18 de febrero 2021
Ni el mejor estratega de Guillermo Lasso hubiera sido capaz de montar un acto de campaña tan potente y positivo como el que hubo en el CNE, durante el encuentro con Yaku Pérez, en el que se acordó recontar el 100% de la votación en Guayas y el 50% de los votos en 16 provincias.
La imagen de Lasso, que luego de las elecciones del domingo 7 de febrero quedó a la defensiva, como el poderoso banquero que intentaba arrebatarle el paso a la segunda vuelta al indígena Yaku Pérez, tuvo un impulso -un boost como dicen los gringos- que difícilmente hubiera logrado en su campaña, si se confirma su paso a segunda vuelta. Lasso pasó de ser el candidato del que incluso sus partidarios renegaron durante la semana, a convertirse en el protagonista de una jornada con una audiencia que ninguna operación de mercadeo hubiera podido congregar.
En el sitio estaban Pérez, las bases indígenas que lo apoyan y una inmensa audiencia en redes y medios cuya mayoría se ha comprado la narrativa del banquero rico y acartonado que está tratando de robar el paso a segunda vuelta al otro finalista. Con el agravante de que supuestamente no tiene chance de ganar. ¿Qué otro momento como éste más mediático y emotivo hubiera podido tener para sacudirse el san benito de ser el ladrón de las elecciones, el creador de fraudes y el coimador de jueces electorales? Lasso se mostró como alguien capaz de generar momentos emotivos y con una historia personal que contar.
En ese marco lleno de banderas de Pachakutik y huipalas coloridas, Lasso aprovechó la oportunidad que Pérez le ofreció con su invitación para deconstruir la narrativa que muchos indígenas tienen sobre él y que coincide, casi literalmente, con el discurso que el correísmo le ha lanzado desde hace muchos años. Lasso dijo en la cara a Pérez que su versión sobre su supuesto enriquecimiento a costa del feriado bancario es falsa. Le dijo, con esa potencia que otorga la presencia y que ningún spot publicitario reemplaza, que en el informe de Eduardo Valencia sobre el feriado bancario se lo libera de cualquier acusación sobre mala práctica en el tema.
Lasso tuvo tiempo, en horario prime, para presentarse como una persona de carne y hueso frente a una audiencia que ha sido siempre hostil con él. Ocurrió cuando Pérez le dijo que, a diferencia suya, él no había sido golpeado y encarcelado por el correato con su compañera Manuela Picq. Lasso aprovechó para recordarle, y de paso a la audiencia, que fue víctima de un ataque concertado por el correato en el Estadio Atahualpa donde estuvo en riesgo su vida y la de su esposa María de Lourdes. «Yo en cambio nunca lo vi solidarizándose conmigo por aquello», le enrostró Lasso que también le recordó que él sí lo había hecho por los atropellos que Pérez y Picq habían sufrido. También aprovechó, ante la retórica que Pérez ensayó sobre su niñez en pobreza, para decir que tuvo que trabajar desde los 14 años y, de paso, mostrarse como un ejemplo de éxito personal que sin duda tiene un efecto aspiracional en la población.
Pero quizá lo más importante para Lasso fue la oportunidad que tuvo para mostrar que no tiene bajo la manga un ardid por esconder un supuesto fraude, como Pérez y sus partidarios han venido repitiendo durante toda la semana. Todo, prácticamente todo, lo que Pérez pidió fue aceptado por Lasso y eso ocurrió ante las cámaras y los partidarios del candidato de Pachakutik. ¿Que hubo intento de fraude en Guayas? Recontemos los votos de Guayas. ¿Que hubo trampa en casi todo el país? Recontemos al menos el 50% de los votos en 16 provincias. Que debe quedarse la prensa para que no haya sospecha de opacidad: que se quede la prensa… Incluso tuvo la oportunidad de decir que a pesar de que el recuento total no está contemplado por la ley, él le pedía al CNE que lo haga en honor a la transparencia y de la tranquilidad de Pérez. En otras palabras, pudo darse el lujo de hacer alarde de que ni siquiera intentó escudarse en la ley para evitar el recuento.
El encuentro en el CNE, además, se produjo cuando un amplio sector de la población estaba abatido y desconcertado por los resultados de las elecciones y por la pugna entre estos dos candidatos. El tono que se evidenció, al menos en las redes, es que el resultado del encuentro disparó una cierta ola de esperanza y ánimo y eso también es algo que le beneficia al candidato de CREO. Se produjo, de cierta forma, la ilusión de un debate presidencial con dos finalistas y, por un momento, el país olvidó a Andrés Arauz.
Yaku Pérez, cuando invitó a Lasso a que fuera a Quito, seguramente jamás se imaginó que iba a fabricarle un escenario proselitista tan efectivo y potente. Hasta observadores y estrategas políticos que han estado cobijados por el correato y que miran con hostilidad a Lasso y simpatía a Pérez y a Andrés Arauz, como Decio Machado, piensan que la invitación de Pérez fue un error suyo. «Error de Yaku pedir jugar la final en la cancha del contrario. Será el banquero quien esté en 2da vuelta, el músculo del movimiento indígena está en la calle y se desperdició. Mal asesorado estuvo el hombre…», escribió en un tuit Machado.
Aún no se sabe si es Lasso o si es Pérez el que estará en la segunda vuelta. Pero definitivamente, si es Lasso, ya no llegará con la debilidad que traía encima. Pérez parece haber sido el mejor estratega que Lasso jamás hubiera podido contratar.
*Este artículo se publicó originalmente en 4pelagatos.