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La muerte de Humberto Ortega en manos del Gobierno invita a la reflexión

Una persona polémica y controversial: dirigió la guerra contra la contrarrevolución, en 2018 cuestionó al Gobierno y a los paramilitares

Humberto Ortega

Lilly Soto Vásquez

2 de octubre 2024

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El 30 de septiembre de 2024, murió en prisión el General del Ejército Nacional de Nicaragua y Comandante de la Revolución Sandinista, Humberto Ortega Saavedra, quien fuera miembro de la Dirección Nacional del FSLN en la década del 80, fundador del Ejército en 1979 y miembro de número de la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua.

Humberto era una persona polémica y controversial. Lector empedernido y acucioso en su pensamiento. Su obra plasmada en libros es y será analizada por todos aquellos que estudian la convulsionada historia de Nicaragua.

Entre sus obras destacan las siguientes: 50 años de lucha sandinista, Sobre la InsurrecciónNicaragua Revolución y Democracia, y La Epopeya de la Insurrección. En esta última expone su tesis "El Centrismo".

Su trabajo de pensador y escritor ha quedado en numerosos artículos de opinión y en entrevistas publicadas en medios nacionales e internacionales.


Después de su labor como Jefe del Ejército y de Ministro de la Defensa, se dedicó a su trabajo empresarial que combinaba con su labor de escritor. 

Le tocó vivir en un contexto convulso a nivel mundial. En su juventud, Humberto Ortega fue testigo de los movimientos de liberación nacional y se involucró de manera consciente en la lucha de liberación nacional en Nicaragua con el propósito de derrocar a la dictadura de los Somoza, en la que participó de manera activa como militante del Frente Sandinista de Liberación Nacional, donde se destacó como miembro de la Tendencia Tercerista, de la que fue fundador.

Participó en dos acciones guerrilleras en 1967, cuando el objetivo era atacar la caravana de Somoza Debayle y en 1969, acción que pretendía liberar a Carlos Fonseca Amador, en Alajuela, Costa Rica. En ambas acciones fue hecho prisionero y en la última perdió la movilidad del brazo derecho, lo que lo imposibilitó de continuar como combatiente en el terreno, pero le permitió profundizar junto con otros militantes el desarrollo de la estrategia de la fracción tercerista.

Durante el período como Jefe del Ejército y como Ministro de Defensa, dirigió junto con el Estado Mayor la guerra contra la contrarrevolución, que permitió llegar a los Acuerdos de Sapoá en 1988.

Con el triunfo en 1990, discutió con Antonio Lacayo Oyanguren los Acuerdos de Transición, y continuó al mando del Ejército. Se dedicó a profesionalizar al Ejército y a constituirlo como Ejército Nacional convirtiéndolo en una fuerza apartidista sin el calificativo de sandinista. En 1994, contribuyó a la fundación del Instituto de Previsión Social Militar (IPSM).

Como analista publicó en 2016, la Proclama en la que reitera la economía mixta y la responsabilidad del Ejército y de la Policía Nacional, en el punto 4, cuando afirma lo siguiente: La Policía Nacional y el Ejército de Nicaragua deben fortalecer la confianza que les tiene nuestra sociedad por sus relevantes logros contra el crimen organizado y la paz, manteniendo inquebrantable el carácter profesional apartidista y su ética y moral en su sacrificado y arriesgado actuar cotidiano.

En 2018, Humberto Ortega cuestionó la actuación del gobierno y de las fuerzas paramilitares en contra de las protestas de la población, la que dejó más de 300 muertos y numerosos detenidos y que profundizó la crisis política y social que vive Nicaragua.

Posteriormente, en entrevista a Andrés Oppenheimer, sostuvo que los presos políticos no son terroristas y afirma en un artículo de opinión sobre la muerte del General Hugo Torres lo siguiente: “Hoy, este lamentable, doloroso desenlace de un compañero de luchas, que cumple hasta el final consecuentemente este juramento, debe contribuir en la ruta de solución a la crisis política que padece nuestra patria”.

Y manifiesta: Nicaragua “requiere urgentemente un clima de reconciliación, que lo genera de ser puestos en libertad los encarcelados políticos, por medio de cualquiera de los instrumentos jurídicos, legales requeridos”.

El 19 de mayo de 2024, concedió entrevista a Fabián Medina para Infobae y afirmó con claridad, “Su poder dictatorial no tiene sucesores, tras su muerte deberá haber elecciones”. El General Humberto Ortega Saavedra, a partir del 11 de junio de 2024, fue llevado al Hospital Militar, donde muere el 30 de septiembre de 2024. Su muerte en manos del Gobierno invita a la reflexión sobre los niveles de represión a los que se enfrenta Nicaragua.

Sirvan estas líneas para presentar las condolencias a sus hijos y a su familia.

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Lilly Soto Vásquez

Lilly Soto Vásquez

Periodista, docente e investigadora nicaragüense. Vive y trabaja en Guatemala. Es doctora en Administración y Políticas Públicas. Miembro de número de la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua y correspondiente de la Academia de Guatemala.

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