Pretenden quedarse con el mandado

Los nicaragüenses estamos acostumbrados a oír hablar sobre asuntos truculentos. Bien se trate de testaferros que se quedan con propiedades ajenas, vecinos que mueven los cercos, empresas que falsifican facturas, ejecutivos que aceptan coimas, entre tantos otros, hay de todo en la viña del señor.

Lo que nunca hubiéramos pensado es que la Fundación Teletón (FUNTE), que durante los últimos diecisiete años ha tenido la misión de organizar el evento Teletón con el fin de recaudar fondos para Los Pipitos, aspirase a  ser parte del gremio de estafadores en la viña.

En esta trama criolla hay tres actores: El Club 20-30, dueño de la franquicia Teletón en Nicaragua; Los Pipitos, fundación para los niños discapacitados, a quien el Club 20-30 nombró beneficiario del evento Teletón a partir del 2001; FUNTE, entidad encargada de organizar el evento y recaudar los fondos.

La historia es clara. El Club 20-30 y Los Pipitos deciden unir esfuerzos para movilizar a la sociedad nicaragüense en pro de los niños discapacitados, a través de un evento masivo llamado Teletón. Año con año, miles de voluntarios se dispersan por el territorio nacional con sus alcancías para recolectar dinero para tan noble causa. Tanto la población, como la empresa privada, donan con generosidad. Cada chelín, cada peso, cada cheque cuenta, de manera que se logra reunir una importante suma. En este último Teletón la colecta fue de casi un millón de dólares.

Se puede decir, sin exagerar, que ésta es una de las pocas causas en que los ciudadanos nos unimos por una meta común, al margen de religión, partido o ideología. Será porque la causa nos llega directamente al corazón. Quien no ha sentido la urgencia de apoyar a estos niños, nuestros niños, que otrora vivieron marginados “en el closet” y hoy tienen la oportunidad de incorporarse dignamente a la sociedad. Todo gracias a una encomiable organización de padres de familia, Los Pipitos, con apoyo de la sociedad.

Desafortunadamente, todo pareciera indicar que la actual dirigencia de FUNTE no tiene la capacidad de poner sus ojos en los niños discapacitados, ni de conectar su corazón con los padres de familia. Si la tuviera, no estarían en la situación en que están. En los últimos tres años, el presupuesto “administrativo” de FUNTE casi se ha triplicado, mientras el monto recolectado se ha mantenido igual. Hoy por hoy, de cada córdoba que se recoge en el Teletón, FUNTE entrega solamente sesenta centavos para los niños. En otras palabras, esta entidad está consumiendo el 40% de todo lo que recauda. Cuando bien este dinero se podría utilizar para financiar mas centros de atención en el territorio. Dentro de poco, va a ser tanto lo que consume como lo que entrega, lo que es completamente insólito en el mundo de la filantropía, y de los negocios también.

Para agregar injuria al insulto, FUNTE se ha adjudicado activos financiados con dinero de la recolecta del TELETON y ha incluido estos activos en sus estados financieros. Esto incluye no solamente vehículos y equipo de oficina, sino también siete centros para discapacitados construidos con fondos de Los Pipitos, que ha puesto a su nombre. Un atraco inconcebible. Se trata de miles y miles de dólares.

Lo están leyendo bien. Esta fundación, creada para organizar un evento y administrar los fondos correspondientes, pretende ahora quedarse con una buena parte del dinero recolectado. Dicho claramente, se están quedando con el mandado.

Esto a pesar de que el contrato suscrito entre el Club 20-30, Los Pipitos y FUNTE dice claramente que la recaudación del TELETON se utilizará “en respaldo exclusivo a los programas dirigidos a la niñez con discapacidad de Los Pipitos”. Más claro no canta un gallo.

Ha llegado el momento de pedirle públicamente a la dirección de FUNTE varias cosas. La primera es que abran sus libros y rindan cuentas a los miles de abuelos, abuelas, padres, madres, hermanos, hermanas, tíos, tías, primos, primas, profesores, estudiantes, empresarios, trabajadores, hombres y mujeres del campo y la ciudad, que con su esfuerzo y dedicación han llegado a contribuir un millón de dólares anuales para la niñez con discapacidad de Los Pipitos. Queremos saber cómo se han utilizado todos los fondos recolectados durante estos años, de principio a fin. Los donantes tenemos derecho a saber.  Los padres de familia tienen derecho a saber. La segunda es que expliquen cómo pueden justificar un 40% de costos y gastos administrativos cuando en América Latina hay organizadores del evento Teletón que tienen costos y gastos de alrededor 10% y en el caso de Costa Rica 0%.  La tercera, es que el Presidente de la Junta Directiva explique por qué los gastos administrativos se han disparado desde que asumió la Presidencia. ¿Gastos superfluos, mala administración? Donantes y beneficiarios merecen una explicación. La cuarta es que explique cuál es el patrimonio actual de FUNTE y demuestre de donde proviene dicho patrimonio. Hasta donde se conoce, FUNTE fue creada sin patrimonio y desconocemos que alguna vez haya recibido fondos de ninguna organización, pública o privada, para tales fines.

Vamos a estar esperando con mucho interés la respuesta porque a simple vista lo que se puede decir es que la dirección de FUNTE no tiene ni los ojos, ni el corazón, donde debiera. Si los tuviera, no estaría pretendiendo darle vuelta a los niños discapacitados, a los padres de familia y a la inmensa red de amigos y donantes de Los Pipitos.

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*Master en Economía y Administración Pública, graduada de la Escuela de Economía de Londres (LSE) y de la Universidad de Harvard (HKS). Exdirectora Regional Alterna para el Bureau de Asia y el Pacífico en el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)