28 de agosto 2023
Durante las últimas dos semanas, América Latina ha sido escenario de tres elecciones decisivas.
En Argentina, el anarcocapitalista Javier Milei obtuvo un triunfo sorpresivo en las primarias (PASO); en Guatemala, Bernardo Arévalo, insignia del cambio progresista, superó cómodamente a Sandra Torres en la segunda vuelta; y en Ecuador, Luisa González, del correísmo, lideró la primera vuelta y enfrentará a Daniel Noboa en un balotaje.
Argentina: Volatilidad e incertidumbre
El candidato libertario Javier Milei, sacudió el tablero político al ubicarse en primer lugar en las elecciones PASO del 13 de agosto, obteniendo un 30% de los votos. Esta cifra lo posicionó por encima de los frentes tradicionales: el opositor Juntos por el Cambio (JxC) de centroderecha y el oficialista Unión por la Patria (UP) de centroizquierda, que cosecharon un 28.2% y 27.2%, respectivamente. La exministra Patricia Bullrich, lidera a JxC mientras que el actual ministro de Economía, Sergio Massa, lleva la bandera de UP.
El ambiente electoral está teñido de incertidumbre, inestabilidad y conmoción social. Los mercados han reaccionado con escepticismo: el peso experimentó una pronunciada depreciación, la inflación se intensificó y los precios escalaron. Como resultado, ha surgido una atmósfera de fuerte tensión social, evidenciada en episodios de saqueos y disturbios. Ante esto, el Gobierno ha concretado un acuerdo con el FMI por 7500 millones de dólares e implementado acuerdos de precios para el consumidor.
Con miras a la elección del 22 de octubre, Milei se presenta como el favorito, siendo portavoz del malestar general y abogando por una transformación radical. Sus adversarios, por su parte, recalibran estrategias: Bullrich busca reforzar su base con promesas de garantizar el orden y la República, mientras que Massa intenta unificar al peronismo, proponiéndose como el mejor capitán para sortear la tormenta.
Las últimas encuestas posicionan a Milei entre un 34-37%, Massa se mantiene en el histórico respaldo peronista del 30% y Bullrich flota entre el 23-27%. Dados estos números, es viable esperar una segunda vuelta el 19 de noviembre. No obstante, aún restan dos meses de campaña, una eternidad en la dinámica argentina. El nivel de participación electoral y el curso económico serán cruciales. El juego sigue abierto.
Ecuador: camino a un balotaje definitorio
El pasado 20 de agosto, Ecuador celebró elecciones presidenciales y legislativas anticipadas en un ambiente marcado por la inseguridad y los asesinatos políticos. No obstante, un impresionante 80.79% de los electores acudió a las urnas. Luisa González, del correísmo, fue la más votada con un 33.62%. Por otro lado, el joven empresario Daniel Noboa, catalogado como “la sorpresa” del proceso, logró el 23.43%, dado que las encuestas lo situaban en posiciones menos favorables.
Esta contienda electoral evoca la confrontación entre correístas y anticorreístas observada en la elección de 2021. De cara al próximo periodo, que tendrá una duración de tan solo 18 meses, surgen retos significativos en términos de gobernabilidad. En la Asamblea, la Revolución Ciudadana se constituye como la principal minoría al conquistar 51 de los 137 escaños. Si bien más de diez partidos tendrán voz en el recinto, solamente cinco contarán con más de cinco representantes. Esta marcada fragmentación en el Congreso resalta la imperativa necesidad de promover el diálogo y alcanzar consensos para dar respuestas efectivas y prontas ante una escalada de violencia e inseguridad sin precedentes en la historia de Ecuador.
Guatemala: resultados y gobernabilidad bajo amenaza
El mismo 20 de agosto, Guatemala presenció una contundente victoria del congresista y diplomático progresista, Bernardo Arévalo. Representando al Movimiento Semilla de centroizquierda, Arévalo cosechó el 58% de los votos, superando a Sandra Torres (UNE) por 21 puntos porcentuales. Esta preferencia hacia Arévalo no sólo refleja la aspiración ciudadana por combatir la corrupción e impunidad, sino también una resistencia ante una élite que ha controlado la política y economía del país durante las últimas dos décadas (el pacto de corruptos).
Arévalo enfrenta retos monumentales en dos áreas clave. Primero, debe asegurar que la autoridad electoral ratifique su victoria y, durante los próximos cinco meses que preceden a su toma de posesión (14 de enero de 2024), garantizar una transición fluida. Es imperativo evitar que ciertos sectores, a través del Ministerio Público, intenten despojar al Movimiento Semilla de su registro y, en última instancia, anular las elecciones o incluso asesinarle. Segundo, para garantizar la gobernabilidad, Arévalo necesitará forjar alianzas amplias, dado que el Congreso presenta un alta fragmentación y el Movimiento Semilla posee solamente 23 de los 160 escaños en el Congreso.
La confluencia de estos retos subraya la necesidad de respaldar al presidente electo, tanto a nivel nacional como internacional, para asegurar una transición democrática en un contexto desafiante.
Tendencias electorales
Las recientes elecciones reafirman varias tendencias que ya se perfilaban durante el actual super ciclo electoral, entre ellas:
- Voto de castigo contra los gobernantes actuales. Desde 2019, en 16 de 17 elecciones presidenciales, el oficialismo ha sufrido derrotas, reflejando el descontento ciudadano ante la falta de resultados.
- La recurrencia de decidir la presidencia en un balotaje, donde el resultado de la primera ronda podría no mantenerse. En seis de los últimos nueve balotajes, es decir, el 66%, la tendencia de la primera vuelta se invirtió, tal como ocurrió recientemente en Guatemala.
- Predominio de Gobiernos de izquierda si bien con marcadas diferencias entre ellos. Arévalo en Guatemala representa un progresismo más moderado, mientras que en Ecuador, González busca el resurgimiento del correísmo.
- Impacto determinante del voto joven. Fue crucial para las victorias de Milei y Arévalo, y también jugó un papel esencial al garantizar la llegada de Noboa a la segunda vuelta.
- Resultados impredecibles han sido sellos distintivos en las tres elecciones, llevando al triunfo a candidatos que no encabezaban las encuestas.
Conclusión: Estas tendencias muestran procesos electorales con altos niveles de incertidumbre y electorados volátiles y poco predecibles. Por su parte, estos comicios marcados por inseguridad, crimen organizado, élites corruptas, malestar social y economía inestable, resaltan la urgencia de situar los desafíos de gobernabilidad al centro de la agenda política en los tres países.
*Director regional. IDEA Internacional. @zovatto55