8 de junio 2017
Esta semana recibí la visita del nuevo corresponsal de la BBC en Venezuela, Daniel García, un estupendo entrevistador que me ayudó a estructurar algunas ideas sobre la crisis. Aprovecho su trabajo para hacer un resumen que quiero compartir con ustedes.
¿Cómo termina esta situación que atraviesa Venezuela?
Los procesos de transición no son obvios. (Obvio que la oposición puede ganar, pero…). Hay un escenario que no conduce a la oposición al éxito. Lo que introduzco es una palabra clave: negociación. A nadie le gusta hablar de eso. El Gobierno se muestra prepotente y cree que no necesita una negociación. Ni la oposición, porque cree que es una traición y tiene que lidiar con sus propios radicales. La gente está en una lucha y ya actúa como si hubiera ganado. Y cree que el triunfo es inevitable. Ninguna de las dos cosas es verdad: ni ya tienes el éxito ni necesariamente es inevitable. El elemento central de esto pasa sin duda por una negociación. Y antes de eso pasa por una fractura o implosión dentro del chavismo. Luego, en la segunda etapa, viene la negociación.
Ya son dos meses de protestas, ¿van a durar mucho más?
La gente lo ve como ahora o nunca. Si esto no ocurre, entonces tenemos una dictadura per saecula saeculorum. Eso es falso. Ahora tienes al pueblo que se rebela contra una Asamblea Nacional Constituyente que se convoca sin consultar. Después se rebelarán cuando vean los resultados de una elección ficticia, corporativista que no le permite a la mayoría expresarse. Y luego, el jaleo cuando esa Asamblea diga que no va a consultar al pueblo. Cada uno de esos eventos es un dolor de cabeza para el Gobierno. No podemos predecir que esto dura un mes, o 15 días o 2 años. El Gobierno está en los mismos aprietos que la oposición, por lo que las condiciones para una negociación futura podrían estar planteados.
Habla de implosión en el chavismo. ¿La rebelión de la Fiscal General es una señal de que el oficialismo se está fracturando?
La oposición tiene en la implosión un factor de éxito potencial. Si le damos una probabilidad relevante de ocurrencia al escenario de cambio es precisamente por la potencial implosión. Cuando la oposición reta al gobierno y se mantiene en posición firme está poniendo a prueba la unidad interna del chavismo.
Y ahí entra la fiscal Luisa Ortega…
No sé si ella es un gran pedazo de hielo o si es la punta de un iceberg. La oposición debe actuar como si hay un iceberg. La Fiscal es el riesgo más grande del Gobierno, el disparador de la implosión más importante y la mejor oportunidad de la oposición.
Decía que a la oposición le falta un líder, ¿por qué lo necesita?
En Venezuela no es que no hay líder, es que hay muchos. En la oposición hay una división intrínseca. Te puedes poner de acuerdo para cosas básicas, pero no en el fondo del asunto, y entonces tus posibilidades están limitadas. Hay que tener a alguien capaz de controlar. Y luego, ¿cómo va a salir la gente en los barrios asumiendo un riesgo personal si no tiene a alguien de quien se enamore?
¿Un caudillo?
Al final el liderazgo motiva. Y es el que va a poder negociar. Si el Gobierno quisiera negociar, ¿con quién?
Al final la oposición mayoritaria se concentra en una coalición de partidos con fines electorales. ¿Habrá que esperar entonces a unas elecciones para verlo?
Yo creo que el líder se genera cuando hay demanda. El vacío se llena cuando la gente necesita seguir a alguien. Creo que vamos a ver un líder antes de la solución del problema, antes del final de esta historia. La población empieza a mirar actores de cambio. Cuando la gente grita cambio, la oposición lee cambio de Maduro, pero va mucho más allá. Hay una demanda, están buscando a alguien nuevo.