5 de diciembre 2019
Las dos presencias del escritor peruano Mario Vargas Llosa en la Feria del Libro aquí en Guadalajara, una por la celebración de los 50 años de Conversación en la Catedral, considerada su obra maestra, y la otra para presentar su reciente libro Tiempos Recios, provocaron llamativos desbordes en el Salón Juan Rulfo y la Sala 6, con esa mezcla de interés y ansiedad, como si todos los asistentes, además de escuchar sus charlas con un silencio de respeto y admiración solemnes, quisieran tomar un pedazo de él, a sabiendas que estas actividades no firma autógrafos y sale del escenario lo más pronto posible, dando la impresión de estar huyendo de su fama, más allá de las polémicas que giran alrededor de sus posiciones políticas. Fama literaria agrandada por la merecida conquista del Premio Nobel. Conscientes que conseguir un asiento para cada una de esas presencias, sería muy difícil, las colas de más de dos horas, exigieron mucho de la paciencia del público, confirmando lo que más adelante dijo Juan Cruz desde la tribuna antes de ponerse en marcha la actividad: “Mario Vargas Llosa es alabado y cuestionado, sabe lidiar con eso, pero todos muestran un interés mayúsculo en escucharlo y leerlo. Eso es un privilegio”
Rumbo a los 84 años, su frase más recordable “¿En que momento se jodió Perú?”, en el inicio de Conversación en la Catedral, permanece actualizada en diferentes países de esta convulsa América Latina, incluyendo el nuestro, sumergido en una crisis sin precedentes en muertos y daños a lo largo de 19 meses… Sobreviviente del “Boom literario” después de las muertes de Julio Cortázar, José Donoso, Carlos Fuentes y García Márquez, este lúcido Mario Vargas Llosa es como “El último dinosaurio”, y como tal es visto por donde da cada paso hablando sin esconderse… Aterrizando en Guadalajara, expresó sus dudas sobre el futuro de México con López Obrador mostrando tendencias claramente autoritarias, recibiendo una dura respuesta de Beatriz, la esposa del gobernante, a la que también respondió, y más adelante, la agitada entrevista con Carmen Aristegui, en la cual el escritor peruano contragolpeó con efectividad a la astuta periodista mexicana, desarmándola constantemente en la discusión del golpe de Estado en Bolivia. Amplio conocedor de la política latinoamericana y de sus políticos corruptos, Vargas Llosa, derrotado por Fujimori en su intento de ser presidente peruano, es casi inexpugnable en este tipo de debates, y lo demostró.
El título de la nota, “El último dinosaurio”, se refiere estrictamente al escritor, no al político. Un reconocimiento a su grandeza, logrando impactar con La ciudad y los perros, pasando por el trabajo magistral de Conversación en la Catedral, extendiéndose por una serie de trabajos que incluyen La Fiesta del Chivo, hasta llegar a Tiempos Recios. En el recorrido realizado por Vargas Llosa, se encuentran brillantes ensayos, obras de teatro y su columna “Piedra de Toque”. En su charla sobre Tiempos Recios, Mario Vargas Llosa explicó que el objetivo de la investigación fue reivindicar a Jacobo Arbenz, víctima de las maniobras de la CIA, acusado de comunista siendo admirador del sistema estadounidense, sin ninguna prueba de querer facilitarles Guatemala a los soviéticos, que ni siquiera tenían presencia mínima en ese país. Arbenz fue sacado de la Presidencia por un verdadero golpe de Estado. Vargas Llosa habló largo sobre la incidencia de Trujillo, suministrando todo tipo de apoyo, incluyendo el envío de su asesino preferido, el coronel Abbes García, personaje en La Fiesta del Chivo, y la extraña relación entre el dictador dominicano y Carlos Castillo Armas. Al cerrar, Juan Cruz se refirió a semejanzas entre Urania Cabral y la Señorita Guatemala. Con esa base, comprar el libro al salir, fue una obligación.