22 de noviembre 2019
El Fondo Monetario Internacional (FMI) emitió antier 20 de noviembre un comunicado con el análisis y recomendaciones de la misión que visito recientemente Nicaragua para la tradicional consulta anual.
Los comunicados sobre estas consultas requieren el “consentimiento “de los gobiernos por lo que la tardanza de ocho días en emitirlo desde la salida de la misión sugiere una negociación difícil sobre su contenido. Normalmente estos comunicados se publican el día que sale la misión del país o el día siguiente tal como ha sido el caso de Nicaragua en años recientes.
Justificando mi sospecha de una negociación difícil, el comunicado omite mencionar que la caída en la economía, el desempleo, y la mayor pobreza se debe a la crisis política que vive el país desde abril del año pasado alargada por la respuesta represiva del Gobierno.
Por el contrario, en vez de llamar “pan al pan y vino al vino” el comunicado comienza indicando “que los disturbios sociales de abril del 2018 y sus consecuencias han causado una abrupta contracción económica” debido a los bloqueos de carreteras, afectaciones a la infraestructura, y el debilitamiento de la confianza de los consumidores e inversionistas.
Esta caracterización, aparte de ignorar la raíz del problema, se pudiera malinterpretar como que los responsables de la situación económica son los que legítimamente demandaron y demandan democracia y justicia, y no el Gobierno y su actuación. Estoy seguro de que esta no fue la intención ni mucho menos, pero se pudiera leer así.
Asimismo, aunque el comunicado correctamente insiste en que la restauración de la confianza es necesaria para promover un crecimiento sostenido, lo hace en términos de políticas económicas que, por supuesto son importantes, pero hoy por hoy no son el problema medular que es político.
Aparte de estas fallas, que de seguro obedecen al deseo del FMI de mantener relaciones cordiales con Nicaragua usando un lenguaje diplomático para evitar conflictos, y no a la capacidad técnica de la misión, el comunicado no brinda ninguna novedad sobre la situación y perspectivas económicas del país, pero sus recomendaciones son, salvo una excepción, muy atinadas como siempre.
En lo que sigue, solo me refiero a unos pocos temas.
El FMI confirma lo que mencioné en un artículo en CONFIDENCIAL el 1 de noviembre, de que el superávit en la cuenta corriente de la balanza de pagos del 2018 y la primera mitad del 2019 se debió a la contracción económica y, por lo tanto (esto lo añado yo) no debe ser motivo de alegría. Más aun, el FMI indica que “la fortaleza de la cuenta corriente fue más que compensada por la salida de capital”. Esto significa que el impacto neto sobre las reservas internacionales ha sido negativo algo que, inexplicablemente, se le olvidó mencionar al Banco Central (BCN) en su comunicado del 28 de octubre donde resalta la “fortaleza” de la cuenta corriente como un factor a favor de la reducción de la tasa de deslizamiento.
El FMI le da al Gobierno el crédito que se merece por su conducción macroeconómica indicando que “frente a muy difíciles circunstancias, contribuyó a evitar una espiral económico y financiero descendente”. También reconoce que las políticas financieras se han flexibilizado durante el 2018-19 y el esfuerzo conjunto de los bancos y del BCN para que el sistema financiero se ajuste al nuevo entorno a pesar de las dificultades que enfrenta.
El FMI indica que el mayor desafío es preservar la estabilidad económica y financiera, recomendando a su vez una política fiscal que minimice cualquier impacto adverso en lo económico y social y más bien promueva el crecimiento y la equidad.
Esto contrasta con la crítica reciente de Funides de que la “medidas económicas se han concentrado en mantener la estabilidad macroeconómica y no han estado orientadas a incentivar la demanda y el empleo “. Pero esta crítica ignora que la reactivación de la demanda y la confianza requieren una solución política. Posiblemente en el corto plazo el Gobierno pudiera aumentar la inversión pública y dar dinero a los desempleados para que consuman. ¿Pero, dadas las restricciones financieras, por cuanto tiempo sin llevar a una inestabilidad macroeconómica que crearía aún más pobreza, desempleo, y desconfianza?
El FMI recomienda “que la cobertura de las reservas internacionales debe incrementarse. “Esto en principio es válido, pero no es viable en la situación actual ¿Cómo se pueden aumentar las reservas en una situación donde prevalece la desconfianza y el financiamiento externo ha bajado? ¿Con una política crediticia restrictiva que aumentaría la caída de la economía?
Finalmente, el comunicado aboga apropiadamente, entre otros, por mayor transparencia en las cuentas fiscales, mayor diseminación de datos, lucha contra la corrupción, y el fortalecimiento institucional.