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El mejor alcalde de Nicaragua

Los juigalpinos aseguran de manera casi unánime, que el mejor alcalde que ha tenido la ciudad durante los últimos años, es Isaac Chaco Deleo Rivas

Los juigalpinos aseguran de manera casi unánime

Guillermo Rothschuh Villanueva

28 de agosto 2022

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Para Arturo Barberena
y los hermanos Juan Manuel
y César Napoleón García Vargas.

1. El mercado municipal, la guerra y el estadio municipal

Un hecho sobresaliente en la década de los setenta, fue la remodelación del Parque Central (1971). En un exceso inesperado del alcalde Rodolfo García Solís, los árboles fueron decapitados y en su lugar instalaron decenas de luminarias. A muy pocos gustó el nuevo diseño arquitectónico. Un año después se iniciaba el encunetado y adoquinado, impulsados por el alcalde José Zambrana, Ing. Tulio Martínez Pérez y el obispo Julián Barni. Los encargados del proyecto nunca rindieron cuentas de la plata recibida del Estado. En 1974 Zambrana dio por terminada la construcción del mercado municipal, salpicada por una huelga indefinida decretada por los obreros. Solo accedió a sus demandas cuando supo de la visita del candidato presidencial, Anastasio Somoza Debayle. El cese de operaciones solo es comparable con la huelga de los estudiantes del Liceo Agrícola René Schick, contra el director Eugenio Osegueda.

En los años ochenta, el mercado sería bautizado con el nombre de Esperanza Díaz, tributo a una de las primeras mujeres en instalarse cuando este funcionaba de manera improvisada frente al Club Social. En 1977 la parte suroeste de la ciudad, fue escogida para la construcción del estadio municipal de béisbol, pasatiempo favorito de los chontaleños. Sus promotores, Byron Blandino Cruz, Alejandro César García Calero, Raymundo Urbina Bermúdez y Pablo Sierra Chacón, tenían conciencia de su importancia. Con la obra llenaban un vacío. Los juigalpinos no disponían de un campo deportivo moderno. Hoy es la casa de los Toros de Chontales, el mimado de la afición chontaleña, más allá de los resultados obtenidos. Estos únicamente cuentan para unos pocos. La barra de los Toros difiere de actitud de los seguidores del Bóer. Son fieles a su equipo, nunca lo abandonan, si el Bóer trastabilla, lo dejan solo.

La primera parte del estadio se construyó a finales de los ochenta, el directorio sandinista decidió celebrar el noveno aniversario del triunfo revolucionario en Chontales (1988), Juigalpa fue escogida como sede. Pensaron que el mejor lugar para realizar el evento era en Chontales. La determinación resultó beneficiosa, sirvió para construir la parte trasera del estadio municipal. Un buen empujón. Chontales era zona de guerra. Las actividades militares desarrolladas por la contra-revolución en la cuesta de la Ñambar y en San Francisco de Cuapa, tuvieron impacto tanto dentro como fuera de Nicaragua. Con la realización de la festividad en Juigalpa, los dirigentes sandinistas deseaban rectificar la creencia de que los Contras controlaban Chontales. La actividad se desarrolló sin ningún contratiempo. El alcalde, Rito Siles Blanco, construiría después las graderías ubicadas frente a la primera y tercera base. Un paso significativo.


En 1983 oleadas de familias chontaleñas, escapando de la guerra, decidieron radicar en Juigalpa. La ciudad experimentó un nuevo crecimiento. Las predicciones del equipo de urbanistas contratados por la comuna en 1968, resultaron fallidas. Su pronóstico era que Juigalpa estaba entrampada y no podía continuar creciendo. Ante esta realidad, nadie imaginó que a orillas de Comabanca, una de las pozas más afamadas del rio Mayales, nacería un nuevo barrio. Las llenas ocasionadas por los huracanes Eta y Iota (2020), rebalsaron el cauce, recordé de manera automática, la crecida que experimentó el Mayales en 1959. Los aguaceros hicieron que el rio, en vez de continuar su curva natural, bajo la empalizada de mangos, siguiera recto, provocando que los bajos de Comabanca, quedaran convertidos en un inmenso playón. Debemos preguntarnos, ¿ocurrirá algo similar algún día? La naturaleza tiende a vengarse de nuestros abusos.

