16 de noviembre 2020
Considero que soy uno de esos miles de nicaragüenses que ya se cansaron de encontrarse con tantos comunicados y pronunciamientos que abundan en las redes sociales. Siendo sincero, rara vez me detengo a leer alguno, y mucho tiene que ver el hecho que desde abril 2018 a la actualidad, los nicaragüenses hemos leído demasiado este tipo de documentos, que ya se volvieron parte de la cotidianidad de las redes por las condiciones sociopolíticas de nuestro país que dan material para muchas cosas por las cuales redactar posturas, quejas y exigencias que en pocas horas se terminan diluyendo en el inmenso mundo del Internet.
No es un secreto que la gente ya se ha cansado de este asunto. No obstante, una que otra vez nos topamos con ciertos escritos que llaman la atención y terminamos leyéndolos, ya sea por un genuino interés en el tema, por curiosidad ocasional o incluso por cierta obligación coyuntural para no pecar de indiferentes.
En este oportunidad, lo que me llevó a leer este pronunciamiento, al que a continuación me referiré, fue precisamente su origen: la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN), organización de la que por algún tiempo fui miembro, y misma implicada también en mi posterior e injusta expulsión universitaria.
También me atrajo el motivo de la publicación, referente a los recientes acontecimientos sociopolíticos en la República del Perú, donde lamentablemente dos estudiantes fueron asesinados en las protestas a manos de la Policía. Y no me extraña, ciertamente, que la UNEN emitiera un comunicado en solidaridad por el asesinato de los jóvenes peruanos, es decir, es coherente viniendo de una supuesta “organización estudiantil”, pero sí me sorprendió el texto por su narrativa, incoherente desde mi punto de vista, pues en él se lee, y cito textualmente:
“La Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua, manifiesta su repudio a cualquier acto que vulnere el legítimo sentido de la democracia y se opone firmemente ante las acciones de fuerza que pongan en peligro el bien jurídico tutelado por excelencia que es la vida”.
Es interesante que un movimiento que apoya y defiende a capa y espada a un gobierno que a nivel nacional e internacional ha sido catalogado como dictatorial y por ende antidemocrático, y sancionado en varias ocasiones, asegure repudiar cualquier acto que vulnere el legítimo sentido de la democracia.
Posteriormente se lee: “Ante los hechos acaecidos en la hermana República de Perú, donde el pueblo de la mano de los estudiantes ha salidos a las calles en acción legítima de su derecho a la protesta contra acciones que vulneran el Estado de Derecho…”.
En 2018, en Nicaragua, muchos jóvenes universitarios acompañados por el pueblo salieron a las calles a protestar haciendo uso de sus derechos como ciudadanos nicaragüenses, y fueron reprimidos, encarcelados, exiliados, expulsados de las universidades estatales, heridos y asesinados, pero la misma UNEN que envía este comunicado hasta Perú no se pronunció ante la grave situación que se ha venido viviendo en Nicaragua. En las mismas universidades donde se encuentran sus miembros, contrario a ello, han decidido respaldar al gobierno responsable de dichos actos y fundirse como brazo político del mismo.
Mencionan también que: “La UNEN repudia el asesinato el asesinato a mansalva de los estudiantes Jordán Inti Sotelo y Jack Brian Pintado, que mientras ejercían su derecho legítimo a la protesta, oficiales de la policía ultimaron en clara violación a los derechos de nuestros hermanos estudiantes”.
Pese a que respeto el repudio a los asesinatos de los dos jóvenes peruanos, no se puede ignorar el hecho de que durante los ataques perpetrados el 13 de julio de 2018 contra estudiantes atrincherados en la UNAN- Managua, también en ejercicio de su derecho legítimo a la protesta, las fuerzas armadas progubernamentales asesinaron a dos estudiantes en los alrededores de la propia universidad. Ante este otro hecho, la UNEN tampoco se pronunció en repudio, en su lugar, celebran ahora esa fecha como un día festivo.
Y en el cierre del comunicado, aseguran respaldar “el respeto a los Derechos fundamentales, Derechos Humanos…” y que “Perú necesita encontrar el dialogo y la unidad de su pueblo para construir juntos una nación más justa, equitativa y respetuosa del estado de derecho”.
Es paradójico que la UNEN manifieste todo esto, cuando en su propio país siguen habiendo constantes violaciones de derechos humanos, cuando se han cerrado por parte del gobierno las posibilidades de diálogo y negociación, donde a los estudiantes expulsados de las universidades se les prohíbe incluso el acceso a las instalaciones para hacer sus diligencias. Entonces, ¿qué sentido y fundamento ético tienen al redactar un pronunciamiento como este?
¿Será simple incoherencia, descaro, ignorancia, audacia, estrategia, servilismo? ¿Puede que, incluso, sea una combinación de todo y hasta más?
Cada lector sacará sus propias conclusiones. En este caso, para mí es propicio recordar aquel dicho popular, “luz de la calle, oscuridad de la casa”.
Cierro con las palabras de Abraham Lincoln, quien dijo: “Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo.”