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La libertad de prensa, a juicio en Guatemala

Por años, los periodistas de Guatemala han trabajado en un entorno cada vez más hostil y violento que acosa e intimida con regularidad

periodista José Rubén Zamora

El periodista José Rubén Zamora, preso político del Gobierno de Guatemala. Foto: EFE

Christophe Deloire

/ José C. Zamora

1 de agosto 2023

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El 29 de julio marca el primer aniversario del arresto del periodista guatemalteco José Rubén Zamora. Como fundador y editor del diario elPeriódico, dedicó décadas a poner al descubierto la corrupción política antes de ser arrestado por falsas acusaciones de lavado de dinero. En junio fue condenado a seis años de prisión, pero se espera que la fiscalía apele e insista en una sentencia de 40 años. Los fiscales aducen que mientras más severo sea el castigo, más se verán compensados aquellos cuyo “buen nombre y reputación” se han visto perjudicados por Zamora y su publicación. Su verdadero objetivo es disuadir a otros periodistas de seguir los pasos de Zamora.

La fiscalía plantea que Zamora intentó lavar el equivalente de $38 000, una donación que recibió para mantener elPeriódico a flote. El diario, fundado por Zamora en 1996, se vio obligado a cerrar en mayo tras soportar cerca de dos décadas de amenazas, intimidaciones, procesos judiciales arbitrarios y ciberataques. Aparte de Zamora, se ha acusado de obstrucción a la justicia a nueve periodistas vinculados a elPeriódico. La mayor parte de ellos han huido del país, por temor a su seguridad. Dos de los abogados de Zamora han sido arrestados y acusados de presentar evidencia falsa.

Cuando representantes de Reporteros Sin Fronteras (RSF) se las arreglaron para visitar a Zamora en la cárcel en mayo, el editor de 66 años parecía física y psicológicamente debilitado. Había perdido 16 kilos por haber estado confinado en una celda de diez metros cuadrados en aislamiento total con apenas una hora de luz solar al día. Tras sufrir distintas formas de tortura física y psicológica, desde privación del sueño hasta una plaga de insectos en su celda, sólo confiaba en la comida que le traía su familia en los días de visita, que guardaba en un enfriador. Pero, desde entonces, su esposa e hijos han huido de Guatemala por temor a un posible arresto.

Por años, los periodistas de Guatemala han trabajado en un entorno cada vez más hostil y violento que acosa e intimida con regularidad a reporteros y medios, especialmente los que investigan la corrupción política. Antes de su arresto en julio de 2022, Zamora había sufrido numerosas amenazas y ataques por su trabajo investigativo. En 2003, fue rehén en su propia residencia tras exponer vínculos entre el ejército guatemalteco y grupos criminales organizados. En 2008, poco después de que elPeriódico reportara que uno de los principales partidos políticos de Guatemala había recibido fondos de narcotraficantes, Zamora fue secuestrado, drogado y torturado, para después ser arrojado al costado de una carretera.


Los ataques a los periodistas guatemaltecos han aumentado de manera importante desde el mandato del Presidente Jimmy Morales en 2016. En la actualidad, el país ocupa el lugar 127 (de 180) del Índice de la Libertad de Prensa de RSF. En 2021, elPeriódico informó que el actual Presidente Alejandro Giammattei había aceptado sobornos de empresarios rusos a cambio de concesiones mineras. A esto le siguieron numerosas otras revelaciones, transformándose en un escándalo de corrupción internacional denominado “La trama rusa” (“The Russian Plot”), lo que provocó la ira de Giammattei y condujo a una nueva ola de ataques y procesos legales arbitrarios tanto contra el personal del periódico como de Zamora mismo.

Con el aumento del autoritarismo del gobierno guatemalteco como trasfondo, la incansable lucha de Zamora por demostrar su inocencia se ha convertido en un potente símbolo de la resistencia democrática. Cada periodista de Guatemala, desde los reporteros de las comunidades indígenas a los propietarios de medios que antes competían con elPeriódico, reconoce el encarcelamiento de Zamora como parte de una campaña del gobierno para restringir la libertad de prensa Como uno de ellos dijera a RSF: “Si el dueño de un periódico importantes es perseguido y condenado injustamente, literalmente todos nosotros corremos peligro”.

Bien podría ocurrir que la autocensura se convierta en una práctica habitual, con uno de los periodistas más prominentes del país tras las rejas y un poder judicial coludido con el gobierno para criminalizar la profesión. Después de todo, el verdadero objetivo del juicio a Zamora es suprimir el periodismo independiente y preservar una cultura de impunidad para las elites. El propósito de la arremetida contra elPeriódico, que ha publicado más de 150 artículos acerca de la corrupción gubernamental y los vínculos entre el estado y entidades del sector privado, era intimidar a los demás medios para que no se apartaran de la línea oficial.

El informe de la misión de observación de la libertad de prensa en Guatemala, realizada en mayo y en la que participó RSF, ilustra crudamente cómo el caso de Zamora se está usando para enviar un escalofriante mensaje a todos los periodistas guatemaltecos que se atreven a desafiar al poder. En él se destacan numerosos ejemplos de acusaciones judiciales a periodistas por reportar sobre casos de corrupción o cubrir los juicios a figuras públicas o políticos corruptos. Según la Asociación de Periodistas de Guatemala, las amenazas y la intimidación han obligado al menos a 20 periodistas a abandonar el país en los últimos años, destino similar al que han sufrido ex jueces y fiscales anticorrupción.

Todo esto ocurre en un momento de convulsión política en Guatemala, después de que la primera vuelta de las presidenciales quedara manchada por la inhabilitación de varios candidatos y distintas maniobras legales. Por ejemplo, tras el sorpresivo segundo lugar del candidato anticorrupción Bernardo Arévalo, un tribunal suspendió la legalidad de su partido y la policía allanó su sede, aparentemente en representación de los aliados de Giammattei. La democracia guatemalteca ya está en riesgo, y la arremetida contra el periodismo la está llevando peligrosamente al borde del abismo.

En este momento crucial, llamamos a las autoridades guatemaltecas a dejar de criminalizar el periodismo, lo que implica abandonar todos los cargos contra los periodistas afectados, revocar la sentencia de prisión de Zamora y ordenar su liberación inmediata.

Mientras tanto, hacemos un llamado a los periodistas y los activistas por la libertad de medios de todo el mundo a hacer presión por sus colegas guatemaltecos y exigir la libertad de Zamora. La persecución a los periodistas de elPeriódico y el cierre subsiguiente de este diario han socavado gravemente el derecho de los ciudadanos de Guatemala a conocer lo que está haciendo su gobierno. Resulta intolerable el abuso del poder judicial para acallar el periodismo independiente. Cuando un gobierno socava sistemáticamente la libertad de prensa, todas las demás libertades están en riesgo.

*Texto original publicado por Project Syndicate

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Christophe Deloire

Christophe Deloire

Exdirector del Centro de Formación de Periodistas de París de mayo de 2008 a julio de 2012 y secretario general de Reporteros sin Fronteras (RSF) desde julio de 2012. También es presidente del Foro sobre Información y Democracia desde noviembre de 2019.

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