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El legado del Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica

Trayectoria del IHNCA, pasa por el Instituto de Estudios del Sandinismo, el Instituto de Historia de Nicaragua y el Instituto Histórico Centroamericano

Edificio del IHNCA

Vista del edificio confiscado del Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica, en la UCA. Foto: Tomada de la UCA

Miguel Ángel Herrera Cuarezma

30 de agosto 2023

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La autonomía universitaria que se logró en 1958, posibilitó el espacio para una reproducción del campo intelectual nicaragüense que trasciende a la universidad misma, a través de sus publicaciones y de las actividades de extensión que su membrecía lleva a cabo. Un balance de la historiografía nicaragüense quedaría incompleto si no se realiza un recuento de las instituciones que en los últimos sesenta y cinco años contribuyeron a que existan cambios en la misma. La presencia de instituciones revela la existencia de una voluntad por construir una historia fundamentada en principios de contenido científico. El espacio cultural que se abre en 1958 hace posible que a partir de ese año y hasta 1997, en Nicaragua se asista a la creación de instituciones dedicadas a resguardar y difundir la memoria histórica.

No obstante, la Revista de la Academia de Geografía e Historia, la cual precedió este contexto, también contribuyó a la difusión y, en alguna medida, a la creación de  la producción histórica. Esta publicación fue interrumpida en 1972 y se reanudó en 1995, cuando hubo un relevo generacional de su membrecía. 

Con la fundación de la Universidad Centroamericana (UCA) en 1960, también se creó el Instituto Histórico Centroamericano (IHCA) adscrito a la misma. El IHCA, además de resguardar los archivos de la Compañía de Jesús en Nicaragua y de las familias que contribuyeron a la creación de la UCA, también formó una biblioteca y realizó una labor de apoyo a la difusión de la memoria histórica por medio de publicaciones impresas, exposiciones y el apoyo a la investigación documental. 

En 1959 el historiador nicaragüense Carlos Molina Argüello plantea que la historiografía nicaragüense tenía un sesgo político en el abordaje de su temática, y estudiaba los fenómenos históricos con interés del presente, lo cual conducía a que las obras tuviesen un escaso valor científico, y en opinión del autor fuesen de una “producción ligera” y con “abuso del folleto”.   Molina  Argüello  junto con el  Pbro.  Federico  Argüello Solórzano planteó que las causas de esta situación se encontraban en la ausencia de una empresa sistemática de estudios; en la formación empírica de los autores y en una indiferencia por los estudios históricos en el medio académico.


Molina Argüello, basado en su experiencia de estudios de Derecho Indiano en España, proponía la compilación de documentos que mostrasen la paz colonial del poder español a través de sus instituciones. Él con el Pbro. Argüello S. denominaron a esta compilación  Monumenta Nicaraguae Historica, la cual se inspiró en una obra paradigmática la Monumenta Germaniae Historica, que en 1819 fundara el barón von Stein. El esquema en que se organiza la nicaragüense es una reproducción de la alemana y evidencia la inquietud existente entre los oficiantes de Clío por explicar la naturaleza del poder político, a partir del énfasis dado a aquellos textos relativos al poder colonial.

La caída del régimen de Anastasio Somoza Debayle, el 19 de julio de 1979, abrió un proceso político y social que estimuló la creación de nuevos espacios desde la acción del nuevo Estado nicaragüense. En el año 1980 el Centro de Investigaciones Históricas y Geográficas de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, organizó el primer archivo de la Cruzada Nacional de Alfabetización, con los diarios de los brigadistas participantes. Este archivo se fusionó con otros repositorios documentales y bibliotecas privadas pertenecientes a intelectuales del antiguo régimen y documentos de la dirigencia revolucionaria, con los que se formó una biblioteca de obras nicaragüenses y un archivo histórico que dieron origen al Instituto de Estudios de Sandinismo en 1980 (IES). Su dirección principal de trabajo era recopilar y proteger la documentación histórica patrimonio de la nación, así como promover su divulgación.

El IES desarrolló una extensa labor de difusión de la memoria histórica del sandinismo, con trabajos de historia regional e historia oral en los que destacan los testimonios de los veteranos de la resistencia sandinista en 1927-1933, reunidos en Ahora sé que Sandino manda, también destacan los boletines bibliográficos con reseñas de la documentación histórica existente en su archivo. Una actividad relevante fue la difusión de la historia con la creación de lugares de memoria a través del Museo de la Revolución y de galerías históricas presentes en las principales ciudades del país, en las que se mostraban momentos y procesos de las luchas sociales y políticas nicaragüenses a lo largo del siglo XX.

Bajo la dirección de Francisco de Asís Fernández se agrupó un importante contingente de colaboradoras y colaboradores, de diversas formaciones académicas y experiencias de vida, nicaragüenses, centroamericanos y de la América nuestra. Fue un importante referente de la vida cultural e intelectual nicaragüense en la década de los ochenta. 

Con base en la productiva experiencia del IES y en el marco de su institucionalización y de profesionalización, el IES se constituyó en Instituto de Historia de Nicaragua por ley de la república del 20 de octubre de 1988, la cual fue sancionada por la Presidencia de la república, como un organismo autónomo y con personería jurídica. En 1990 el IHN se adscribió a la Universidad Centroamericana, con fondos propios otorgados por el Estado nicaragüense y por tanto como acreedor de los recursos que éste proporciona a las universidades. En 1997 el IHN adopta el nombre de Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica.

El Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica (IHNCA) es el resultado de la fusión del Instituto de Historia de Nicaragua (IHN), que para entonces dirigía Margarita Vannini, con el Instituto Histórico Centroamericano (IHCA) que en 1990 se encontraba bajo la dirección del P. Álvaro Argüello Hurtado S.J. (q .e. p. d.). En la trayectoria constitutiva del IHNCA, que pasa por el IES y el IHN, colaboraron decenas de nicaragüenses junto con profesionales centroamericanos y latinoamericanos. Desde sus inicios en 1980 fue reconocido por la riqueza de sus archivos, biblioteca y labor divulgativa, por diversas instituciones de América Latina, Europa, Asia y Estados Unidos.

Estas transformaciones orgánicas no afectaron su quehacer, sino que potenció la experiencia acumulada. En 1989 con el IHN se inició la publicación de la Revista de Historia, en la cual se divulgaron trabajos de autores nicaragüenses, centroamericanos y extranjeros sobre la historia de Nicaragua y de Centroamérica, y al mismo tiempo ésta llevó a cabo una serie de eventos académicos, en los que los que las nuevas investigaciones históricas encontraron un espacio de debate público, y cuyos resultados fueron expuestos a través de publicaciones en libros. Las consecuencias de esta actividad están a la vista: de la recopilación de documentos se ha pasó al riguroso análisis sobre distintos períodos de la historia nacional, especialmente se privilegió el estudio del siglo XIX. De una historia partidista y de conflictos políticos y militares, se trasciende a la búsqueda de explicaciones que permitan entender el presente y trazar el derrotero del país. Esta fue la principal contribución del Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica, el cual ha dado una invaluable contribución en la forja de una historia que busque avizorar en el horizonte nuestro destino como nación.

*En Nindirí, Nicaragua-Cartago, Costa Rica. 27 de agosto de 2023.

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Miguel Ángel Herrera Cuarezma

Miguel Ángel Herrera Cuarezma

Investigador. Trabajó entre 1981 y 2004 en el IES, IHN y el IHNCA. Profesor de Historia, hoy jubilado.

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