10 de agosto 2018
El Gobierno y el Banco Central están implementado políticas macroeconómicas contractivas que profundizarán la caída de la economía. El Banco Central ha disminuido la cantidad de córdobas en circulación para intentar aminorar la caída de las reservas internacionales. Por su parte el gobierno central ha decidido –ante la caída de los ingresos fiscales- disminuir el gasto público. Adicionalmente el gobierno ha introducido de emergencia un proyecto de Ley para apuntalar la Estabilidad Financiera. Se pretende emitir “Bonos de Estabilidad Financiera” lo que incrementaría el endeudamiento público. En resumen: las políticas adoptadas por el gobierno y el Banco Central se centran en dos aspectos: 1) profundizar la contracción económica y 2) aumentar el endeudamiento público.
Tanto la política monetaria de disminuir la cantidad de córdobas en circulación, como la política fiscal de reducir el gasto público son contractivas. Profundizarán la contracción económica. Ni el Banco Central ni el Gobierno cuentan con instrumentos de política macroeconómica expansivos que permitan reactivar la economía. La única manera de hacerlo es restablecer la confianza en los inversionistas nacionales y extranjeros y en los consumidores. Ello requiere de un verdadero Estado de Derecho y de una transición democrática. Esa debería ser la tarea urgente para reactivar la economía y no endeudar más al país a través de la creación de Bonos de Estabilidad Financiera o implementar políticas monetarias y fiscales contractivas.
El Banco Central ha disminuido significativamente la cantidad de córdobas en circulación. La base monetaria se redujo de C$33,114 millones de córdobas en diciembre del 2017 a C$27,970 millones en agosto de 2018 (las estadísticas son del Banco Central). Al haber menos córdobas en circulación, hay menos demanda de bienes y servicios, lo que contrae la economía. Lo que busca el banco central es que el público tenga menos córdobas para que compre menos dólares. Es una medida extrema para tratar de que no disminuyan más las reservas internacionales. Las reservas internacionales brutas bajaron de US$2757 millones de dólares en diciembre del 2017 a US$2472 millones al 7 de agosto. El Banco Central podía haber optado por una política monetaria expansiva poniendo más córdobas en la circulación para reactivar la economía. Decidió lo contrario: bajar la cantidad de córdobas en circulación para reducir la demanda de dólares.
Cabe destacar que la política monetaria contractiva implementada por el Banco Central, se da en el contexto de un sistema financiero altamente dolarizado en el que ha tenido lugar una retirada significativa de depósitos. Los depósitos en dólares disminuyeron de US$4040 millones al 18 de marzo a US$3390 millones al 7 de agosto (estadísticas del Banco Central). El FMI y agencias calificadoras de riesgo han señalado que un sistema financiero altamente dolarizado es muy sensible a una retirada de depósitos en dólares. La razón es simple: el Banco Central puede imprimir córdobas, pero no dólares. Para apuntalar al frágil sistema financiero el Banco Central cuenta con una línea de crédito con el BCIE y el gobierno introdujo recientemente de manera urgente un proyecto de ley para emitir Bonos de Estabilidad Financiera, lo que endeudará más al país. Naturalmente que las agencias calificadoras del riesgo país, no verán con buenos ojos una frágil estabilidad financiera que utilizará como sostén el mayor endeudamiento.
La política fiscal es igualmente contractiva. El Gobierno acaba de anunciar que ante la caída de los ingresos fiscales disminuirá el gasto público en C$5912 millones de córdobas. Al haber menos gasto público habrá menor demanda de bienes y servicios lo que profundizará la contracción económica. Naturalmente que el gobierno central pudo haber optado por una política fiscal expansiva aumentando el gasto público para reactivar la economía. ¿Por qué no lo hizo? Por la misma razón que el Banco Central decidió también adoptar una política monetaria contractiva. Al haber menos ingresos fiscales, si el gobierno hubiese decidido no contraer sino expandir el gasto público para reactivar la economía, el Banco Central hubiese tenido que imprimir córdobas para financiar al gobierno central lo que hubiese afectado las reservas internacionales.
De lo anterior se concluye que ni el Gobierno ni el Banco Central cuentan con instrumentos de política económica que permitan reactivar la economía. Si optaran por una devaluación -mayor al 5% anual del deslizamiento-, o por un control cambiario- como en la década del ochenta, o por un corralito financiero, ello tampoco solucionaría la crisis. Otra medida alternativa: intentar cordobizar la economía para tener más flexibilidad usando la maquinita de imprimir córdobas. Ello sería catastrófico.
Dada la ausencia de democracia, el margen de acción del gobierno es muy restringido. Se han limitado a adoptar políticas económicas que profundizarán la contracción económica y elevarán el endeudamiento público. La receta del gobierno y del Banco Central es simple: mayor contracción económica y mayor endeudamiento. Hacen caso omiso de lo fundamental: la institucionalidad democrática. La reactivación de la economía depende enteramente de restablecer la confianza en los consumidores, en los inversionistas nacionales y extranjeros, en los depositantes y en la comunidad internacional. No podrá haber confianza sin un verdadero Estado de Derecho lo que hace indispensable la transición democrática con elecciones anticipadas.