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La estrategia de desinformación de Putin tras el atentado en Moscú

Bomberos rusos extinguen un incendio provocado por unos terroristas en la sala de conciertos Crocus City Hall, en las afueras de Moscú, Rusia. Foto: EFE

Félix Maradiaga

26 de marzo 2024

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El reciente ataque terrorista en Crocus City, una sala de conciertos en Moscú, que dejó al menos 133 muertos y el edificio incinerado, demuestra que Vladímir Putin no desperdicia ninguna oportunidad para destilar odio y desinformación contra Ucrania. A pesar de que el grupo terrorista Estado Islámico de Irak y Siria, conocido como ISIS, ha reivindicado la responsabilidad del ataque, Putin sugirió el sábado, sin ninguna evidencia, que los terroristas fueron ayudados por alguien basado en Ucrania. Poco después del atentado se supo que Putin ignoró una advertencia de los servicios de Inteligencia de Estados Unidos.

Ucrania no solo ha negado cualquier participación en la masacre, sino que a medida que se conocen más detalles sobre el ataque, es evidente que esta fue una acción del extremismo islámico. Este tipo de ataque no está en ningún plan de batalla ucraniano y no hay antecedentes de que Ucrania haga tales cosas contra objetivos civiles. Además, un elemento fundamental de la estrategia ucraniana es movilizar el mayor apoyo occidental posible a su lucha de defensa ante la invasión rusa. Cualquier vínculo con este tipo de ataques sería devastador para la imagen y estrategia de Ucrania, lo que agrega otro factor más de incredulidad a la desinformación rusa.

Este es uno de los ataques terroristas más mortíferos en suelo ruso en los últimos años. Putin dijo que once personas han sido detenidas en relación con los asesinatos, incluidos los cuatro pistoleros. “Intentaron esconderse y se movieron hacia Ucrania, donde, según datos preliminares, se les preparó una ventana en el lado ucraniano para cruzar la frontera”, dijo Putin en un discurso en la televisión rusa el sábado.

De igual forma, diversos canales de Telegram allegados a Putin han insinuado irresponsablemente que Ucrania podría estar detrás del atentado. “No fue ISIS, fueron los ucranianos” es la frase recurrente en esos canales. Esta especulación carece de fundamento y desvía la atención de la verdadera amenaza que representa el terrorismo internacional.


Esta grave manipulación de la información encuentra eco en algunos medios de comunicación u organizaciones en América Latina. Muchas de estas instituciones son simples estaciones repetidoras de la narrativa oficial del Kremlin y el aparato de RT. Uno de los muchos ejemplos que puedo citar es el Instituto de Estudios Latinoamericanos (IELA) de la Universidad Federal de Santa Catarina en Brasil. El IELA se ha dedicado a replicar las teorías de la conspiración de Michel Chossudovsky, director del Centro de Investigación sobre la Globalización en Montreal. Chossudovsky, que administra el sitio web globalresearch.ca, y su centro de investigación, han sido identificados por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) como actores clave en la difusión de propaganda prorusa. Asimismo, el Departamento de Estado de Estados Unidos ha señalado al sitio antes referido como un proxy de la desinformación rusa. Este tipo de desinformación está diseñada para dar la apariencia de legitimidad, y por ello hace un daño mayor cuando es recogida como información supuestamente válida por medios o usuarios que asumen la información como veraz.

El Kremlin intenta instalar la idea de que ese operativo terrorista fue ideado en Kiev a pesar de que el grupo yihadista reivindicó la masacre. El objetivo de esa maniobra de desinformación no sólo es atizar los odios de la opinión pública rusa hacia Ucrania, sino además desviar la atención a las graves fallas de seguridad rusa. Para Putin es una humillación que no solo los servicios de Inteligencia rusos no lograron prevenir el ataque, sino que él mismo desatendió las advertencias de Estados Unidos de que extremistas planeaban atacar Moscú.

La evidencia disponible más confiable apunta a que el ataque fue llevado a cabo por la Provincia de Khorasan del Estado Islámico (ISKP), un afiliado regional de la organización terrorista ISIS. Esta organización ha sido implicada en algunos de los mayores ataques terroristas recientes en Rusia, incluyendo el bombardeo del metro de San Petersburgo en 2017 que mató a 15 personas e hirió a 45.

Es importante destacar que este tipo de ataques no son inusuales y casi siempre están relacionados con grupos chechenos o ingusetios, cuando no son llevados a cabo por el propio FSB, como algunos han alegado. Atribuir estos ataques a Ucrania es una estrategia que carece de fundamento histórico, ya que no hay antecedentes de que Ucrania haya realizado este tipo de acciones contra objetivos civiles.

La fijación de ISIS con Rusia

La fijación del Estado Islámico con Rusia no es un fenómeno reciente. La intervención de Putin en la guerra civil siria en 2015, apoyando al presidente Bashar al-Assad contra la oposición y el Estado Islámico, cambió el curso del conflicto. Desde entonces, Rusia ha estado en el punto de mira del grupo terrorista.

El Estado Islámico ha reclutado durante mucho tiempo a combatientes de Rusia y otras partes de la antigua Unión Soviética. Además, existe una rama del Cáucaso del ISIS que opera principalmente en la región mayoritariamente musulmana del Cáucaso Norte de Rusia, en las repúblicas rusas de Chechenia, Daguestán, Ingushetia y Kabardino-Balkaria. Chechenia tiene una larga historia de rebelión contra el Gobierno de Moscú, con una insurgencia islamista que llevó a un conflicto armado entre Rusia y militantes desde 2007 hasta 2017.

La atención del grupo, que es una rama del ISIS con base principalmente en Afganistán, se ha centrado cada vez más en Rusia desde que Estados Unidos abandonó Afganistán en 2021. El grupo fue formado en 2015 por miembros de grupos militantes, incluyendo aquellos de Pakistán y Uzbekistán, y está activo en Asia Central y Rusia.

Es fundamental condenar enérgicamente el ataque terrorista en Moscú y expresar nuestras más sinceras condolencias a las familias y a todos los afectados por este horrendo crimen. Además, resulta imperativo comprender que la maquinaria de desinformación rusa no tiene límites morales ni éticos. Como un cáncer, esta forma sofisticada de propaganda está diseñada para erosionar la prensa libre a nivel mundial. El Kremlin ha difundido esa propaganda durante mucho tiempo para justificar su invasión a Ucrania. Aunque no existe un antídoto fácil para esas campañas de desinformación, es posible limitar la difusión de desinformación al saber cómo identificarla y ser crítico acerca de lo que se lee.

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Félix Maradiaga

Félix Maradiaga

Politólogo, académico y activista político nicaragüense. Fue secretario general del Ministerio de Defensa y director de Protección Civil durante la Presidencia de Enrique Bolaños. Es codirector fundador del Instituto de Liderazgo de la Sociedad Civil.​ Miembro de la opositora Unidad Nacional Azul y Blanco, exprecandidato presidencial, excarcelado político y desterrado por la dictadura orteguista.

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