29 de septiembre 2015
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En las entrevistas de prensa que les hacen a diplomáticos, funcionarios y técnicos de instituciones internacionales cuando se van después de haber cumplido con sus respectivas misiones en Nicaragua, tienen en común la cortesía de hablar sobre cuánto les gusta el gallopinto. Y entre otros elogiados, no falta la cultura nacional, la generosidad de los nicaragüenses, las bellezas naturales del país, y a veces, algunas mentiritas acerca de lo bien que andan las cosas en la economía nacional.
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Acerca del gallopinto (arroz y frijoles revueltos), los diplomáticos nunca podrían decir que en los hogares pobres se hace con menos frijoles que arroz, porque el frijol es muy caro. E, igual que ellos, los próximos diplomáticos que a su tiempo se irán también, nunca van a decir que el gallopinto es casi el único alimento del pueblo… ni que en sectores muy pobres ni se le conoce, pues solo consumen tortilla con sal.
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Puede ser que alguna persona extraña en verdad sienta sabroso el gallopinto, lo que no diría si tuvieran que comerlo los tres tiempos del día por la falta de mejores alimentos. No digo que no sea sabroso, pero el gallopinto es popular en el más estricto sentido de la palabra, porque el pueblo, en su mayoría, es su consumidor obligado por la necesidad.
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Yo tengo una razón, aunque nada particular para ya no gustar del gallopinto: lo estuve comiendo durante ochenta y cinco años. Digo “estuve”, porque me di cuenta de que el gallopinto ya no me gustaba, después de haber escapado de entrar a la tumba, y esa razón sí que es muy particular. Desconozco cuál sea la causa, pero ahora prefiero comer los frijoles solos, incluso “en balas”. Solo tengo la ligera sospecha de que comiendo frijoles… no pasaré otros ochenta y cinco años.
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Mientras espero, no sé hasta cuándo, comiendo frijoles, pienso en cosas que fueron, las que ya no serán y en otras que seguirán siendo, sea por imperativo del tiempo, o sea por autoritario decreto. Por ejemplo, ya nuestro país ha dejado de estar en continuidad revolucionaria, desde cuando el señor Daniel Ortega, decretó que ahora vivimos en “Continuidad Evolucionaria”. A pesar de saber, desde hace muchos años, que no vivimos ni la primera ni la segunda etapa de la revolución, ahora, de pronto y a güevo nos pasó a vivir solo en “evolución”.
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Usted y yo sabemos que solo durante casi once años –entre el 79 y el 91 del siglo pasado— la pasamos en revolución, por el hecho de que la evolución fue alterada, cuando se produjeron violentos cambios propios del nacimiento de algo nuevo (con dolor, como los partos). Sin embargo, al volver la sociedad nica al ritmo lento y a veces aparentemente estancado de la evolución, unos pocos que antes hacía revolución hoy practican el enriquecimiento en evolución, lo cual creó una contradicción: mientras ellos viven su enriquecimiento en paz, las tripas de los marginados... siguen “revolucionándose”.
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Si recurrimos a las ciencias “ocultas” (porque ocultan las contradicciones sociales) en oposición a las ciencias sociales que explican esas contradicciones, la evolución se vuelve el paraíso del progreso. Lo que nunca se dice, es quiénes son huéspedes. Pero nadie necesita decirlo: con solo que se vea cómo se preñan las estadísticas de la riqueza macro económica, y cómo esas mismas estadísticas acaban a porcentaje limpio con la pobreza.
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Todo eso, gracias a la triple alianza entre el doble poder de Ortega (el gobierno y el sindicalismo oportunista) y el poder económico pellista del cosep. Con “Las tres fuentes y las tres partes integrantes” del orteguismo para el enriquecimiento mutuo (gobierno-cosep-más migalas para el FNT) pueden utilizar la cara revolucionaria hacia el exterior y una descarada demagogia evolucionaria hacia adentro.
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Dentro de este proceso evolucionario, el orteguismo cuenta también con su fuente petrolera venezolana. En cambio, la gelatinosa oposición política no parece sacarle mucho provecho a sus tres fuentes y tres partes contra-evolucionarias, en el vecindario mundial conocidas como USAid, IR y Ned. Francamente, no sé en qué caballito se monta cada partido, pero que hay quien se monta… se monta.
