6 de octubre 2024
Ahora que se murió el comandante Humberto Ortega en Nicaragua, una anécdota para la historia:
En lo peor y más duro de la crispación y confrontación entre Nicaragua y Costa Rica.
El general cubano Arnaldo Ochoa, en Managua, presionaba al Ejército Popular Sandinista, para invadir Costa Rica por el Río San Juan y por la frontera de Peñas Blancas.
El objetivo de Fidel Castro era regionalizar el conflicto, en medio de la Guerra Fría entre la URSS y los Estados Unidos.
Ochoa había liderado las fuerzas cubanas en Angola y en África.
Por su parte, el Comando Sur, ubicado en el canal de Panamá, presionaba directamente al gobierno del Presidente Luis Alberto Monge, para una intervención militar en el río San Juan y penetra desde ahí el territorio nicaragüense.
El Embajador de Francia en Costa Rica, informó personalmente al presidente Monge que su embajada en Managua, comunicaba con urgencia y confidencialmente que el comandante Humberto Ortega se oponía a las posiciones cubanas. No así su hermano Daniel Ortega.
Con esa información diplomática, el presidente Monge le pidió al expresidente Daniel Oduber, en mi presencia como Ministro de la Presidencia, que gestionara una activa participación del gobierno de Francia, para resolver pacíficamente el conflicto y evitar una conflagracion militar en la zona fronteriza.
Por esos mismos días, el Jefe del Comando Sur, estuvo por una hora en el aeropuerto internacional Juan Santamaría y se reunió, sin que el presidente Monge lo supiera o lo autorizara, con altos funcionarios de nuestro gobierno.
De esa reunión el presidente Monge se enteró por un oficial de apellido Pereira, destacado en el aeropuerto y que le fue leal, en medio de una situación extremadamente tensa y conflictiva.
El Ejército Popular Sandinista concentró efectivos militares en el lado nicaragüense del río San Juan.
Fotografías de esa concentración de fuerzas e informaciones de inteligencia de los Estados Unidos le fueron facilitadas al presidente Luis Alberto Monge.
Ese hecho y la reunión del aeropuerto Juan Santamaría, precipitó una reunión urgente entre el presidente Monge y el expresidente Oduber, en Villa Mongalva, en la que igualmente estuve presente. Eso fue un día domingo.
Daniel Oduber le informó al presidente Monge de un almuerzo que habíamos sostenido en la residencia de la embajada de Francia en San José y de las gestiones que, desde París, oficialmente se estaban haciendo, para concretar una reunión en México con el comandante Humberto Ortega.
El presidente Monge autorizó dicha reunión y el expresidente Daniel Oduber viajo y se reunió en la embajada de Francia en el Distrito Federal con el comandante Ortega.
Ahí, el expresidente Oduber dialogó ampliamente con el comandante Ortega sobre la situación crítica que existía y dejó claro que el gobierno de Costa Rica no permitiría la presencia de tropas estadounidenses en el territorio nacional, como había ofrecido y, después, expresado el Jefe del Comando Sur en una audiencia pública en el Congreso de los Estados Unidos.
El comandante Humberto Ortega se comprometió, como jefe militar del Ejército Popular Sandinista, a retirar las tropas del río San Juan, aún en contra de la opinión de los cubanos y de su hermano Daniel Ortega.
Fue un compromiso de honor y de palabra.
Así fue y así procedió a su regreso a Nicaragua.
El general Arnaldo Ochoa fue retirado de Nicaragua y, algún tiempo después, degradado, juzgado y fusilado en Cuba por órdenes de Fidel Castro.
A estas gestiones de paz del expresidente Daniel Oduber, por medio del gobierno de Francia, se unen otras realizadas por el Expresidente José Figueres y don Manuel Mora, directamente en la Habana, para evitar la regionalización del conflicto y esta crisis militar entre Nicaragua y Costa Rica.
Una auténtica locura de la Guerra Fría y de la geopolítica de las dos grandes potencias y de Cuba.
Hoy, al enterarme de la muerte del comandante Humberto Ortega, he sentido la necesidad de este testimonio del que fui testigo presencial y de como él y el expresidente Daniel Oduber, contribuyeron de buena fe y con extraordinario patriotismo a evitar este conflicto militar en el río San Juan y en Peñas Blancas.
También señalo y reconozco la activa participación del gobierno de Francia y sus embajadas en Nicaragua, Costa Rica y México, en ese propósito.
Mi reconocimiento, como costarricense, a ese extraordinario estadista y Benemérito de la Patria que es Daniel Oduber Quirós e igualmente mis respetos y reconocimiento a la integridad del comandante Humberto Ortega Saavedra, en ese momento crítico de la historia. El comandante Humberto Ortega evitó esta locura e impuso su posición de paz ante el Ejército Popular Sandinista y su hermano Daniel Ortega.
*Este artículo se publicó originalmente en Cambio Político, con el título Para la historia.