En defensa de la libertad

“Nadie puede colocarse por encima de los derechos

que asisten a la ciudadanía: ni medios, ni gobernantes”. 

Guillermo Rothschuh Villanueva 

El concepto utilizado por mi maestro y amigo, Guillermo Rothschuh Villanueva, cuya presencia en la Universidad Paulo Freire celebramos, resume de manera gráfica el espíritu crítico con el que aborda en su libro Redes y revuelta cívica (2020), el  tema de las redes sociales, los medios de comunicación en general y lo que él llama, la revuelta cívica en Nicaragua, para referirse y connotar la importancia de los hechos ocurridos en abril de 2018 y sus consecuencias.

Para hablar de una obra se vuelve inevitable hablar del autor; quienes conocemos a Guillermo Rothschuh Villanueva, desde hace muchos años, tenemos una especie de galería fotográfica de sus principales amores, aficiones y apasionamientos.

Su amor por Chontales, su tierra, ha quedado plasmada en sus obras, Asalto a la memoria (1998), Chontales para siempre (2013) y Esto es Chontales (2019). También se tradujo, en su involucramiento personal como dirigente en los barrios de Juigalpa, junto con Juan Díaz, Danilo Gómez, Lucas Urbina, Gladys Báez y su padre, Guillermo Rothschuh Tablada. Una lucha por asegurar el acceso al  agua y la energía eléctrica en los barrios periféricos más pobres de esa ciudad. Rothschuh Villanueva es entonces, inevitablemente, un chontaleño ligado para siempre a su tierra de origen.

La otra foto en esta galería es la de Guillermo Rothschuh Villanueva como académico. Una trayectoria respaldada por 34 años ejerciendo el oficio de catedrático en la UCA, habiendo sido nombrado como su mejor docente en 1995. Acompañó al maestro Juan Bautista Arríen en el impulso de la organización de los profesores de esa alma mater. Conviene tener presente su complicidad con el Movimiento Estudiantil, que renació en las aulas y pasillos de la UCA, en la etapa final del derrocamiento de la dictadura somocista, al volver a conformarse en 1975-76. Recuerdo a Rothschuh Villanueva en 1978 creando el programa radial La universidad y su pueblo en Radio Corporación. A mí me correspondió participar en la primera audición junto con el sociólogo Orlando Núñez Soto.

Y quién no conoce el enorme aporte intelectual de Guillermo, desde la iniciativa de la Cátedra Abierta que inauguró en la Facultad de Comunicación de la UCA y que produjo tantos dolores hepáticos a moros y cristianos, que se sentían intocados, e intocables. Redes y revuelta cívica en Nicaragua, ratifica las cualidades de abordaje que la pluma de Rothschuh Villanueva ha acostumbrado desde hace muchísimos años, independientemente de las consecuencias.

En primer lugar destaca su posición personal contra toda forma de opresión, contra toda forma de crimen e injusticia. Se alza contra toda negación de los derechos fundamentales del hombre y del ciudadano, y particularmente, la negación del derecho que tenemos al ejercicio de LA PALABRA y el PENSAMIENTO.

Rothschuh Villanueva no lo hace desde el rencor, o desde el clamor por la venganza que se cree muchas veces justificada. Por el contrario, Guillermo, nos alerta sobre el odio, pero no el que se  usa como pretexto para condenar y perseguir a los considerados por el poder como sus enemigos, sino al que nace de una historia nacional preñada de desencuentros.

“El odio empozado, sale a borbollones. Nos está ahogando…”, nos advierte. Este clamor y denuncia tampoco es para propiciar un diálogo vergonzante, en donde la PAZ SOCIAL, se compre con el olvido del crimen. A Rothschuh Villanueva también le preocupa la justicia avasallada por la impunidad y consagrada en los pactos politiqueros tan conocidos en nuestra historia.

También destaca otra vez su innegociable vocación por el rigor del ejercicio periodístico. Por el sentido crítico de los hombres de prensa, por el apego a los hechos, y la negación tentadora de acomodarlos a la subjetividad y a los deseos de quienes tienen como profesión el uso de la pluma, el micrófono y las cámaras. Para Rothschuh Villanueva, la proclamación de la verdad es un referente ético de cualquier periodista más allá de los resultados.

Finalmente, Guillermo nos regala otra vez, con fuerza y vigor, el ejercicio necesario de la DEFENSA DE LA LIBERTAD, comenzando por la más elemental de ellas: la libertad de expresar lo que queremos decir o estamos pensando.

En la Universidad Paulo Freire consideramos justo, que el autor presente en nuestra casa de estudios superiores, una obra destinada a tocar la mente y el corazón de quienes puedan leerla. Si una Universidad, no cumple con el deber elemental del debate y acepta gustosa la mordaza que le ofrece el poder para asegurar su sobrevivencia, esta pierde su derecho espiritual a existir.

Hay que leer un libro que nos lleva por los caminos de su concepción de la libertad y en la que también —y es justo decirlo— rinde tributo a la sangre y al martirio de los jóvenes asesinados en los hechos de Abril.

*Rector de la Universidad Paulo Freire.