalismo, sencillamente. En Argentina, con el triunfo de la derecha, desde antes de la toma de posesión de Macri, ya se está programando el desmantelamiento de los programas sociales para sustituirlos con los planes de ajustes económicos del neoliberalismo. Algo nada complicado de entender, pero la derecha lo complica todo con sus eufemismos e hipocresía, pues si revelara sus objetivos más abiertamente, engañar le sería más difícil.

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Aquí un ejemplo eufemístico de la derecha argentina: “El primer paquete tendrá que ser más de centro-izquierda que de centro-derecha”, para evitar “el gran peligro (que) es la intranquilidad social”. Es decir, la derecha, consciente de que una gran masa popular será afectada con su plan de ajustes,” estudia” cómo torturarla más suave con el puño de centro-izquierda, porque si le da con el centro-derecha, corre “gran peligro” y tendría que recurrir de nuevo a la dictadura militar, recurso extemporáneo, pero no descartado.

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Entre los eufemismos de la derecha en funciones dentro, dentro o fuera del poder, el de su lucha contra la pobreza es básico, aunque falso como su teoría del “derrame”. Significa no “desperdiciar” recursos en programas “populistas”, mientras no se alcance el máximo desarrollo económico (el vaso lleno) y hasta después, con lo que se “derrame”, hacer los “gastos sociales”. Falsa expectativa, porque estancan y recortan salarios, no existen o eliminan subsidios, privatizan la salud, la educación, etcétera, y así, el vaso nunca se “derrama”).

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Le sigue lo que podría compararse con el “suplicio de Tántalo”: cuando crece la economía (la macro economía), y el vaso está medio lleno, lo exhiben como una gran conquista del sistema, siendo en realidad la acumulación de todos los derechos sociales y salarios no pagados, más los privilegios y las exoneraciones que les ofrece el Estado. ¿Y saben por qué la macro economía, o el vaso, nunca se “derrama” hacia la población? Porque, como nadie controla la concentración de sus máximas ganancias, se las llevan al exterior. Solo es un inmoral slogan.

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La “distribución de la riqueza para ganar la batalla contra el hambre” (¡vaya ironía!) algo que solo conoce la familia de los que trabajan con bajos salarios, los que trabajan en cualquier cosa sin prestaciones sociales y los “pequeños empresarios” vendedores de cualquier cosa en las calles. La batalla “contra el hambre”, es una simple frase. Ese un decir a diario desde el gobierno, desde la empresa privada y desde las instituciones estatales, el cual ya no es solo un eufemismo, sino propagandístico.

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Pero cuando un gobierno –al que llaman peyorativamente “populista”— hace esfuerzos por cambiar esa realidad social, cuando de verdad distribuye la riqueza, cualquiera sea el nivel de su vaso económico, lo derrama sobre programas sociales: vivienda, educación, salud, transporte, etcétera, como se ha hecho en Venezuela, entonces le hacen la guerra de todas formas y con cualquier pretexto. Una guerra contra “el mal ejemplo”, en la que toma sus armas el ejército mediático transnacional, que no cesó de actuar en ningún día previo a las elecciones ni cesará después.

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El control parlamentario de la derecha no será suficiente para revertir las conquistas sociales alcanzadas, por mucho que quiera, porque hay pueblo beneficiado –incluido el sector pobre que influencia la derecha— que no se las dejará arrebatar. Frente a esa realidad, a la derecha se le impondrá la necesidad de negociar con el gobierno, pero no a un costo social que no tendría otro rumbo que el retorno a un pasado donde la derecha acumuló una enorme deuda social, como en la vivienda popular (un millón construidas en solo 16 años, aun bajo agresiones).

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A propósito: “gobierno” es un término genérico, y no se puede confundir un gobierno con otro, ni por fobias ni por filias políticas. Lo mismo puede decirse del término “izquierda”. Debe verse cada país en particular para no hacer nada fuera del huacal. Pero si usted tiene ganas de llamar de “izquierda” al gobierno de Ortega y compararlo con el venezolano, está en su derecho. No restrinja su libertad de opinión por ningún motivo. De todas maneras, usted no podrá cambiarles sus características a ninguno de los dos gobiernos, llámeles como quisiera llamarles.

Cronología imperial (*)

1914.- El 14 de noviembre, se reembarcaron en Veracruz las últimas fuerzas de marines norteamericanos.

1915.- 1) El 26 de julio, como consecuencia del asesinato y el despedazamiento por la multitud del dictador Vibrum Guillaume Sam, desembarcaron nuevamente en Puerto Príncipe y otros puertos haitianos marines y soldados gringos, y no se irían sino después de muchos años.
2) El 12 de agosto, bajo la activa coacción de los interventores, apropiados del país, el parlamento haitiano designó presidente a Sudre Dartiguenave.

3) El 16 de septiembre, siempre bajo el dominio de los marines gringos, Dartiguenave firmó un tratado que puso a su patria en condición de protectorado de los Estados Unidos. Las tropas yanquis continuaron en Haití hasta 1934.

1916.- 1) El 18 de febrero, pese a la oposición de legisladores norteamericanos, y de la indignada protesta de El Salvador y de Costa Rica, el senado gringo ratificó el tratado Chamorro-Bryan.

2) El 9 de marzo, la población fronteriza de Columbus, Nuevo México, fue atacado por Pancho Villa, con saldo de daños materiales y de víctimas humanas; el presidente estadounidense Wilson, autorizó al general John Pershing, a cruzar la frontera de México en expedición punitiva en procura de Villa.

3) El 15 de marzo, sin el permiso del presidente mexicano Carranza, 12 mil soldados gringos ingresaron a México tras PanchoVilla. Se consideró excesiva esa cantidad de soldados para un solo hombre, además de condenable el irrespeto a la autoridad mexicana.
(Continuará)

(*) Resumida de Guía del Tercer Mundo-86.


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Onofre Guevara López

Onofre Guevara López

Fue líder sindical y periodista de oficio. Exmiembro del Partido Socialista Nicaragüense, y exdiputado ante la Asamblea Nacional. Escribió en los diarios Barricada y El Nuevo Diario. Autor de la columna de crítica satírica “Don Procopio y Doña Procopia”.

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