Filosofiando

(II)

Las experiencias personales no se pueden clonar, y eso lo tuvo en mente Barak Obama, por lo que tomó clases de baile, en concreto, de rumba y de tango, seguramente influenciado por el decir de algún viejo o vieja, aquello de que… “a donde fueres has lo que vieres”. Como hubiese sido, lo más seguro es que Obama lo hizo pensando en sus visitas a Cuba y a la Argentina.

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Para su bien o para su mal, en Cuba no lo invitaron a bailar rumba, pero en Argentina sí, lo invitaron a bailar tango y no lo hizo tan peor. Es posible que hubiese bailado la rumba mucho mejor que el tango, porque su origen africano, es el mismo de la mayoría de los cubanos y para quienes la rumba es una de su más preciadas herencias culturales africanas. Alegre herencia, dentro de la muy triste historia del colonialismo europeo en África y América.

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Barak Obama, es el único político estadounidense que ha reconocido algo sabido por todo el mundo: que todos los nacidos en este continente “somos americanos”. La cortesía no quita lo consciente: estaba en el lugar exacto donde tenía que decirlo, pues los políticos gringos se apropian del gentilicio “americanos”, porque llaman “América” a su país. Ninguno ignora que el nombre oficial y correcto de su país es: Estados Unidos de América. Sin embargo (“con embargo”, sola Cuba) sus sentimientos colonialistas los hace pensar al revés: que el nombre del continente es… América de Estados Unidos.

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Las elecciones en los Estados Unidos son las más democráticas del mundo, aunque casi siempre solo vota menos de la mitad de sus ciudadanos. Son muy participativas, pues se inscriben un montón de partidos, pero solo ganan dos de forma alterna, el Demócrata y el Republicano que, en la práctica, forman un solo partido: el partido de las grandes corporaciones. Son las más ricas del mundo, porque su carnaval electoral lo patrocinan esas corporaciones, y cuyos candidatos –antes y después, ganen o pierdan— son directores y empleados de sus empresas.

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La diferencia esencial entre su candidato ganador y su candidato perdedor, no siempre la hace la cantidad de millones que invierten en su publicidad, y tanto el ganador como el perdedor no los promueven con cualquier publicidad, sino con la que mejor utiliza la psicología en su manipulación ideológica capaz de hacer pensar al negro como blanco y al pobre como rico. La capacidad del ganador no cuenta, porque es como la lotería: puede ganar un burro como Bush o un abogado inteligente como Obama.

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Las elecciones gringas no les sirven como ejemplo a ningún país; a unos, porque no podrían copiar tan cara democracia; a otros, porque no tienen tantas corporaciones capaces de hacer millonarias inversiones en eso, y son muy pocos los países ricos que se conforman con elegir presidentes por medio de los votos mayoritarios de sus ciudadanos. En América Latina, hay países medio pelos que admiten que sus presidentes se los elijan desde Washington. A otros, cuando tienen pueblos rebeldes, les imponen dictaduras militares desde el Pentágono; y otros países con pueblos, dignos, que buscan crecer con sus propios presidentes, viven bajo continuo asedio de la CIA… desde Langley.

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Pero también las elecciones norteamericanas son inimitables, por lo muy selectas que son, pues al final solo cuentan los votos de la mayoría de la minoría de votantes. A veces, cuando les conviene a las corporaciones patrocinadoras, utilizan los votos de un consejo electoral minoritario de representantes de la minoría social y política de los 50 Estados, más dos colonias, Alaska y Hawai. La tercera colonia, Puerto Rico, no tiene derecho de elegir a nadie, pero está obligada a obedecerles a todos.

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En esas condiciones, el presidente Obama robó un tiempito a sus ocupaciones de más allá del Atlántico, donde sus drones no matan pulgas precisamente, para promover en persona la “democracia” en Cuba y en Argentina festejar junto a Macri el triunfo de los prestamistas dueños de los “fondos buitres”. En la maldita Cuba, Obama tuvo una buena acogida, porque la diplomacia resulta de beneficio mutuo. Pero en Argentina no solo recibió sonrisas oficiales, pues sectores malcriados afectados por sus prestamistas, hasta quemaron uno de sus símbolos patrio, la bandera.

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Cuba sigue atrasada en el desarrollo del Internet, pero no tanto como Nicaragua, pese a que, por los efectos del embargo o bloqueo, solo pudo introducir el Internet hasta 1996. La otra cuestión que hace diferente a Cuba respecto a Nicaragua, es que las comunicaciones son de propiedad nacional, mientras en Nicaragua son ajenas, de transnacionales, pues. Si no se entiende esto cuando se quieran hacer comparaciones, sería, más o menos, como tener virus en su computadora personal…

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Siempre habrá diferencias personales y entre lo individual y lo social. Pienso eso por causa de la vanagloriada que se dio Obama en su discurso habanero, para hacer propaganda al sistema político de su país, se puso de ejemplo: él, siendo negro, pudo ser presidente de los Estados Unidos, a pesar de que aún hay discriminación racial. Qué buena suerte la de don Barak, es como para felicitarlo, pues los negros que matan los policías blancos en las calles de su país, ya no se ganarán la rifa que las corporaciones hacen entre sus empleados, para ser candidatos… por lo menos al derecho humano de ser respetados.

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El concepto de los derechos humanos es como el hule: se puede estirar al gusto, pero no se puede evitar que reviente en cualquier momento. Eso me lo hizo recordar Raúl, cuando dijo que organismos internacionales consideran que hay 61 derechos humanos, y no los cumplen todos ningún país. En Cuba –dijo—, pese al embargo y las limitaciones, cumplimos 47, entre ellos, algunos fundamentales que, precisamente, no se cumplen en los Estados Unidos: salud y educación para todos (y hasta alcanzan para otros pueblos). Pero esos derechos humanos no se cumplen en USA, donde una sola corporación tiene más ingresos anuales que hasta cuatro países juntos.

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Hay datos, que pueden ser explicados según el interés de cada quien, cómo los siguientes: en tres años, bajo acecho constante, Venezuela lleva construidos un millón y más de las tres millones de viviendas con las que piensan liberar a la familia trabajadora de la histórica tragedia de no tener dónde vivir. Pero Venezuela es acusada de ser amenaza “inusual y extraordinaria” por el presidente de un país, donde duermen en las calles –y no por hobby— 18 millones de personas, de las cuales 6 millones son niños. Pregunta más que innecesaria: ¿quién es amenaza de quién?

Cronología imperial (*)

1949.- 1) Una nueva confirmación de la política injerencista norteamericana, se comprobó a raíz del cuartelazo del general Raimundo Rolón, en Paraguay. 2) La OEA se estrenó asumiendo la defensa del régimen de Trujillo, en la República Dominicana, después de las fracasadas tentativas de invasión de patriotas a la isla en Cayo Confite y en Luperón.

3) En Guatemala se creó el Instituto Nacional del Petróleo y se aprobó una ley que prohibió enajenar los hidrocarburos a empresas o cárteles internacionales. Ante la desmedida reacción del embajador gringo Patterson, contra esos actos de soberanía de Guatemala, el presidente Juan José Arévalo, solicitó oficialmente su retiro.

(Continuará)

(*) Resumida de Guía del Tercer Mundo-86.

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