9 de marzo 2016
La noticia de la aprobación del Plan de la Alianza para la Prosperidad ha planteado muchas interrogantes acerca de su significado, implementación e impacto.[1] Este plan se enfrenta a grandes retos, no solo porque la magnitud de los problemas es abrumadora, pero las soluciones requerirán mucha participación sectorial y mejor alineación con las prioridades del desarrollo. No está fácil la región, tampoco las soluciones ni el posible impacto de esta iniciativa.
El Plan de la Alianza para la Prosperidad se creó con el propósito de responder a los problemas que están afectando las causas de la migración en masa de Centroamericanos y para reducir la misma.[2] Este documento diseñado por equipos técnicos del Banco Inter-Americano de Desarrollo tiene una estrategia de cuatro componentes, que reconocen la multi-causalidad de la migración.
Los cuatro componentes son, primero la dinamización del sector productivo mediante la atracción de la inversión en turismo y agroindustria, diversificando la matriz energética para reducir sus costos, modernizar la infraestructura vial, y promover más comercio exterior.
El segundo componente aborda al capital humano, mediante el fortalecimiento de la fuerza laboral a través de la formación técnica, expandiendo sus capacidades, y mejorar el rendimiento y retención escolar en la secundaria, acompañado con atención a madres e hijos en temas nutricionales.
El tercer componente aborda la seguridad ciudadana con más programas de prevención de violencia, protección de escuelas, así como continuar con la modernización del sistema de justicia. Finalmente el cuarto componente se refiere al fortalecimiento institucional del estado asegurando la capacidad financiera de éste (con un mejoramiento del sistema tributario, y administrativo de la gestión estatal).
Muchos de estos componentes ya han sido abordados por la comunidad internacional para el desarrollo en diferentes modalidades y partes. Lo innovador, talvez de este plan consiste en dos aspectos. Primero, se implementa como un paquete consensuado por los presidentes comprometidos a implementarlo pero con apoyo internacional. Segundo, el plan va acompañado con un enfoque territorial a nivel de atención y priorización de aquellos municipios que han sido más afectados por la migración.
EEUU y la distribución de los fondos
El plan surge en respuesta a la masa migratoria que está afectando a varios países de Centro América la cual huye de la región por razones de violencia y por la falta de oportunidades reales para las personas de mejorar su calidad de vida. Ocurre bajo el mandato Centro Americano, en particular de El Salvador, Guatemala y Honduras. Sin embargo, Estados Unidos es el país que decide financiar la estrategia. Los gobiernos de la región se comprometieron también a financiar mediante un ajuste a sus presupuestos ya existentes.
El paquete de ayuda para el 2016 es de US$750 millones. El mismo ya duplicó la ayuda externa a la región en el 2014 y la aumenta en un 54% en el 2015. Adicionalmente, se ha solicitado ya otro paquete de ayuda por US$1,000 millones para el año 2017. El cuadro siguiente muestra la distribución de este paquete por área y país:
El Plan no es una estrategia sencilla ni arbitraria, su lectura y nivel de compromiso, aun a nivel del número de proyectos que los gobiernos ya han prometido comprometerse, demuestra que es un esfuerzo con una gran ingeniería intelectual. La pregunta clave es si sus cuatro componentes con su distribución territorial puede mitigar la magnitud de la migración actual, si pueden cumplir con su cometido. De alguna manera se puede decir que el plan es incompleto.El plan y los retos de los países
En este momento la magnitud de la migración es sustancial, el número de personas que intenta salir cada año es de más de 200,000, de las cuales al menos 120,000 llegan a Estados Unidos y otros 100,000 son deportados. Es decir, que cada año se puede decir que el equivalente a la mitad del incremento anual de la fuerza laboral intenta irse de su país. Es decir, estas cifras reflejan una realidad de migración en masa. Estas cifras, incluso, no incluyen los menores de edad que están escapando la región y cuyo número es de más de 100,000 para el año 2015.
Comparación de estadísticas, migración de Centroamérica hacia los Estados Unidos, 2013
Los inmigrantes han confirmado esto, y los que viven en sus países sostienen que las dos razones principales por las que emigrarían son por la falta de oportunidades y la violencia que impera en sus países.
Salvadoreños considerando la emigración: razones citadas
En este sentido hay interrogantes acerca de la correspondencia entre el plan y sus componentes y las realidades de la región. El plan aparece incompleto, o insuficiente para resolver estos problemas, sin embargo no hay duda que es un esfuerzo que hay que fortalecer.
*Investigador del Diálogo Interamericano. Este texto es la primera de tres partes
[1]https://www.truth-out.org/news/item/34776-the-alliance-for-prosperity-solution-to-the-central-american-migrant-crisis-or-deja-vu; https://www.envio.org.ni/articulo/5027
[2] https://idbdocs.iadb.org/wsdocs/getdocument.aspx?docnum=39224238