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¿Son los “Trump del mundo” tan parecidos a Trump?

Desde 2016 se utiliza a Trump como referencia para describir a otros líderes que hacen parte de la ola de derecha radical

Donald Trump.

Donald Trump durante un mitin de su campaña electoral en Grand Rapids, Michigan (Estados Unidos), en noviembre de 2024. // Foto: EFE / Cj Gunther

Sebastián Godínez Rivera

2 de diciembre 2024

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El mundo ha presenciado algunos liderazgos en varias partes que han sido catalogados como populistas o iliberales, como si todos fueran homogéneos. En ciencia política existen conceptos para diferenciar liderazgos y clasificarlos de acuerdo con la forma en que ejercen el poder. Desde la concepción populista de Chantal Mouffe, que sostiene que el populismo de derecha es una respuesta del mercado y de los oligarcas, pasando por la forma de dominación carismática de Max Weber, hasta la conformación del término liderazgos iliberales para referirse al presidente ruso, Vladímir Putin, o al primer ministro húngaro, Viktor Orbán, de acuerdo con Fareed Zakaria y Gideon Rachman.

Los estudios sobre líderes han cobrado relevancia desde el ascenso de Trump a la Presidencia de Estados Unidos en 2016. Sin embargo, en ese momento personajes como Putin, Orbán o el expresidente italiano Silvio Berlusconi ya habían asumido el poder hace años, aunque no se les había dedicado tantos análisis. Es posible, así, hablar del ascenso de líderes conservadores al poder, pero cada uno cuenta con elementos particulares. 

Si bien esta ideología no es homogénea y cuenta con diversos matices, desde 2016 se utiliza a Trump como referencia para describir a otros líderes que hacen parte de la ola de derecha radical. Desde Jair Bolsonaro, Nayib Bukele, Javier Milei, Narendra Modi, Boris Johnson, Geert Wilders y Marine Le Pen, hasta Andrés Manuel López Obrador, considerado como un líder de izaquierda, han sido calificados como “el Trumps de…”. 

En primer lugar, no se trata solo de un error descriptivo, sino metodológico, puesto que cada liderazgo ha mostrado señas particulares en su ideología, la retórica y el propio estilo de gobierno o de hacer campaña. Popularizar un sobrenombre para referirse a distintos liderazgos solo genera confusión y generaliza el estudio de casos que son distintos.


La llegada de Donald Trump en 2016 a la Casa Blanca fue un parteaguas debido a la estridencia de su campaña. Su discurso versaba sobre el proteccionismo a la economía y los empleos; mostró tintes xenofóbicos con la inmigración y mostró cierta atracción por sus pares autoritarios, al punto de halagarlos. 

Los Trump latinoamericanos

Ahora bien, el triunfo de Trump muchas veces es visto como un motor para líderes conservadores en otras latitudes, pero no hay elementos para afirmarlo. Por ejemplo, en el caso de América Latina, la historia ha demostrado que la elección de líderes fuertes es una forma de compensar la fragilidad institucional de la región. Hay cuatro casos que fueron recuperados en la opinión pública: en 2018 con Andrés Manuel López Obrador en México, en 2019 con Nayib Bukele y Jair Bolsonaro en El Salvador y Brasil, respectivamente, y Javier Milei en Argentina desde 2022.

Al ex mandatario mexicano fue apodado, aunque de forma muy limitada, como “el Trump mexicano” debido a su estilo autoritario de ejercer el poder. Sin embargo, López Obrador estableció su propio estilo de gobierno: enarboló la bandera de la izquierda política aunque tiene mayor relación con el nacionalismo revolucionario del Partido Revolucionario Institucional (PRI), y adoptó un estilo iliberal más parecido a Orbán para erosionar las instituciones y el poder judicial.

Por otro lado, el liderazgo de Bukele dista mucho del de Trump, el mandatario centroamericano ha establecido su propia marca política a través de la mano dura sin miramientos que ha atraido a otros mandatarios de la región. Pero Bukele, incluso, es por momentos considerdo como un político sin ideología.

