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El hospital en la niebla

Obviamente los simpatizantes de cada bando validan la versión de su abanderado

Exterior de hospital Al Ahli de Gaza. Foto: EFE | Confidencial

Jorge Castañeda

21 de octubre 2023

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La guerra incluye siempre un componente de desinformación. Es inevitable. Cada quien busca confundir, desorientar, engañar al enemigo, y acercar, convencer y manipular al amigo. En unas guerras puede resultar decisivo el empeño desinformativo —los aliados haciendo creer a Hitler que la invasión de Europa comenzaría en Pas-de-Calais, en 1944— o folclórico —Fidel Castro haciendo creer a Herbert Mathews del New York Times que contaba con varias veces más guerrilleros en la Sierra Maestra de los que realmente existían—.

En la época de las comunicaciones instantáneas, y más aún, de las redes sociales, la desinformación voluntaria, explícita, proactiva, adquiere en ocasiones vida propia. O en algunos casos, puede producirse una desinformación involuntaria: sin proponérselo, un bando puede crear un mito, una media verdad, o una franca mentira, sin incurrir necesariamente en una acción dolosa. Las redes lo facilitan, incluso lo propician.

Es posible que esto explique lo sucedido con el hospital de Gaza hace un par de días. Las versiones son conocidas. El Ministerio de Salud de Gaza —es decir, de Hamás— acusa a Israel de haber bombardeado el hospital a propósito, asesinando a 471 personas. Netanyahu, Biden y las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) sostienen que no hay tal. No hubo bombardeo ni centenares de muertos, sino más bien un misil defectuoso de Yihad Islámica que se estrelló y explotó en el estacionamiento, matando a un número indefinido de personas aglomeradas allí o en un patio del hospital. Asimismo, muchos medios internacionales culparon inicialmente a Israel, para después contrastar ambas versiones, y en algunos casos, como la BBC, darle la razón a Tel Aviv. Al-Jazeera hizo lo contrario.

Obviamente los simpatizantes de cada bando validan la versión de su abanderado. Los cientos de miles de manifestantes frente a las embajadas de Estados Unidos en Medio Oriente no dudan ni un instante que se trató de un ataque aéreo israelí, mientras que la mayoría de los Gobiernos occidentales aceptan la explicación de Washington y Jerusalén. Hasta el momento de escribir esta breve nota, nadie ha podido resolver de manera contundente el enigma, ni en cuanto a las causas, ni sobre el número de decesos.


Pero hay dos diferencias básicas entre la versión de Hamás y la de Israel. La primera es que las FDI han presentado lo que llaman pruebas o evidencias de su postura. Estas incluyen videos de disparos de misiles de Gaza segundos antes de la explosión y de esta misma, intervenciones telefónicas de conversaciones de dirigentes de Hamás, fotos del cráter en el estacionamiento y de las instalaciones intactas del hospital. Estados Unidos ha presumido corroboraciones adicionales, incluyendo tomas infrarrojas por satélite del disparo y la trayectoria de los misiles, aunque no las ha divulgado. Se puede con toda legitimidad considerar que todas estas “pruebas” son falsas, o que simplemente no son concluyentes. Pero Hamás y Palestine Islamic Jihad no han producido ningún elemento que apoye su versión: ni videos del caza israelí que hubiera realizado el bombardeo, ni videos de la explosión, ni los 471 cadáveres, ni fragmentos de la bomba utilizada, etc. Tampoco es concluyente este silencio u omisión, pero suscita cierta suspicacia.

En segundo lugar, Hamás podría perfectamente resguardar la zona del hospital e invitar a una comisión internacional de expertos, de la ONU, las ONG o de países más o menos neutrales (ninguno lo es del todo) para que entren a Gaza, con la venia de Israel, para investigar la tragedia y entregar un informe al respecto. Este podrá ser definitivo o tentativo, es decir, no concluyente, si la información recabada no permite arribar a una conclusión categórica. El hecho de que Hamás no haya formulado esta propuesta insinúa que prefieren no saber demasiado, o que se sepa demasiado.

La Nebel des Krieges o niebla de la guerra tiene una larga historia. Afecta a los combatientes, pero también a los observadores, sean objetivos o simpatizantes. El hospital árabe Al-Ahli es un caso típico de la incertidumbre que suele rodear muchas de las tragedias de la guerra. Conviene recordarlo antes de comprometerse con una u otra versión. 

*Artículo publicado originalmente en Nexos

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Jorge Castañeda

Jorge Castañeda

Político y comentarista mexicano. Catedrático en la Universidad de Nueva York. Fue Secretario de Relaciones Exteriores de 2000 a 2003. Hijo del también diplomático mexicano Jorge Castañeda y Álvarez de la Rosa.

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