2. Los mejores alcaldes en la historia contemporánea juigalpina

Chaco dirigiéndose a concejales municipales

Los juigalpinos aseguran de manera casi unánime, que el mejor alcalde que ha tenido la ciudad durante los últimos años, es Isaac Chaco Deleo Rivas. Una valoración expresada por propios y extraños. Evocan sus diversas realizaciones y sensibilidad social. En 1996, Chaco remodeló la Terraza Palo Solo, el Parque Central y construyó el Parque Sisimique, en homenaje a un personaje popular. Algunos creyeron que se trataba de una blasfemia; lo rebautizaron con el nombre de Rubén Darío. Chaco expandió la ciudad, abrió, encunetó y adoquinó nuevas calles; rediseñó el Kiosco del Parque Central y levantó esculturas a los lustradores y a la madre y una caseta para los lustradores. El Instituto Nicaragüense de Fomento Municipal (Inifom), reconoció su ejecutoria, distinguiéndolo como el Mejor Alcalde de Nicaragua, (1993). En cuanto a méritos, hay consenso que Carlos Guerra Colindres, posee igual valía.

Carlos Guerra Colindres, uno de los alcaldes más queridos por los juigalpinos

La ciudadanía destaca la honradez, transparencia y las obras realizadas por Guerra Colindres y Deleo Rivas. Una actuación que genera credibilidad y confianza. El aprecio de los juigalpinos ratifica que los pueblos saben reconocer y exaltar las conquistas de los funcionarios públicos. Sobre todo, cuando ejecutan sus funciones de manera exitosa. Guerra Colindres rendía cuentas de su gestión, ante la ciudadanía juigalpina. Una práctica en el olvido. Las obras de ambos ediles fueron claves para ganarse el corazón de mis coterráneos. Transcurridos 61 años de la gestión de Guerra Colindres y dieciséis de Deleo Rivas, su memoria sigue siendo de grata recordación. Chale, como lo llamábamos cariñosamente, donó los terrenos donde se construyó el Museo Arqueológico Gregorio Aguilar Barea y donde antes estuvo el Zoológico Thomas Belt. Abrió nuevas calles y se interesó por el ornato de Juigalpa. Durante la administración de Chaco se logró remodelar y techar el Museo Arqueológico, para proteger los ídolos.

En 1978 fueron inauguradas con carácter regional, las nuevas instalaciones del Hospital Asunción, hecho trascendental para la salud pública de los chontaleños. Una respuesta a una necesidad perentoria, implicó una mejoría en la atención de los enfermos. Para satisfacer la creciente demanda, el hospital ha experimentado durante los últimos diez años, sucesivas ampliaciones y mejorías, siendo dotado del instrumental médico requerido. Las autoridades de salud decidieron construir módulos y adquirir nuevos equipos, con la correspondiente ampliación de sus servicios. Los encargados de manejar la salud en Chontales, convinieron que, dada su naturaleza regional, estará brindando atención a Boaco, Rio San Juan, departamentos desprendidos de Chontales, el primero en 1935 y el segundo en 1949 y Caribe Sur.

La herencia más significativa de Rito Siles Blanco, como alcalde de Juigalpa, durante sus tres períodos, fue dotar a la comuna de un módulo de equipos mecánicos para el mejoramiento de calles y caminos. Algo útil y beneficioso. A él correspondió la reconstrucción del Mercado Municipal Esperanza Díaz. Se ocupó del revestimiento del cauce que va desde el pozo Calicanto hasta el Zoológico Thomas Belt, paliando un agudo problema. La ejecutoria de Siles Blanco es un tanto similar a la que han tenido casi todos los alcaldes. El denominador ha sido donar terrenos a pobres y no pobres, casi nunca acompañada por la creación de una infraestructura que permita a sus habitantes vivir en mejores condiciones. Durante las últimas administraciones edilicias, muchas familias han sido ubicadas a orillas del Mayales, donde estos depositan basura. El rio está enfermo, en estado agónico. Solo las llenas han evitado su muerte.

