27 de mayo 2021
El régimen Ortega Murillo seguirá intentando cerrar hasta el último espacio de libertad, más allá de la calle, esto incluye a los medios de comunicación tradicionales y digitales, u otras plataformas que ayudan a la ciudadanía a informarse, debatir y ejercer el pensamiento crítico. Si no criminalizan más la libertad de pensamiento, es porque no pueden leernos la mente. Pero esa fuerza bruta nunca les bastará. Es más, el despliegue de violencia total, que hemos visto en los últimos años, refleja sus debilidades.
Desde que Ortega retomó el poder en 2007 hasta marzo de 2018, construyeron ventajas estructurales, estratégicas y tácticas para su proyecto macabro. En ese periodo, el régimen cultivó la complicidad activa de grupos de poder tradicionales y la aceptación silenciosa de una masa crítica de la sociedad, quienes sin pensarlo dos veces sacrificaron la libertad por una promesa vacía de estabilidad y prosperidad. Los Ortega Murillo se mostraron verdaderamente poderosos construyendo su dictadura más por las buenas que por las malas, imponiendo cadenas que muchos ingenuamente llegaron a venerar.
Incluso entonces mostraron su capacidad y voluntad para la violencia, pero esta no era, como lo es ahora, el pilar principal de su poder. Sobraban voces de distintos sectores y segmentos de la opinión pública para estigmatizar a quienes criticaran o cuestionaran un modelo que prometía sacar adelante a Nicaragua, pero resultó ser un disparate destructivo. El pilar principal de su poder, mientras de verdad fueron poderosos, fue el convencimiento y lo perdieron en abril de 2018. Lo perdieron ante una rebelión no violenta que mostró características emblemáticas de la resistencia civil; por ejemplo, la liberación cognitiva, que significa que una masa crítica de nicaragüenses se dieron cuenta que vivimos en condiciones injustas y que las podemos cambiar por medio de la acción colectiva; también los resultados contraproducentes de la represión, que significa que en vez de neutralizar la rebelión, la brutalidad del régimen movilizó el sentir público en su contra, causando repudio hasta de militantes sandinistas y aliados.
Los Ortega Murillo perdieron esa capacidad de convencimiento ante el acercamiento entre el periodismo y la ciudadanía. La prensa independiente amplifica y verifica las voces y demandas, por ejemplo, sobre los altos costos del combustible, la precariedad laboral, la Seguridad Social, la gestión de la pandemia o de los recursos naturales, la represión y otros grandes temas de interés público. A la vez, esas voces y demandas se han vuelto más fuertes al diseminarse a través de las grandes plataformas tecnológicas.
Esta combinación de acción ciudadana y labor periodística facilitó que todo el país despertara cuando, en abril de 2018, grupos de jóvenes se levantaron en protesta ante la negligencia del estado mientras ardía la Reserva Indio Maíz. También nos mostró el asalto a la Seguridad Social que pretendió realizar Ortega, la respuesta de las personas jubiladas que se vieron afectadas, la solidaridad de jóvenes, la represión brutal, la rebelión cívica y posteriormente la imposición del estado policial. Por eso el régimen insiste en callarnos, pero jamás lo logrará.
Reconstruiremos nuestra capacidad de producción con tu apoyo
La Policía orteguista asaltó CONFIDENCIAL por primera vez el 13 de diciembre de 2018. Al día siguiente, se tomaron el edificio. El 20 de mayo de 2021, la Policía asaltó nuestra oficina provisional y detuvo ilegalmente por más de siete horas a nuestro colega Leonel Gutiérrez. Es la segunda vez que debemos reconstruir nuestra capacidad de producción porque la Policía se roba todas nuestras herramientas de trabajo. En ningún momento han logrado callarnos. Jamás han impedido que publiquemos y transmitamos nuestro periodismo. Eso ha sido posible gracias al compromiso y talento de nuestro equipo, y a la solidaridad y confianza de nuestras audiencias y colegas.
Inspirados por las muestras de apoyo que hemos recibido, decidimos lanzar una campaña de recaudación de fondos para reemplazar una computadora de alta gama para edición audiovisual y dos cámaras de video. Queremos demostrarle al régimen que la solidaridad y confianza de nuestras audiencias estará ahí cuantas veces sea necesario para reconstruir nuestra capacidad de producción tras sus embestidas, porque saben que defendemos la verdad con las uñas. Todo lo contrario que sus medios de propaganda oficial que financian la mentira con los frutos de la corrupción.
Es necesario seguir fortaleciendo el vínculo entre el periodismo y la ciudadanía. Aunque el régimen se tambalee sobre la fuerza bruta, su último pilar, no hay manera de saber cuánto más debemos resistir. Juntas, las libertades de prensa y expresión son un pilar indispensable para hacerle frente a esta dictadura hasta alcanzar una nueva oportunidad democrática. Pero, aún más importante, es indispensable para que cuando llegue esa oportunidad la llevemos a mejor puerto que aquellas que hemos desperdiciado en el pasado.
Esto es una responsabilidad compartida. A los medios nos corresponde empoderar a las audiencias, rindiendo cuentas ante ellas e involucrándolas en la toma de decisiones. A las audiencias les corresponde informarse y usar la información para tomar mejores decisiones, aprovechar al máximo los contenidos de calidad por los cuales tantos medios y periodistas arriesgan todo. También les corresponde apoyar a los medios de acuerdo con sus posibilidades, compartiendo y recomendando contenido, contribuyendo información y opiniones, suscribiéndose o donando, entre otras. Cultivar esta simbiosis es una manera de resistir al poder ilegítimo de la dictadura y de construir el verdadero poder ciudadano que sí nos hace falta.
El autor es gerente general de CONFIDENCIAL*
Tu apoyo es imprescindible
Te invitamos a unirte a nuestra campaña de recaudación de fondos para reemplazar una computadora de edición audiovisual y dos cámaras de video, robadas por la Policía Nacional el pasado 20 de mayo, uniéndote a nuestro Programa de Membresía o haciendo una donación a través de PayPal, una plataforma segura para nuestros lectores. Gracias por ser parte de este esfuerzo colectivo.