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Segundas, terceras oportunidades y más

Mientras se despeja el horizonte muchos más seguirán apostando por la emigración en búsqueda de oportunidades que nunca llegan en nuestros países

Caricatura migración

Raúl Valdivia

19 de julio 2023

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Los pueblos, como las personas más probable que no, la vida nos da más de una oportunidad, a veces nos da dos, tres o más.

Lamentablemente una, dos o más veces mal logramos las oportunidades que la vida nos da.

El 19 de julio de 1979, el 25 de febrero de 1990, el 5 de noviembre de 2006, las tres han sido oportunidades mal logradas, con efectos desvastadores y con daños irreversibles para el país.

Veamos la primera, el 19 de julio de 1979, en poco tiempo una revolución, resultado de la unidad de la sociedad nicaragüense, fue transformada en un proyecto mezquino de grupo. Y quedó consignado por escrito en el llamado “Documento de las 72 horas”, un programa partidario que vino a sustituir el programa de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional. La ejecución de dicho programa condujo al país a una segunda guerra fratricida de diez años, guerra que pudo ser evitada, de haber mediado una voluntad política patriota nacional.


La segunda oportunidad llegó el 25 de febrero de 1990 con el triunfo electoral de doña Violeta Barrios de Chamorro, el cual resultó de la combinación de varios factores, la resistencia armada de “los Contras”, el reagrupamiento estoico de los grupos de oposición civica, el decidido apoyo norteamericano a la oposición antisandinista y, tal vez como factor principal, el fin de la guerra fría, con el colapso del bloque soviético y el necesario entendimiento entre Estados Unidos y la ex Unión Soviética.

La alianza electoral que llevó al poder a doña Violeta se desarticuló recién tomaba posesión, ella gobernó precariamente y teniendo de adversarios al sandinismo derrotado y a la UNO victoriosa.

Esa incertidumbre de gobernabilidad fue aprovechada por un puñado de viejos liberales que lograron reagrupar el voto ciudadano bajo la bandera liberal.

Estas dos oportunidades, la de 1979 y la de 1990 con sus respectivas luces y sombras. 

La oportunidad de 1990 colapsó por el espurio pacto Ortega-Alemán, la división del voto liberal y la llegada al poder de Hugo Chavez en Venezuela, que usó la bonanza petrolera para financiar un reciclado proyecto político socialista que a la fecha ha llevado al éxodo de millones de seres humanos de Venezuela, Cuba y Nicaragua.

El modelo neoliberal aplicado en América Latina en los años posguerra no acompañó la apertura política con la suficiente prosperidad económica y la reducción de la desigualdad.

Todo lo mencionado teniendo como talón de fondo una situación internacional propensa al autoritarismo, con Rusia de Putin, Irán de los Ayatolas y el creciente desafío que representa China al orden global de la post Guerra Fría. 

Y la tercera oportunidad mal lograda, la del 5 de noviembre de 2006, por ser tan obvio es poco lo que habría que agregar.

El sandinismo de Daniel Ortega es el de un extraño caso, de lograr con una minoria política, lo que corresponde a la mayoría ciudadana.

Los 600 000 nicaragüenses que han salido del país en años recientes es suficiente para validar la afirmación de que con el regreso del sandinismo al país perdimos todos, incluyendo al sandinismo. 

El regreso del sandinismo al poder se dio en la coyuntura de la primera ola de izquierda en América Latina. Vivimos actualmente el segundo oleaje de izquierda en sus dos versiones, la caudillesca y la institucional.

Los próximos diez años serán decisivos en la estabilización del continente o en su derrotero de la inestabilidad crónica, con una crisis que afecta por igual las propuestas desde la derecha como desde la izquierda. 

Mientras se despeja el horizonte muchos más seguirán apostando por la emigración en búsqueda de oportunidades que nunca llegan en nuestros países de origen.

A corto plazo las perspectivas del cambio para mejorar no son halagadoras. Qué tan cierto será “que la cuarta es la vencida”, sólo el tiempo lo dirá.

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Raúl Valdivia

Raúl Valdivia

Economista nicaragüense, residente en California, Estados Unidos.

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