25 de diciembre 2015
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El reciente Fallo de la Corte Internacional de La Haya, si bien favoreció a Nicaragua reconociendo su soberanía sobre la laguna litoral de Harbor Head y la barrera arenosa que la separa del mar Caribe, (a partir de Punta Castilla hacia el este), barrera que limita el pretendido derecho de Costa Rica sobre las inmediatas aguas de la plataforma submarina de Nicaragua, por otra parte ignoró y desestimó el severo daño ambiental que resultó de la improvisada construcción de la carretera tica a orillas de nuestro río San Juan.
Ese fallo del Fallo simplemente lo atribuyo a la incompetencia de parte de Nicaragua por no haber esgrimido a nuestro favor la contundente sentencia de la Corte Centroamericana de Justicia, emitida el 2 de julio de 2012, que claramente inculpó a Costa Rica por los severos daños ambientales que la carretera tica ocasionó al río San Juan, al incrementar la sedimentación y turbidez de sus aguas con grave afectación a toda la fauna acuática, por la carga de sedimentos que además entorpeció el derecho consentido a nuestra nación para dragar su única salida hacia la bahía litoral de San Juan de Nicaragua, antes llamada bahía de Greytown.
La equilibrada sentencia de la Corte Centroamericana de Justicia se basó en el importante documento que la organización FUNDENIC, S.O.S., presentó a dicha Corte Centroamericana, (por encargo del mismo gobierno), luego de haber realizado una exhaustiva investigación palmo a palmo a lo largo de la ribera sur del río San Juan en su límite con Costa Rica, documento contundente donde se consignaron, calificados y cuantificados como los más graves, los siguientes impactos ambientales:
a) Incremento de la sedimentación y turbidez en las aguas del río San Juan con los suelos removidos por la construcción de la carretera tica, justo a las orillas y a lo largo de su curso, por una longitud de 160 kilómetros.
b) Reducción del hábitat y desaparición de varias especies de la fauna acuática ribereña y destrucción del bosque húmedo tropical a lo largo de la costa sur del río en su límite con Costa Rica.
c) Afectaciones sociales y económicas a los pobladores vecinos al curso del río, incluyendo el incremento de diversos tipos de contrabando y la extracción ilegal de la fauna y la flora de la inmediata Reserva de Biosfera Indio-Maíz, facilitados por la carretera paralela al río.
Ahora resulta que por el Fallo de La Haya, (y por nuestro propio fallo), Nicaragua tiene que indemnizar a Costa Rica por los supuestos “daños” que la reapertura de un caño de 1.5 km de longitud provocó en un humedal, (léase pantano estuarino). Este es un ecosistema acuático, ubicado en una diminuta sección del extenso, cálido y lluvioso delta del San Juan, donde la misma naturaleza se ha encargado de regenerar rápidamente a su anterior condición, quedando por otro lado el gobierno de Costa Rica eximido de pagar a Nicaragua por el grave daño ambiental que con una longitud de 165 km, (cien veces más larga), le propinó Laura Chinchilla a nuestro río San Juan con su mal planificada e intenciosa carretera.
¡Qué tal te verés con caites!