3. El legado de María Elena Guerra y creación de sede de la UNA

Alcaldesa María Elena Guerra, inaugurando una de sus obras

Las realizaciones de la alcaldesa, profesora María Elena Guerra Gallardo, en la segunda década del siglo veintiuno, son un trasunto de las conquistas de su padre, Carlos Guerra Colindres. Tenía clara su misión. Se esmeró porque su legado fuese recordado gratamente por los juigalpinos. Imprimió dinamismo a su labor, entró decidida a que sus obras hablarán por ella, como otros evocan la labor edilicia de su padre. Guerra Gallardo construyó el edificio de la Biblioteca Municipal Octavio Gallardo García, el Mirador Sandino, en la cúspide de la Loma Tamanes, centro de aventuras de varias generaciones de juigalpinos. Construyó bulevares que adornan la ciudad e iluminó el estadio de béisbol municipal Carlos Guerra Colindres. Para desgracia nuestra, murió antes de concluir su mandato. De haber continuado al frente de la comuna, existe certeza que hubiese desarrollado las obras anunciadas con antelación.

Desde 1997 Chontales cuenta con una sede de la Universidad Nacional Agraria (UNA). Sus fundadores, Guillermo Rothschuh Tablada, Esperanza Castro, Jofiel Acuña Cruz, Emilio J. López Jarquín, Aidalina Berroterán, Sobeida Oporta, Romilio Ampié y Denis Cruz, deseosos por lograr una mejoría en la educación agropecuaria de los chontaleños, dotaron a la UNA de terrenos y edificios propios. Tiene carácter complementario, la educación recibida por los estudiantes del Centro Tecnológico Germán Pomares, es de nivel medio. Las autoridades de la UNA solo vinieron a sentarse. Todo estaba hecho. Tras diversas metamorfosis, la UNAN-Managua creó en 2010, la Facultad Regional de Educación Multidisciplinaria (Farem-Chontales). Centenares de chontaleños han salido de sus aulas. Su primer decano fue el maestro Emilio J. López Jarquín. El cargo hoy lo ocupa el maestro Julio Abaunza Flores.

Alcalde municipal, Erwing De Castilla, durante el encunetado de una de las calles del barrio Tamanes

La llegada del profesor Erwing de Castilla, generó grandes expectativas. Durante su primer mandato (ocupa el cargo por segunda vez), de Castilla construyó el Mercado Mayales, obra indispensable para descongestionar las ventas ubicadas a orillas de la carretera al Rama. A él se debe la traída del agua potable desde el Lago de Nicaragua y la firma del préstamo otorgado por los coreanos, para la instalación de las aguas residuales. En este nuevo mandato, de Castilla remodeló el cuartel de la Guardia Nacional, hoy Palacio de la Cultura y Museo Comunitario María Aguirre. Abrió carreteras en dirección a la Cordillera Amerrique, adoquinó varias calles y entregó viviendas a familias juigalpinas. El 8 de marzo (2022), Día Internacional de la Mujer, bautizó el Parque Central con el nombre de la educadora chontaleña Josefa Toledo de Aguerri. Después le levantó una escultura. Un acierto. No satisfizo la demanda ciudadana de ordenar el caos comercial que impera en la ciudad; dentro y fuera del parque, única manera de volverla habitable como un día lo fue. Una necesidad urgente e inaplazable.

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Guillermo Rothschuh Villanueva

Guillermo Rothschuh Villanueva

Comunicólogo y escritor nicaragüense. Fue decano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Centroamericana (UCA) de abril de 1991 a diciembre de 2006. Autor de crónicas y ensayos. Ha escrito y publicado más de cuarenta libros.

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