21 de diciembre 2015
Hasta ahora, la posición pública de Nicaragua, ha sido la de reconocer el fallo del 16 de diciembre de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, pero enmascarando ante sus ciudadanos los alcances e implicaciones del mismo, y ocultando las razones del fracaso, porque la sentencia de la CIJ, por un lado adjudicó a Costa Rica el territorio en disputa de isla Los Portillos, y por otro, le negó a Nicaragua su demanda sobre presuntos daños ambientales causados por una carretera paralela al Río San Juan, construida por San José.
Desconozco qué está pasando internamente en el gobierno de Nicaragua, pero lo sensato sería que estuviera analizando con cuidado lo que ocurrió, por ejemplo, ¿por qué la argumentación a favor de la soberanía sobre la isla El Portillo, no fue admitida por la Corte Internacional de Justicia (CIJ), pese a que, supuestamente se basó en un estudio de los tratados Cañas Jerez, y del Laudo Cleveland? ¿Qué estuvo mal? ¿Se interpretaron inadecuadamente estos textos? ¿O se trató de forzar una situación? Si fue esto último, ¿por qué y para qué?
El gobierno debería investigar por qué fue aprobada oficialmente una incursión con tropas a isla El Portillo, la creación ahí de una instalación militar, y la apertura de dos canales –no el dragado de dos zanjas, según la Corte--, en lugares donde no había flujos naturales de agua. ¿Por qué el gobierno costarricense estaba tan seguro de que ese territorio le pertenecía, y por qué Nicaragua no daba lugar ni a la duda al respecto? Estos son hechos gravísimos porque constituyeron violación de la soberanía nacional de otro país.
Por otro lado, el gobierno debería investigar varios aspectos sobre la otra demanda fallada por la Corte, la de Nicaragua sobre una presunta contaminación del Río San Juan por la construcción tica de una carretera paralela al Río. ¿Por qué Managua no pudo demostrar dicha contaminación, qué le impidió presentar pruebas contundentes, y no insuficientes como explicó la Corte?
Lo más grave es que dos años antes, cuando la Corte dictó algunas medidas cautelares sobre ambas demandas, le señaló a Nicaragua que no había demostrado que la trocha estuviera causando daños ambientales al Río San Juan, es decir, Managua estaba advertida con mucha anticipación, y ni así pudo reunir las pruebas que demostraran su acusación a Costa Rica. ¿Por qué ocurrió esto? ¿Por qué esta grave ineficiencia?
El análisis profundamente autocrítico, técnico y científico, de las causas de la doble derrota de Nicaragua ante Costa Rica, en La Haya, pretendería que no se repitieran en el diferendo pendiente de resolver en la Corte, que es por espacios marinos en el Pacífico y en el Caribe, es decir, en este nuevo juicio Managua debe subsanar las graves deficiencias observadas en detectar fuentes relevantes, recolección de información, análisis e interpretación, sistematización de los hechos, y presentación de pruebas ante la CIJ, entre otros.
La disputa marítima llevada a la Corte por Costa Rica, tiene como eje fundamental para este país, que la CIJ considere la isla El Coco, en el Pacífico, como parte de su territorio, y no como una isla, para que a partir de ahí se fijen 200 millas de zona económicamente exclusiva, lo que le daría a los vecinos 125 ml kilómetros cuadrados de mar, más de lo que la Corte concedió a Nicaragua en su celebrada victoria sobre Colombia. El Coco tiene 24 kilómetros cuadrados, y está a 523 kilómetros de tierra firme.
Después de determinar lo que llevó a la doble derrota en La Haya, el gobierno debería explicarle al pueblo nicaragüense por medio de una conferencia de prensa en cadena nacional, los aspectos históricos, técnicos, ambientales, y de cualquier tipo, de su proceder en isla El Portillo. Nada de “chagüite” patriotero, solo elementos concretos, sobre mapas anteriores y actuales, mapas de verdad. Y luego su interpretación sobre por qué la Corte desoyó su posición. Acerca de la demanda a Costa Rica por presunta contaminación del Río San Juan, hay que explicar por qué la CIJ consideró que las pruebas aportadas fueron insuficientes, y por tanto, no demostraron nada. Finalmente, expresar las lecciones aprendidas, y cómo se evitará un nuevo fracaso en el diferendo por la delimitación de los mares.
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El autor es Periodista