Mientras tanto, en el Cono Sur Bolsonaro se caracterizó por ser un admirador de los gobiernos militares y del golpe de estado de 1964. El ex militar es un líder carismático que enarbola la bandera del conservadurismo y el libre mercado y mostró su poco compromiso con temas como el cambio climático y el cuidado del Amazonas. Además, Bolsonaro pertenece a una derecha militar y religiosa marcada por los evangélicos, que han cobrado gran influencia en las elecciones.

En la vecina Argentina, el triunfo de Javier Milei fue una sorpresa para la región; el propio mandatario se asume como un libertario, es decir, una vertiente radical del liberalismo que apuesta por una desregulación total y la nula intervención del Estado. Sin embargo, el camaleonismo político de Milei hace difícil definirlo; defiende valores tradicionales como la vida, la propiedad privada y el libre mercado, pero esto se ha revestido con un discurso populista. De hecho, el ejecutivo argentino tiene más similitudes con el ex presidente argentino peronista Carlos Menem que desreguló la economía y privatizó empresas públicas. 

Los Trump europeos

Por otra parte, en Europa las derechas más extremas tienen diversas agendas que no necesariamente están conectadas con el trumpismo. El ex premier británico Boris Johnson fue catalogado como “el Trump británico” por su parecido físico; no obstante, su retórica solo versaba sobre consolidar la salida del Reino Unido de la Unión Europea (Brexit). Johnson jamás denunció al establishment, no adoptó posturas racistas y tampoco modificó su estructura discursiva o ideológica para radicalizarse. Al contrario, pertenecía a la élite política del Partido Conservador que estudió en Eton y Oxford como otros primeros ministros.

Al sur, en la Europa continental, también se han hecho algunas comparaciones con Trump, como el caso de Marine Le Pen en Francia. Trump y Le Pen distan mucho en sus posturas, puesto que, si bien ambos son representantes de la derecha política más extrema, su único punto de convergencia es la retórica antiinmigrante. La dirigente de Reagrupamiento Nacional ha mostrado una mayor apertura al libre comercio en vez del proteccionismo, ha intentado dejar a un lado la retórica agresiva y ha adoptado una agenda medioambiental.

Por último, en los Países Bajos el primer ministro, Geert Wilders, representante del nacionalismo europeo, también ha sido señalado de ser “el Trump holandés”. Sin embargo, es de los pocos que ha respondido de forma frontal a este apodo, afirmando: “No soy Donald Trump, no me llamen el Trump holandés, soy el Geert Wilders holandés”. Wilders es conocido por ser euroescéptico, es decir, no comulga con la Unión Europea.

Asimismo, ha demostrado una política en contra del islam, al igual que otras derechas europeas. La retórica de Wilders hace énfasis en la igualdad de las personas, pero hace hincapié en que los valores, las religiones y las ideologías no son iguales. Incluso desde que asumió como premier ha mostrado moderación, lo que permite afirmar que utilizó un discurso populista para atraer votantes, pero no ejercer el poder de forma populista.

Por último, hay un caso específico en Asia al cual se ha hecho referencia, y es el del primer ministro indio, Narendra Modi. Apodado como “el Trump de la India”, es importante distinguir que no hay similitudes entre los liderazgos. Modi aspira a consolidar una democracia étnica, da preferencia a la comunidad hindi sobre los musulmanes. El líder indio tiene un aura religiosa en la cual sostiene que es un líder designado por Dios para cambiar el destino de la India.

En conclusión, ciertos liderazgos del mundo que han sido calificados como una copia de Trump tienen con él más diferencias que similitudes. El fenómeno del hombre fuerte o los caudillos ha estado presente en la historia de Latinoamérica desde su nacimiento; en Europa ha tenido otras características que tienden a la estridencia y el reformismo, y Asia tiene un desarrollo distinto a Occidente. Generalizar sus características solo genera sesgos analíticos que no contribuyen a la explicación científica y a la pregunta de: ¿por qué la gente está optando por líderes autoritarios?

*Artículo publicado originalmente en Latinoamérica21.

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Sebastián Godínez Rivera

Sebastián Godínez Rivera

Ha sido profesor adjunto en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México. Ayudante de investigación sobre América Latina, Estados Unidos, gobiernos locales y análisis de gabinetes, entre otros temas.

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