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¿Cómo hacer para evitar que usen esos caballitos para cabalgar? Ni dejando de ir a Washington, porque aquí hay embajada. Los más ágiles jinetes son los altos oficiales del ejército mediático internacional, aunque no acierten con sus disparos. Hace semanas atrás, utilizaron todas sus baterías y en forma concentrada, denigrando la decisión del gobierno venezolano de limpiar su frontera de contrabandistas y de paramilitares colombianos. Tan fuertes sonaron, que hicieron olvidar a Juan Manuel Santos, su condición de jefe de Estado, y aseguró que la revolución bolivariana de Venezuela… “se está auto destruyendo”.
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Pero, a partir de la reunión del lunes 21 de septiembre de Juan Manuel Santos con Nicolás Maduro, en Quito, con la mediación de Rafael Correa, por Celac y Tabaré Vázques, por Unasur, no dispararon palabras sobre los acuerdos de normalizar las relaciones y gradualmente eliminar las causas del conflicto fronterizo común, las mismas por las cuales Venezuela cerró su frontera.
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Mientras en Quito la prensa internacional dejó momentáneamente en paz a su presa, la derecha no deja de utilizar su pólvora. Un grupo de angelicales ex gobernantes, reclaman “democracia” para Venezuela: tres de Colombia, autores de fosas comunes, de la concesión de su territorio para siete bases militares gringas y de bandas narcoparamilitares; dos españoles que prestaron su ejército a USA para matar iraquíes; dos mexicanos que hallaron y dejaron a México en manos de narcos asesinos de estudiantes y periodistas, y unos cuantos más que dejaron más pobres a sus pueblos y ellos salieron más ricos. Y para variar, esos mismos ángeles adversan los acuerdos de paz entre las Farc y el gobierno colombiano.
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Mientras los oficiales del ejército mediático “pasaron de noche” la reunión de Quito y siguen disparando sus baterías contra su blanco de turno, silencian algo importante derivado de esa reunión: la efectividad de los organismos regionales independientes (Celac y Unasur) para propiciar el diálogo y buscar soluciones pacíficas a los conflictos bilaterales, lo cual contrasta con la decadencia e inutilidad crecientes de la OEA como instrumento gringo para América Latina.
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Se habló y aún se habla tanto de las dos visitas de Francisco, que hacerlo aquí sería como echar un alfiler al mar. Mejor saco el alfiler del mar: un periodista ultra terrorista ideológico, se quejó de que el Papa dijera más críticas a Estados Unidos que a Cuba. Lástima para él que Francisco no hiciera el milagro de sobara su dolor, diciendo que Cuba inició su expansionismo robándose la mitad de México; su intervencionismo, invadiendo casi todos los países de América Latina; y ha sido la dueña de guerras en el mundo, utilizando, incluso y entre otras cosas, bombas atómicas. ¡Tan chiche que estaba consolarlo!
Cronología imperial (*)
1904.- 1) El presidente T. Roosevelt declaró: “…la adhesión a la doctrina de Monroe puede forzarlos (a Estados Unidos) aun contra su voluntad, en casos de mala conducta e impotencia, a ejercer la política de policía internacional”.
2) El 2 de enero: desembarco de marines del Columbia en los puertos dominicanos Azúa, Santo Domingo y Plata, para “proteger intereses estadounidenses”.
3) El 19 de febrero: los cruceros Newark y Columbia, en apoyo de su títere Morales, bombardearon posiciones del rebelde Jiménez en Villa Duarte y a continuación desembarcaron marines.
4) El 25 de febrero: Roosevelt promulgó el tratado Hay-Bunau-Varilla; al día siguiente, misión cumplida: el truhán francés envió a Panamá (a la que no volvería jamás) su renuncia como ministro plenipotenciario.
5) El 13 de octubre: Estados Unidos designó interventores en las Aduanas de República Dominicana, con lo cual inició su virtual protectorado, con la anuencia de su títere Morales.
6) Entre 15-25 de noviembre: por orden del almirante Goodrich, los marines desembarcaron en Ancón y otros puntos de Panamá para prevenir una insurrección; Con breves intermitencias, los marines gringos se estacionaron en el istmo hasta el 21 de enero de 1914.
7) El 6 de diciembre: Roosevelt amplía los postulados de la doctrina Monroe con el corolario que llevará su apellido, pues aludiendo su presencia en la República Dominicana, sentó los fundamentos paternalistas y policíacos de la expansión imperialista norteamericana.
(Continuará)
(*) Resumida de Guía del Tercer Mundo-86.
